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Cuando las ‘imágenes’ de Cristo y la Virgen de Fátima aparecieron en varias avenidas del Callao tras una fuerte lluvia
Las figuras religiosas aparecieron en tres calles del puerto chalaco en 1974. Esto causó que miles de personas hicieran largas colas para poder tocarlas, pusieran velas en estas zonas y dejaran dinero para construir varias capillas.
Días antes que la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos encontrara una carta inédita escrita por Simón Bolívar, una serie de sucesos religiosos desataron la locura colectiva en varias avenidas del Perú. La noche del 19 de junio de 1974, una imagen de Cristo apareció, tras una fuerte lluvia, en la vereda del jirón Castilla, en el Callao.
Esto hizo que decenas de personas hicieran largas colas para tocar la figura y orar delante de ella.Días después, más imágenes religiosas aparecieron en las avenidas México y Dos de Mayo. Por eso, miles de feligreses rodearon estas representaciones con velas y ladrillos, y dejaron limosnas para construir varias capillas. Tiempo más tarde, estás siluetas desaparecerían de estos lugares.
Era la noche del jueves 19 de junio de 1974, cuando una fuerte lluvia se desató en las calles delCallao. La llovizna solo duró unas horas. Minutos después, una imagen de Cristo, producto de la humedad, apareció en la vereda de la tercera cuadra del jirón Castilla, en el puerto chalaco. Un niño que pasaba por lugar vio la sagrada figura y empezó a pasar la voz a todos los vecinos.
La noticia corrió muy rápido. En cuestión de segundos, decenas de personas habían rodeado la milagrosa estampa. Muchos de ellos pusieron velas y flores alrededor de la imagen. También la rodearon de decenas de ladrillos y formaron grupos de oración. Además, realizaron una vigilia en el lugar.
Al día siguiente, el 20 de junio, miles de feligreses hicieron largas colas, desde muy temprano, para poder ver y tocar la imagen de Cristo. Muchos dejaron limosnas en el lugar. Cerca del mediodía, la efigie se fue borrando de la acera del jirón. Sin embargo, algunas personas aseguraron que aún podían ver la imagen y otras explicaron que la figura había cambiado por el retrato de la Virgen de Fátima.
Minutos después, el obispo del Callao, monseñor Luis Vallejos Santoni, llegó a esa avenida y le pidió a la policía que desalojara a la gente que se había arremolinado en la zona. Nadie sabía cómo se había formado este retrato de Cristo. La mayoría creía que había surgido como un “milagro” después de la lluvia. Pocos imaginaban que una persona lo había hecho para llamar la atención. El dinero dejado por los fieles era cuidado por agentes policiales.
La mañana del 21 de junio de 1974, tres nuevas figuras religiosas aparecieron en las calles del puerto chalaco. La imagen de un “santo” apareció en otra vereda del mismo jirón Castilla, a pocos metros de la anterior. Una figura similar se registró en la primera cuadra de la calle México. También emergió una representación de la Virgen de Fátima en la pared del edificio del Correo Central, en la avenida Dos de Mayo.
En el edificio del servicio postal del Callao, la humedad del lienzo hizo que se formara una aureola que representaba una silueta de la advocación de la Virgen María. Por eso, los vecinos de la zona santificaron la imagen y oraron a su alrededor. También pusieron velas en el suelo y dieron limosnas para construir una capilla. Estas tres imágenes que aparecieron llamaron la atención de cientos de creyentes, en su mayoría mujeres y niños.
En estas avenidas también se concentraron decenas de vendedores ambulantes de dulces, pasteles, emolientes, flores e inciensos. Asimismo, miles de feligreses formaron largas colas para poder tocar las imágenes. Ante ello, el obispo del Callaolamentó que los vecinos creyeran que estas representaciones eran un “milagro” y que se creara una especie de “histeria” colectiva en el puerto.
Al día siguiente, el sábado 23 de junio de 1974, la imagen de Cristo del jirón Castilla desapareció de la vereda. Instantes después, los fieles se retiraron del lugar y dejaron la loza sucia. Muchos de ellos se trasladaron hasta el edificio del Correo Central para adorar a la Virgen de Fátima. También revelaron que dos nuevas siluetas de la virgen habían aparecido metros más delante de la misma calle Castilla y de la avenida México.
Horas más tarde, los cientos de fieles del lugar dejaron de orar y abandonaron, poco a poco, la torre del servicio postal chalaco. Las pocas personas que se acercaban a la imagen eran de pueblos jóvenes cercanos al puerto. Asimismo, el dinero recolectado en la calle Castilla, calculado en miles de soles, fue recogido en bolsas por una familia de la zona, bajo el control de la policía y de un sacerdote.
Para la mañana del lunes 24 de junio de 1974, la afluencia de personas bajó en las calles donde aparecieron las sagradas imágenes. Las figuras se borraron casi por completo y los vendedores ambulantes abandonaron esas avenidas. Es así como terminó esta historia de fe que captó la atención de miles de personas en el Callaohace más de 40 años.
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