/ NoticiasInformación basada en hechos y verificada de primera mano por el reportero, o reportada y verificada por fuentes expertas.
| Informativo
Misterio sin resolver: el caso del avión peruano que fue secuestrado por narcotraficantes internacionales a inicios de los años 90
Hace 30 años una avioneta fue secuestrada mientras se dirigía de Piura a Lima. Conoce en esta nota la odisea que vivió su tripulación para regresar sanos y salvos.
La mañana del 15 de agosto de 1990, los pilotos Gonzalo Bonifaz y Rodolfo Roggero emprendieron un largo viaje que terminaría dos meses después. La avioneta Piper Cheyenne II de la empresa Aero Transporte (ATSA) viajaba del aeropuerto de Piura a Lima con cinco costarricenses y un peruano, quienes a los pocos minutos del despegue se apoderaron del mando y desviaron su ruta hacia Colombia.
La avioneta despegó a las 8:33 de la mañana, reportando a Córpac de Piura -por única y última vez- que ascendía a 27 mil pies de altura y estimaba sobrevolar Chiclayo a las 9:02 de la mañana.
Mientras tanto en la avioneta, el copiloto Rodolfo Roggero servía café a los pasajeros cuando fue reducido por uno de ellos con un arma. Al instante hizo lo mismo con el piloto Gonzalo Bonifaz. A ambos les vendaron los ojos y fueron ubicados en los asientos posteriores. Les pidieron no poner resistencia. Dos de los supuestos pasajeros tomaron el control de la avioneta.
Luego de tres horas de viaje, la avioneta aterrizó en un lugar desconocido. Esa fue la última vez que Bonifaz y Roggero vieron la aeronave. En seguida, los rehenes fueron conducidos hacia una casa rústica donde se les proporcionó comida y ropa. Sus uniformes de pilotos les fueron quitados desde que llegaron.
Al mes fueron trasladados a un pequeño campamento que los secuestradores llamaban ‘La Pinta’. No había electricidad, solo algunos juegos de mesa y revistas. En todo momento no fueron maltratados ni obligados a trabajar. Uno de los supuestos pasajeros les dijo que permanecerían en cautiverio hasta que las aguas se calmaran.
Sin embargo, Rodolfo Roggero y Gonzalo Bonifaz mantuvieron un permanente temor de ser asesinados en cualquier momento durante los 60 días de cautiverio. Así lo expresaron durante la conferencia de prensa que realizaron una vez en Lima.
Camino a la libertad
Sin avisarles que serían liberados, los secuestradores permitieron que los pilotos se comunicaran por radio con alguna frecuencia peruana para avisar que estaban bien. El mensaje fue captado por el tripulante del avión de Aeronaves del Perú, Herbert Berger, quien se sorprendió al reconocer la voz de su amigo Gonzalo. Inmediatamente, comunicó la extraordinaria noticia a los familiares de los pilotos de ATSA.
El 16 de octubre de ese año los secuestradores avisaron a los pilotos que serían liberados. “Hoy se van -nos dijeron- pero no creímos porque varias veces nos habían dicho lo mismo…Pero ese día cumplieron, porque nos condujeron hasta un pueblo donde nos embarcaron en una avioneta hasta otro lugar”.
“De allí nos subieron a una camioneta hasta que finalmente nos dejaron libres en un camino. Nos dijeron que siguiéramos a pie en línea recta y que unas tres horas después íbamos a llegar a una pista que conducía a Bogotá”, refirió Bonifaz.
Bonifaz señaló que no ubicaron ninguna referencia en el camino hasta que por fin encontraron un transporte público que los condujo a la capital colombiana. En el avión, señaló, les dieron un equivalente a mil dólares para que se las arreglaran por su cuenta.
Ya en Bogotá, dijo, tomaron contacto con el Consulado de Perú, que les prestó las facilidades del caso, hasta su retorno a Lima ese mismo día en la noche. Para ambos, “la mejor cura para lo sucedido fue ver a nuestros familiares y poderlos abrazar... nuevamente estamos aptos para volar”, dijeron.
Las investigaciones policiales determinaron que los secuestradores eran narcotraficantes. La embajada de Costa Rica confirmó que los cinco delincuentes no figuraban como ciudadanos de ese país. El paradero de la avioneta y los narcotraficantes es un misterio que lleva más de 30 años sin resolver.
VIDEO RECOMENDADO
Nuestro Archivo Histórico presenta su tienda virtual