Pablo Boner, el ingeniero suizo que se enamoró de los andes peruanos y dedicó su vida a crear energía eléctrica para nuestro país en siglo XX
Este ingeniero proyectista europeo llegó al Perú para visitar a un colega suizo en 1926. Su amor por los andes y un reto personal hicieron que se quedara en nuestro país. Su nombre quedó grabado en la central hidroeléctrica de Matucana, en Huarochirí.
El mismo día que el presidente de Argentina, Agustín Lanusse, dejó el Perú tras una visita de tres días, un gran homenaje se rindió en Lima. El 16 de octubre de 1971, se inauguró la nueva central hidroeléctrica “Pablo Boner” en Matucana, Huarochirí. Esta sede fue llamada así en reconocimiento al trabajo de un ingeniero suizo que dedicó más de 40 años de su vida en crear energía eléctrica en nuestro país. A continuación te contamos su historia.
Pablo Boner Hermann nació el 30 de mayo de 1889 en Maienfeld, en el cantón de los Grisones, en Suiza. Desde muy joven inició sus estudios de ingeniería hidráulica en el prestigioso Politécnico de Zúrich. Años después, siguió su formación académica en ciudades como Paris (Francia) y Londres (Inglaterra). También completó sus conocimientos en la Universidad de Mittweida, en Alemania.
El ingeniero proyectista llegó al Perú por primera vez en 1926. En aquella ocasión, arribó a nuestro país para visitar a un colega suizo que trabajaba para las Empresas Eléctricas Asociadas en la central de Yanacoto, en Chosica. Poco tiempo después, su amigo enfermó y fue enviado a Europa, donde falleció en los días siguientes. Por eso, se le ofreció ese trabajo a Boner. Su amor por los andes peruanos y el gran reto que significaba esta tarea lo hizo quedarse.
Tiempo después, en 1928, recién fue contratado por esta compañía y al año siguiente, en 1929, creó un gran proyecto para el suministro de energía hidroeléctrica en Lima. Es así como comenzó a recorrer incansablemente los andes en busca de ríos, lagos y lagunas. Fue en una de esas exploraciones que descubrió Marcapomacocha, la gran reserva de agua detrás de la cordillera. Ya en 1933 presentó el plan de tres etapas para construir cinco centrales escalonadas en la cuenca Rímac- Santa Eulalia.
A los 79 años de edad y luego de más de cuatro décadas dedicadas a crear energía eléctrica en el Perú, Boner dejó la actividad y se jubiló. En reconocimiento a sus grandes aportes, el 13 de enero de 1965, el Gobierno peruano le entregó la Orden del Mérito Industrial en el grado de Comendador. También recibió un diploma de Mérito Profesional en la Primera Convención Nacional de Ingeniería. El tributo más grande vendría después, cuando su nombre quedó enmarcado en la historia de nuestro país.
A las 12 y 44 de la tarde del sábado 16 de octubre de 1971, el ministro de Energía y Minas, Jorge Fernández Maldonado, inauguró la nueva central hidroeléctrica “Pablo Boner” en Matucana, Huarochirí. A este evento fueron invitados algunas autoridades de la provincia, alcaldes distritales de Lima, expertos extranjeros y el embajador de Suiza en el Perú. Sin embargo, el ingeniero suizo que sería homenajeado no pudo asistir porque tenía problemas de salud.
Antes de la ceremonia, el ministro de Energía y Minas junto al director general de Empresas Eléctricas Asociadas y otros altos funcionarios de la compañía, fueron hasta la Toma de Tamboraque y accionaron los controles de la compuerta. Esto permitió dar funcionamiento a la nueva sede. Durante el evento, Fernández rindió un emotivo homenaje a los trabajadores que perdieron la vida en el proyecto y consideró un acierto el nombre que le pusieron a la recién estrenada central.
Al año siguiente, el 7 de abril de 1972, el Gobierno peruano condecoró a Boner con la Orden del Sol en el grado de Comendador. Este reconocimiento se dio por su extraordinaria contribución al desarrollo de la industria eléctrica en nuestro país. La entrega la realizó personalmente el ministro Fernández en la casa del ingeniero suizo. En el evento también estuvieron presentes el gerente general de la compañía eléctrica y el asesor técnico del Ministerio de Energía y Minas.
Durante la ceremonia, Fernández Maldonado agradeció la dedicación que tuvo el especialista europeo para crear fuentes de electricidad en nuestro territorio y destacó la capacidad del obrero peruano para sacar adelante este tipo de proyectos. El ingeniero se mostró emocionado por la distinción y respondió el gesto en pocas palabras. Ese año, Pablo Boner falleció. Es así como terminó la historia de este profesional suizo que se enamoró de nuestros andes y dedicó su vida a crear energía eléctrica para el Perú en el siglo XX.
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