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Parque Universitario: cuando el reloj de la Torre Alemana volvió a funcionar por los 150 años de nuestra independencia
El trabajo de reparación del mecanismo, una reliquia de la capital, lo realizó SENATI en 1971. Durante los festejos por el sesquicentenario de nuestra independencia, el antiguo reloj volvió a funcionar por un tiempo.
Días después que el astronauta estadounidense David Scott se pusiera su traje espacial para viajar hacia la Luna con el Apolo 15, una sorpresa se preparó por el sesquicentenario de la independencia del Perú. El 28 de julio de 1971, volvió a funcionar el antiguo reloj de la Torre Alemana del parque Universitario, en el Centro de Lima. Esta reliquia estuvo abandonada y sin mantenimiento por muchos años.
Semanas antes, el valioso reloj fue reparado por expertos suizos en mecánica de precisión y alumnos de esa especialidad del Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial (SENATI). La vieja máquina había sido donada por la colonia alemana durante las celebraciones por el centenario de nuestra independencia (1921). También resistió el terremoto de Lima en 1966.
Eran mediados de 1971, cuando El Comercio lanzó una iniciativa para arreglar el antiguo reloj que estaba en la Torre Alemana, ubicada en el parque Universitario, en el Centro de Lima. La idea era tener la máquina lista para los festejos por los 150 años de nuestra independencia. Por eso, el Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial (SENATI) se ofreció a reparar el valioso objeto sin costo alguno.
Más adelante, varios expertos suizos en mecánica de precisión y alumnos de la especialidad de esa institución educativa, iniciaron los trabajos de reparación y mantenimiento del reloj. Unas labores que duraron 250 horas. Cabe recordar que esta reliquia había sido donada por la colonia alemana durante las celebraciones por el centenario de la independencia del Perú (1921).
La tarea no fue fácil. El valioso objeto había sido abandonado por muchos años. También resistió el terremoto de Lima en 1966. Días después, la noche del 26 de julio de 1971, el antiguo reloj empezó a funcionar bajo la supervisión del alcalde de la ciudad, Eduardo Dibós, el presidente del Consejo Nacional de SENATI, George Scholfield, y el director nacional de esa institución, Alfonso Castañeda.
Pasadas las 20 p. m., varios transeúntes se detuvieron para escuchar las campanadas de la renovada reliquia. Tras ello, el alcalde Dibós reveló que la máquina seguiría siendo revisada hasta que quede totalmente reparada. Recién funcionaría con normalidad el 28 de julio. Además, aseguró que seguirían dándole mantenimiento al valioso objeto, a pesar de su complejo mecanismo, después de los festejos por Fiestas Patrias.
Cerca del mediodía del 28 de julio de 1971, miles de personas se arremolinaron alrededor de la Torre Reloj, como también se le conoce al monumento, del Parque Universitario. Hasta el lugar también llegaron decenas de cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas. La multitud estaba ansiosa por escuchar al reloj tocar el Himno Nacional peruano. Por eso, empezaron a contar los minutos para que llegara la ceremonia.
A las 12 m., el antiguo reloj empezó a dar varias campanadas y a tocar el himno patrio con algunas raras pausas. Los asistentes al lugar tuvieron que esforzarse para poder entender la melodía. Un anciano que estaba en la ceremonia explicó qué fue lo que realmente escuchó: “Eso no es el Himno que yo alcancé a escuchar cuando la máquina estaba en uso”. Otras personas manifestaron que si lo oyeron pero que no sonó por completo.
Es así como el himno sonó por cinco minutos. Segundos después, Fretz Han, el ingeniero suizo que estuvo a cargo de la reparación del reloj, explicó el trabajo que hicieron: “Solo se ha hecho una reparación provisional. Después de las fiestas proseguiremos con la obra que esperamos terminarla en tres o cuatro meses más”. También reveló que tuvo que trabajar con materiales que necesitaran sustituir y que habían muchas fallas en el “techo musical” de la torre.
“No se ha podido mejorar el sonido de las campanas, las cuales no han dado aun exactamente el tono, como lo puede dar otro instrumento musical, además de que por ahora y debido a todas esas circunstancias, arriba se escucha de una forma y debajo de otra”, finalizó Han. Es así como siguió el valioso esfuerzo de los trabajadores de SENATI para recuperar una reliquia abandonada que ahora tiene más de un siglo en nuestra capital.
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