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¡Vuelo histórico!: la epopeya del primer viaje de turismo Lima-Cusco que llevó flores, corvinas y salvó la vida de un magistrado en 1933
Fue un vuelo singular el que abrió las puertas del Cusco al mundo. El trimotor de la compañía Panagra hizo historia y, tras un inconveniente inicial, aterrizó en el aeropuerto Velasco Astete, el 20 de setiembre de 1933. Así, hace 90 años ocurrió el primer vuelo de turismo a la Ciudad Imperial.
No fue casualidad que el primer vuelo directo Lima-Cusco, con pasajeros, carga y correo, es decir, el primer vuelo turístico a esa ciudad, haya sido en setiembre de 1933. El gobierno y la “Peruvian Airways Corporation” (Panagra) querían celebrar así la antesala a los 400 años de la fundación española del Cusco. Los conquistadores habían ingresado a la urbe inca en noviembre de 1533, y el 23 de marzo de 1534 fundaron la ciudad. El cuatricentenario tenía que celebrarse desde setiembre porque ese mes se esperaba buen tiempo, pero las cosas no fueron tan fáciles para esos pioneros comerciales del aire cusqueño.
En el Cusco de ese setiembre de 1933 las cosas no andaban tan bien. En la provincia de La Convención hubo una epidemia de paludismo, que afectó incluso al propio director de la campaña antipalúdica y a la enfermera-jefe, y que amenazaba con extenderse al resto del departamento. Kermeses y donaciones de la misma gente cusqueña se hicieron sentir en apoyo a la campaña sanitaria. (EC, 18/09/1933, pág. 11).
Pese a ello, los cusqueños no podían ser ajenos a una gran noticia: el domingo 17 de setiembre de 1933 se les reconfirmó que -de todas formas- se realizaría el primer vuelo comercial y turístico desde Lima al Cusco. De inmediato, los vecinos de la Ciudad Imperial vieron ese viaje como el inicio de una nueva era de prosperidad turística, comercial y cultural pues se conectaban con la capital limeña, y de allí al mundo.
De esta forma, se enteraron también por los medios de prensa que el trimotor “San Pablo” de la compañía aérea Panagra haría el viaje directo el martes 19 de setiembre de 1933; y que, además, realizaría vuelos recreativos y cortos con pasajeros por la ciudad cusqueña. Ello provocó gran expectativa en la población, que se inscribió con la esperanza de que le tocara un asiento en ese vuelo histórico.
EL PRIMER VUELO TURÍSTICO AL CUSCO: EL DÍA QUE EL VIAJE SE FRUSTRÓ
Todo estaba preparado para que el avión trimotor volara ese martes 19 de setiembre. Incluso, el aeroplano fue especialmente equipado para que pudiera remontar sin dificultades “los altos y nevados picos de los Andes”.
El aeroplano de Panagra despegó a las 7 de la mañana del aeropuerto “Las Palmas” en Lima, y se esperaba que llegara al Cusco antes del mediodía. Pero la compañía avisó a través de un comunicado que el “San Pablo” no había podido avanzar hacia el Cusco, ya que el mal tiempo a la altura de Abancay (tras dos horas y media de vuelo) había obligado al avión a regresar y aterrizar en Ica.
Fue una medida preventiva bien pensada, pues la visibilidad era escasa en la dirección del Cusco. Según El Comercio, el piloto confirmó el problema visual por la radio que tenía instalada en su tablero de manejo, un elemento que daba garantía de seguridad a sus pasajeros.
Los cusqueños esperaban (añoraban) que el Panagra llegara antes del anochecer de ese mismo día, pero eso fue imposible. El trimotor solo pudo hacerlo al día siguiente, el miércoles 20 de setiembre de 1933. A las 5 y 30 de la mañana despegó de Ica y llegó al aeropuerto “Alejandro Velasco Astete” del Cusco, con un radiante sol, a las 9 y 30 de la mañana.
EL PRIMER VIAJE COMERCIAL DESDE LIMA: UN FELIZ ATERRIZAJE EN EL VELASCO ASTETE
Parecía, a simple vista, el viaje más largo de la historia aérea del Perú, pero no era tanto así. El clima, el tiempo del sur peruano había trastocado en algo los planes iniciales. En ese “primer vuelo” comercial Lima-Cusco viajaron “el vocal de la Corte, doctor Eufrasio Álvarez y el Director General de Hacienda, doctor Leandro Pareja”. Ellos, además de “la señora Robins y el señor Phillips, iban a visitar el asiento minero de Ccochasayhuas”.(EC, 23/09/1933, pág. 7).
Por esa razón, el avión tuvo que hacer una pequeña escala en la localidad de “Huanaco-Pampa”, a donde llegaron a las 8 y 30 am.”. Luego, el avión de Panagra siguió hacia el Cusco, a donde llegaron una hora después, como dijimos, a las 9 y 30 am.
En el avión proveniente de Lima, amigos y parientes de varios cusqueños habían enviado empaquetados una serie de objetos diversos, comestibles y no comestibles: desde hermosos ramos de flores y adornos hasta paquetes de pescados. Para el mismo personal del avión trimotor “San Pablo” fue una sorpresa.
Así, llegaron al Cusco enormes corvinas de la costa, un envío que hizo recordar, como informó El Comercio, “a los legendarios días del Imperio del Sol, cuando el Inca podía comer en el Cuzco pescado fresco del mar, gracias a su maravilloso servicio de ‘chasquis’”. (EC, 22/09/1933, pág. 13)
Ese mismo día, el miércoles 20 de setiembre de 1933, el esperado trimotor de Panagra realizó algunos vuelos que había anunciado sobre la Ciudad Imperial, los mismos que fueron bautizados como “vuelos de placer”. Era el sueño de dominar el aire, de volar. (EC, 21/09/1933, pág. 11)
Pero, ante la gran cantidad de solicitudes de viajantes para esos paseos aéreos, la compañía aérea Panagra amplió esos vuelos de recreación de su avión trimotor hasta el mediodía del jueves 21 de setiembre de 1993.
El sobrevuelo con los vecinos de la ciudad fue netamente urbano y máximo llegaron a volar sobre los límites del casco urbano imperial. Estos vuelos fueron un éxito, pues se llegaron a transportar, según El Comercio del día, “un total de 60 personas”. Todos terminaron “encantados por la distracción”. (EC, 22/09/1933, pág. 13)
Inclusive, se buscó organizar un vuelo especial hacia la ciudadela de Machu Picchu, iniciativa del señor Alberto Araníbar, un “conocido caballero del Cusco”. (EC, 23/09/1933). No obstante, otra vez por el cambiante tiempo atmosférico en el Cusco, no se consiguió hacerlo. Una pena.
EL REGRESO DEL TRIMOTOR DE PANAGRA A LIMA: SALVANDO UNA VIDA
Debido a esa prórroga en bien del entretenimiento cusqueño, la compañía Panagra -que tenía todo listo para volver a Lima el jueves 21 de setiembre de 1933- debió variar su retorno para el viernes 22 de setiembre. El aeroplano “San Pablo” despegó a las 7 de la mañana del aeropuerto “Velasco Astete”.
Antes, el aeroplano había recogido de “Huanaco-Pampa” a los pasajeros que descendieron allí, y de inmediato volvió al Cusco, para completar los asientos vacíos y volar a Lima. Pero algo nuevo ocurrió: el “San Pablo” se convirtió en una ambulancia aérea, ya que debió llevar a bordo de urgencia al doctor Julián Saldívar, Vocal de la Corte Superior de Justicia, quien se hallaba en grave estado de salud.
El avión de Panagra alzó vuelo sin problemas, con buen tiempo y así se mantuvo hasta el aterrizaje en “Las Palmas”, a las 11 de la mañana. “Es decir, cuatro horas después de haber salido del Cuzco”. (EC, 23/09/1933, pág. 7)
En la capital limeña, la ilustre paciente debía “someterse a una operación quirúrgica, en una buena clínica”. (EC, 22/09/1933, pág. 13). El trimotor “San Pablo”, en un gran afán de ayuda humanitaria, le había salvado la vida al magistrado Julián Saldívar.
Ese mismo día, en Lima, había llegado designado por su gobierno el embajador de la República Argentina, Antonio Mora y Araujo, procedente de Río de Janeiro, Brasil, donde había ejercido el mismo cargo.
Desde el Gran Hotel Bolívar, en el Centro de Lima, donde estaba alojado, el embajador Mora y Araujo expresó su deseo ferviente de viajar cuanto antes el Cusco, y por supuesto ver la ciudadela de Machu Picchu. Expresaba eso teniendo en cuenta que los vuelos comercialesLima-Cusco serían cosa de todas las semanas.
“Tengo la intención de visitar el Cuzco. Tanto he oído y tanto he leído sobre esa imperial y milenaria ciudad incaica, que estoy deseoso de poder llegar a ella y admirar sus magníficas ruinas”, dijo entonces el nuevo embajador argentino.
En el Cusco, entre tanto, todos quedaron con la esperanza de ver pronto vuelos frecuentes a su ciudad. De hecho, la compañía Panagra anunció, allí mismo, que el viernes 22 de setiembre (es decir, solo horas después) otro avión viajaría de Lima al Cusco. El sueño de los cusqueños, con sus deslumbrantes ciudades antiguas y sus importantes plazas públicas, empezaba a ser realidad.
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