En julio de 2000, hace 20 años, el Perú vivía un severo trance de crisis política. Alberto Fujimori, en unas elecciones turbias, había sido elegido para un tercer período de gobierno, amparado en una “interpretación auténtica” de la Constitución, aprobada por el Congreso.
Aunque en la primera vuelta Fujimori obtuvo la mayoría, no alcanzó el 50% necesario para vencer a sus más cercanos adversarios, entre ellos Alejandro Toledo del Partido Perú Posible.
Empantanado en denuncias periodísticas y con una población hastiada del autoritarismo y de la presencia del oscuro asesor Vladimiro Montesinos, el fraude para ganar en primera vuelta no pudo hacerse realidad.
Toledo renunció a participar en una segunda vuelta, y Fujimori ganó. Pero allí la resistencia callejera aumentó en lugar de desvanecerse. Toledo fue la personificación de la lucha contra un gobierno que quería perpetuarse cinco años más en el poder.
En este contexto nació la idea de la Marcha de los Cuatro Suyos. Ni más ni menos que una convergencia en Lima de todos los peruanos que querían demostrar su rechazo a la juramentación de Alberto Fujimori como presidente del Perú, el 28 de julio de 2000.
La protesta se inició el día 26 de julio y tuvo su momento cumbre el día de Fiestas Patrias. La capital peruana fue un hervidero de marchas, manifestaciones y enfrentamientos, que tuvieron su episodio más trágico en el incendio provocado en el Banco de la Nación de la avenida Nicolás de Piérola.
Este violento capítulo de la vida política nacional culminó con un discurso de Alejandro Toledo en la primera cuadra del Paseo de la República, ante unas 80 mil personas.
Muchos personajes fueron protagonistas en aquellas horas de lucha. En las fotografías registradas por los reporteros gráficos de El Comercio, que se encuentran en los archivos del diario, hemos hallado imágenes que muestran a Carlos Bruce, Víctor Delfín, Gustavo Gorriti, Fernando Belaunde, Carlos Ferrero y el propio Toledo, durante el momento cumbre de la marcha.
¿Qué fue de algunos de ellos? ¿Cuál fue su itinerario biográfico? Hagamos un recorrido breve por sus vidas hasta el día de hoy.
Fernando Belaunde Terry
Un año después de participar en esta gran movilización civil, el arquitecto tuvo que soportar el enorme dolor de perder a su esposa y compañera de batallas políticas, Violeta Correa, el 1 de junio de 2001.
La triste partida de Violeta afectó en demasía al líder histórico de Acción Popular, quien en setiembre entregó a su agrupación política sus principales cargos. El 24 de mayo del 2002 el arquitecto sufrió un derrame cerebral y falleció el 4 de junio.
Carlos Bruce Montes de Oca
Con Toledo en el gobierno, asumió el cargo de ministro de la Presidencia hasta julio de 2002, cuando pasó a liderar la cartera de Vivienda.
Se le recuerda por la implementación del programa de viviendas “Techo propio”, lo que le generó el cariñoso apodo de “Techito”.
En 2005 renunció a su cargo ante la juramentación de Fernando Olivera como canciller de la República.
Luego, en 2006 Bruce formó parte de la plancha presidencial que lideró Rafael Belaunde y completó Rómulo Mucho. Belaunde renunció el 31 de enero de 2006 y la fórmula presidencial se desmoronó.
Para las elecciones de 2011 se desempeñó como jefe de campaña de Alejandro Toledo, aunque en julio Toledo lo expulsó de Perú Posible por difamar a sus correligionarios.
Como congresista, pasó a formar parte de Concertación Parlamentaria, desde donde impulsó el proyecto de ley de Unión Civil desde el 2013. “Soy gay y estoy orgulloso de serlo”, declaró en entrevista publicada por El Comercio en mayo de 2014.
Para las elecciones de 2016 se sumó al equipo de PPK (Peruanos por el Kambio) como vocero de la agrupación. En diciembre de 2016 se hizo público un pedido de Bruce para que la Policía Nacional brindara resguardo durante la inauguración de un restaurante de su propiedad. Esto afectó su imagen política y le costó pasar a la Comisión de Ética del Congreso.
En setiembre del 2017, Bruce retornó al Ministerio de Vivienda, donde estuvo hasta abril del 2018. En agosto el Congreso lo sancionó con una multa de 60 días sin remuneración por el tema del restaurante.
Ese mismo mes abandona Peruanos por el Kambio y el 11 de marzo de 2019 asume otra vez el Ministerio de Vivienda bajo el gobierno de Martín Vizcarra, cargo que ejerce solamente hasta el 14 de abril.
Tuvo que renunciar por enfrentar una investigación preliminar de la fiscalía de la Nación ante su presunta vinculación con la organización criminal los Temerarios del Crimen. Solo duró 34 días en el cargo.
El 3 de marzo de 2020, un par de semanas antes de que empezara la cuarentena por el Covid-19, aceptó haberse reunido con Rómulo León Romero, relacionado con la organización Los Intocables Ediles.
Alejandro Toledo
Ganó las elecciones del 2001. Durante su gobierno tuvo un manejo económico aceptable y el Perú aumentó sus exportaciones. El tema de su hija Zaraí, a quien no reconoció como tal hasta octubre de 2002, le restó popularidad.
En 2002 su gestión tuvo un traspié cuando los arequipeños se rebelaron ante la privatización de Egasa y Egesur, decisión que tuvo que abortar.
El 2005 salió bien parado del “andahuaylazo” organizado por Antauro Humala y pudo culminar su gobierno y entregarle el mando a Alan García Pérez, en el 2006.
A partir de ese año se dedicó a labores académicas y conferencias en favor de la democracia.
En 2011 postuló a la presidencia, pero quedó en cuarto lugar con 15%. Mientras en las elecciones generales del 2016 prácticamente desapareció del mapa electoral: allí obtuvo el 1,30 % de los votos válidos.
El 4 de febrero de 2017 se reveló que Alejandro Toledo recibió 20 millones de dólares a cambio de favorecer a la empresa Odebrecht, según un colaborador eficaz. De aquel Toledo tenaz que comandó la Marcha de los Cuatro Suyos ya no quedaba ni la sombra.
Ese mismo mes se le ordenó prisión preventiva mientras se encontraba fuera del país. En julio de 2019 es detenido en Estados Unidos por un mandato de extradición y recluido en prisión.
Tres días después de iniciarse la cuarentena en el Perú, el 19 de marzo de 2020, en los Estados Unidos le concedían libertad bajo fianza. Su condición de hipertenso había jugado a su favor.