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Isabel II de Inglaterra: así informó El Comercio sobre la coronación anterior a la de Carlos III
A los 25 años, Isabel II de Inglaterra, madre de Carlos III, cuya coronación es este 6 de mayo de 2023, debió asumir en 1953 el trono que su padre Jorge VI le dejó, tras morir repentinamente un año antes. Reina de siete generaciones de británicos, su reinado de 70 años será muy difícil de repetir por otro rey, y menos aún por su hijo Carlos.
Isabel II superó a Jorge V de Inglaterra con sus 26 años de reinado, también a Alfonso XIII de Borbón de España, con sus 45 años como rey; incluso dejó atrás el record de la gran reina Victoria I de Inglaterra, con sus históricos 63 años en el trono. Isabel II de Inglaterra tuvo el reinado más longevo de la historia. Ella cumplió 70 años invictos en el trono británico. Su proclamado hijo Carlos, será coronado mañana sábado 6 de mayo de 2023 como Carlos III de Inglaterra.
Nacida en Londres, el 21 de abril de 1926, Isabel II fue bautizada con el nombre de Elizabeth Alexandra Mary, y llegó al trono tras un hecho inesperado: la muerte de su padre, el rey Jorge VI, el 6 de febrero de 1952, en el mismo momento en que ella pasaba unos días en Nairobi, Kenia, con su esposo, el duque de Edimburgo.
La foto de la aún princesa Isabel, al lado del teniente Felipe de Mountbatten, príncipe de Grecia y Dinamarca y duque de Edimburgo, llegó a El Comercio a través de la agencia United Press (UP) por el servicio de radiofoto. Apenas supo de la fatal noticia, la pareja que contrajo nupcias en 1947 subió al avión real y voló a Londres desde el corazón de África.
El diario decano informó, en su edición del 7 de febrero de 1952, el motivo de la muerte del rey de Inglaterra: había sufrido una “trombosis coronaria” mientras dormía en la propiedad real de Sandringham.
ISABEL II: LA PROCLAMACIÓN DE LA NUEVA REINA DE INGLATERRA
Luego de 51 años, tras la muerte de la reina Victoria I de Inglaterra en 1901, volvía a reinar una mujer en el Imperio Británico. Todo un acontecimiento mundial. A sus 25 años, Isabel vio cómo su padre era adorado por el pueblo británico en unos largos funerales que empezaron el mismo 6 de febrero de 1952.
Apenas llegó a Londres, la princesa Isabel, apodada Lilibet en la infancia, se dirigió a Clarence House, su residencia, y luego se encaminó al Palacio de Buckingham para reunirse con el Consejo Privado ante el cual formuló la histórica “declaración de sucesión al trono”.
El diario decano se proveía de la mejor información, así se supo en el Perú desde ese mismo 7 de febrero todos los detalles de la inmediata “proclamación formal” de Isabel como reina de Inglaterra. El suceso histórico aconteció el 8 de febrero de 1952.
A las 6 de la mañana de ese día, en una ceremonia de orígenes medievales, se realizó la “primera proclama” de la asunción como nueva reina de Isabel II. En una formalidad imperturbable se ejecutó el trámite de “ascensión al trono”, proceso que debía darse incluso antes de cualquier manifestación de pesar de la futura reina ante el cuerpo del rey muerto y de consuelo a la madre viuda.
El acto de “lectura de la proclamación” de Isabel II como reina de Inglaterra, a cargo del “rey de armas”, Sir George Bellew, duró solo 15 minutos. El escenario fue el Palacio de St. James. Allí se declaró a la soberana como “Reina de este dominio y de sus otros dominios y territorios del Commonwealth, defensora de la fe”. Al final, se escucharon las notas del himno “Dios Salve a la Reina”.
REINA ISABEL II: LA CORONACIÓN MÁS ESPERADA DEL SIGLO XX
Proclamada reina de Inglaterra, Isabel II debió esperar un poco más para ser coronada como tal. Aquello sucedió el 2 de junio de 1953. Ese día, vestida con una túnica escarlata, y en su cabellera castaña una diadema de piedras preciosas, la reina tenía detrás de ella a seis damas de honor que llevaban la larga cola de su traje entre manos. Así llegó la reina Isabel para ser coronada en la Abadía de Westminster.
En su ingreso a la abadía, las voces juveniles de los alumnos del Colegio de Westminster resonaron con ánimo y respeto a la vez: “¡Vivat Regina Elizabetha!, ¡Vivat, Vivat!”. Fueron las únicas palabras en latín que se usaron en la ceremonia. Isabel II dio pasos cortos por la alfombra real hasta llegar al lado del trono, que una hora después ocuparía. En ese ingreso solemne, el coro cantó el Salmo 122 a modo de bienvenida: “Yo me alegré con los que decían a la Casa del Señor iremos”.
La antigua abadía de Westminster estaba repleta. Según El Comercio de ese día, había unos 7 mil 500 espectadores dentro de ella, ubicados en sus naves, cruceros e hileras de asientos, los cuales subían hasta los abovedados techos. Todos se levantaron de sus sitios apenas la reina Isabel dio su primer paso en la extensa alfombra a sus pies.
La coronación, a diferencia de la sencilla proclamación, fue de una gran fastuosidad. El Comercio escribió en su portada de ese mismo día, el sencillo y directo titular: “Fue coronada Isabel II”. Una de las escenas más impactantes del ceremonial fue cuando el Arzobispo de Canterbury, Dr. Geoffrey Fisher, “con mitra y capa pluvial” le formuló a Isabel II una serie de preguntas, las cuales buscaban determinar sin ninguna duda si la reina “empleaba leal, justa y misericordiosamente sus poderes y que no oprimiera a los pueblos distantes bajo su gobierno”. (EC, 02/06/1953)
“¿Haréis todo lo que esté a vuestro alcance por mantener las leyes de Dios y la verdadera profesión del Evangelio? ¿Háreis todo lo que esté a vuestro alcance por mantener en el Reino Unido la religión protestante reformada establecida por la ley?”., interrogó el Arzobispo de Canterbury. (EC, 02/06/1953)
A dichas preguntas, la joven Isabel II respondió con un “Lo haré”, “Prometo solemnemente hacerlo”, y “Todo ello lo prometo”. El Arzobispo se dio por satisfecho, y la reina se levantó de la Silla del Estado, donde estaba sentada. De inmediato se dirigió al Altar Mayor para arrodillarse en sus gradas. Se le entregó una frondosa Biblia, y con la mano derecha sobre ella declaró con toda la solemnidad del caso: “Lo que he prometido aquí antes, lo haré y lo cumpliré. Que Dios me asista”. Dicho esto, Isabel II regresó a la Silla del Estado.
Dos horas y media fue lo que duró el ceremonial, en un acto de verdadero esplendor y recogimiento británico. A los 27 años cumplidos, Isabel II se acomodó la corona para ser ungida “como servidora de Dios y ser consagrada al servicio de sus pueblos”.
De esta forma, desde esa fecha hasta el día de hoy, 8 de setiembre de 2022, en que acaba defallecer en Londres, la reina Isabel II de Inglaterra se convertiría en una reina viajera. Ella recorrió todo el mundo como no lo había hecho ningún otro monarca británico; siempre con el objetivo de afianzar los vínculos con sus súbditos de las más diversas razas, creencias y culturas.
El reinado de Isabel II de Inglaterra llegó a los 70 años, y ella llegó a cumplir los 96 años de vida. Fue una reina carismática que aprendió a ser mejor reina cada año que pasaba en el trono. ¡Dios Salve a la Reina!
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