Virgen del Morro: la historia de una imagen que se levantó en memoria de los fallecidos en la Guerra del Pacífico
Un día como hoy de 1905 fue inaugurada la estatua de la Virgen de la Inmaculada Concepción o Virgen del Morro, en Chorrillos. La iniciativa nace para honrar la memoria de los caídos en la Guerra con Chile.
Desde hace 117 años, la estatua de la Virgen de la Inmaculada Concepción o Virgen del Morro, en Chorrillos, protege a sus fieles quienes llegaban hasta ella en busca de perdón o un milagro.
El esfuerzo colectivo hizo posible que un 11 de febrero de 1905 fuera inaugurada la estatua de la Virgen Inmaculada en la cima del Morro Solar. La obra fue realizada gracias a los auspicios de distinguidas damas y colaboraciones de dinero de los fieles y vecinos. Pero ¿por qué se decidió hacer este homenaje?
Al terminar la Guerra con Chile, el balneario de Chorrillos quedó en ruinas. Muchos familiares de los soldados caídos durante el conflicto subían al Morro Solar para honrar su memoria. Sería en 1901 cuando surgió la idea de levantar una estatua de la Virgen de la Inmaculada Concepción.
El entusiasmo de los vecinos chorrillanos llegó a oídos del Arzobispo de Lima Manuel Tovar quien dio un donativo de 100 soles. Sin embargo, la colecta de dinero fue lenta hasta que el 4 de marzo de 1904 un temblor remeció la conciencia de los limeños. El sismo de 7.2 grados derrumbó las casas recién reconstruidas en Chorrillos y otros distritos. A partir de ese momento las donaciones comenzaron a llegar y se logró terminar la base donde estaría colocada la imagen que fue traída desde Francia.
La mañana del 11 de febrero de 1905 fue muy calurosa, pero eso no impidió que un numeroso público llegara hasta la iglesia Matriz de Chorrillos donde a las 8:30 a.m. comenzó la peregrinación hacia el Morro Solar.
La banda de música de infantería acompañó a las autoridades eclesiásticas, los fieles entre ellos niños y delegaciones de Chorrillos, Barranco, Miraflores, Lima y Callao.
La peregrinación recorrió la calle Castilla, el malecón y ascendió al morro por los barrios de Alto Perú. Durante el trayecto los fieles rezaban el rosario. Una vez en la cima, los esperaba la estatua cubierta por un velo y a su lado la bandera peruana. En el trayecto se unieron más vecinos de la zona quienes se ubicaron ordenadamente en torno a la reja que rodeaba la estatua.
La señorita Isabel Valle y Osma, madrina de la ceremonia, descorrió el velo que cubría la imagen, a la vez que se iluminaba una vistosa combinación de luces eléctricas, que aureolaban la estatua.
Inmediatamente el arzobispo de Lima Manuel Tovar procedió a la bendición y la concurrencia entonó una salve a la virgen. Acto seguido se celebró una misa de campaña en un altar portátil levantado delante de la estatua.
La ceremonia duró hasta las 10:30 a.m. y se regalaron medallas conmemorativas entre los asistentes. Hacia mediados de 1926 se construyeron pequeñas capillas a lo largo del camino hacia la cima del Morro Solar. Ellas representan los misterios de la fe católica.