En la antigua Grecia tenían múltiples formas de llamarlo: Ágape, al amor de Dios hacia la humanidad; Eros, como el sentimiento entre las parejas sexuales; Philia, lo que surge entre relaciones de amigos y personas de mentalidad similar; Storge, entre los padres / madres e hijos; Philautia, como el sentimiento hacia uno mismo y Xenia, evocando hospitalidad entre extraños. Y de hecho, todos estos significados se refieren a la expresión racional de sentimiento que describe distintas variantes de apego emocional.
En el mundo moderno se han englobado todos estos significados en una sola palabra: Amor, entendiéndose como un sentimiento relativo a la afinidad que surge entre diferentes personas, y que resulta en una serie de acciones afectivas, bondadosas y compasivas. La palabra se simplificó con el pasar del tiempo, pero el significado se mantiene.
El amor como principio espiritual va más allá de eso. Imagina que posees una capacidad de sensación tan microscópica, que logras sentir cada una sola célula de tu cuerpo. Luego, percibe las otras 30 billones de células que también lo componen, cada una con un rol, de un tamaño y una forma distinta. De inmediato, capta toda la energía que las mantiene unidas, interrelacionadas e interdependientes al mismo tiempo. Explora ese compromiso. Algo así es el amor.
Ahora párate y camina. Observa cómo las 30 billones de células que te conforman, te acompañan en todo momento y luego párate cerca de alguien y siente el espacio “vacío” que las separa, delimitando los bordes entre tu cuerpo y el otro. ¿Qué llena ese espacio? y ¿Qué te une a ti y a esa persona? El amor.
El principio espiritual del amor impregna todo lo que hay en el mundo material y por ello no se puede separar ni examinar. A través de él, podemos comprender mucho más que mediante cualquier análisis cognitivo, por ello nos podemos volver supuestamente más “fuertes” y también por amor es que supuestamente “quebramos” nuestra propia voluntad algunas veces.
A menudo escuchamos la frase “todos somos uno” y, por mucho que lo intentemos, puede que no tenga sentido para nosotros. Pero cuando podemos percibir ese pegamento que mantiene todo incorporado, llamado Amor, el cual une tanto mis células como las tuyas e impregna el espacio “vacío” que hay entre nosotros, entonces se presenta el “todo es uno” y la frase llega a tener sentido.
Y entonces, ¿cómo saber qué es amor?
- A través del amor comprendemos más allá de nuestra capacidad cognitiva, nos vuelve compasivos.
- El amor, al ser una de las mayores frecuencias vibracionales que hay en la conciencia, también eleva nuestra frecuencia vibracional personal.
- El amor brinda lucidez, nos permite ver con claridad y sin obstrucciones, más allá del laberinto de nuestra mente.
Debemos entrenar en ser testigos del amor: cuando una herida sana, el “pegamento del Amor” está haciendo su efecto, cuando el “tiempo” cura nuestro dolor, el amor está en acción.
Buscamos siempre amor en las acciones, porque, definitivamente, el amor está en realidad presente en todo.