Inició el ciclo universitario y Joaquín Rondón (22) asistió a clases con mucha energía. En uno de sus cursos, el profesor aprovechó la primera clase para explicar el trabajo final: una investigación de cuatro meses, duración del ciclo regular. Durante ese tiempo, Joaquín hizo de todo excepto ese trabajo. Cuando llegó la fecha de entrega, Joaquín estaba en aprietos: tuvo que hacer en dos horas lo que debió en cuatro meses. Fue víctima de su procrastinación.
¿La historia suena similar a algún momento de tu vida? Sin duda la procrastinación es un hábito que en algún momento hemos vivido todos y que no le tomamos mucha relevancia.
Hablamos de una actitud o hábito de aplazar ciertas actividades a pesar de que se pueden terminar mucho antes de lo esperado. Esto puede comenzar como un hábito de orden en tu habitación, pero puede tener consecuencias negativas como aplazar un tema de salud, trabajo o estudio, así como le pasó a Joaquín.
Pasos para dejar de procrastinar:
La mejor forma para dejar de procrastinar es reconocer que lo estás haciendo y aceptarlo para que puedas tomar algunas acciones de cambio.
- Empieza por analizar las situaciones en las que postergas tus actividades. Empieza por el lado consciente para luego pasar al inconsciente.
- Define qué aspectos son los más importantes en tu vida y clasifícalos en categorías. Por ejemplo, sí dejaste una pendiente para el día siguiente, eso podría perjudicar tu desempeño ya sea laboral, educativo o personal. Enlista todos tus pendientes por categorías.
- Continuando por este camino, determina otros aspectos importantes de tu vida y haz el mismo ejercicio de buscar situaciones de procrastinación que hayan puesto en riesgo estos aspectos.
- Con esta información, define la motivación y la satisfacción que tendrás al finalizar la tarea, eso ayudará a dejar de procrastinar poco a poco.
- Establece una programación de las tareas para tener control y seguimiento de las actividades propensas a la procrastinación.
- Recuerda que procrastinar es un mal hábito que podemos cambiar, pero que muchas veces queda fuera de tu alcance, por ello, buscar ayuda también es una buena opción. El psicólogo o psicóloga va a ayudarte en este proceso para que sea más sencillo.
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