Ningún alimento en exceso es bueno, menos aquellos que pueden afectar directamente al hígado. Si llevas una dieta poco saludable podrías desarrollar enfermedades como hepatitis, cirrosis, hígado graso y cáncer.
Si tenemos un correcto funcionamiento del hígado, nuestro cuerpo estará libre de toxinas, ya que este órgano se encarga de limpiar la sangre y convertir los alimentos en energía.
¿Cuáles son los alimentos que dañan más el hígado?
Azúcar refinada. El consumo excesivo de galletas, helados, pasteles y otros productos procesados que reciben altos niveles de azúcar agregado durante su producción, aumenta el nivel de azúcar en la sangre. Esto hace que se acumule grasa en el hígado, lo cual afecta su funcionamiento. La mejor alternativa para este tipo de alimentos son las frutas y postres elaborados sin azúcar.
Frituras. Estos alimentos permiten el ingreso de un elevado nivel de calorías a nuestro organismo, las cuales no son bien procesadas y pueden acumularse en el hígado. Al igual que con el azúcar, su consumo frecuente puede afectar el funcionamiento de este órgano y generar cirrosis o hígado graso.
Sodio. Este elemento químico es mayormente utilizado en alimentos procesados, ya que permite conservar estos productos durante largos períodos de tiempo. Si llegamos a consumir más de 1,500 miligramos de sodio diarios, es posible que nuestro cuerpo comience a retener líquidos, lo cual dificulta al organismo eliminar toxinas adecuadamente.
Harina de trigo procesada. Suele estar presente en la mayoría de pastas y postres de todos los países. Es utilizada como la base de muchos alimentos, por lo que es posible consumirla en exceso sin darse cuenta. Estos alimentos se convierten en azúcar al ser metabolizados por el cuerpo, por lo que generan consecuencias similares al consumo directo de azúcar refinada.
Carnes rojas, carnes frías y embutidos. El hígado procesa las proteínas de manera más lenta que otros alimentos, por lo que su consumo frecuente puede afectar su funcionamiento regular. La mejor forma de evitar esto es preparar comidas balanceadas sin exceso de proteínas.
Alcohol. En ningún caso es beneficioso para la salud. Un consumo abusivo puede producir enfermedades como la cirrosis, afectar al funcionamiento natural del hígado y dañar las células que se encuentran en este órgano, perjudicando la digestión.
Es importante tomar en cuenta que no debemos limitar toda nuestra alimentación. Si queremos cambiar nuestro estilo de vida, debemos acudir a un nutricionista que nos ayude a obtener una dieta balanceada y adaptada a nuestras necesidades.