¿Cómo afrontar la falta de agua segura y garantizar la salud de los menores del hogar?

Este año, la Organización de las Naciones Unidas declaró que el 2023 sería el año de adquirir compromisos con respecto al uso del agua y su saneamiento. Por ello, debemos considerar esta fecha como una ocasión para movilizarnos y reflexionar sobre aquellos que no tienen acceso a un recurso tan fundamental como es el agua potable.

De acuerdo con la ENAPRES 2020, 2.9 millones de peruanos (8.8%) carecían de acceso al servicio de agua potable y 7.5 millones (23.3%) al servicio de alcantarillado sanitario o de otras formas de disposición sanitaria de excretas. Por cifras así, el Día Mundial del Agua debe utilizarse como motivo de reflexión sobre cómo la ausencia de este recurso puede generar consecuencias negativas en el desarrollo de las personas.

En esta ocasión, Bienestar El Comercio conversó con Fabiola Cáceres, Gerente de Innovación Social País en Aporta (la plataforma social de Breca), quien nos recuerda la importancia del acceso a agua potable y cómo este factor puede ser determinante en el crecimiento y desarrollo de los más pequeños.

¿Cómo afecta la falta de acceso a agua potable en las familias?

“Es una situación muy compleja, sobre todo en hogares con familias gestantes o niños menores de 5 años. No tener agua de calidad puede exponer a las personas a enfermedades, las cuales pueden deteriorar su salud física. En muchos casos, cuando las familias no tienen acceso directo a agua potable desde su hogar, acuden a recoger agua de fuentes cercanas. Sin embargo, durante el trayecto de regreso se puede reducir la calidad del agua, lo cual indica que se necesitan cuidados adicionales”, estableció Fabiola Cáceres.

Entre las consecuencias que podría tener acceder a agua insalubre, la especialista indicó que podría generar parasitosis, diarrea y anemia. “La anemia es una condición silenciosa. Si un niño se encuentra con menos energía, no tiene apetito, se duerme en clase, terminará no aprendiendo en la escuela. Es una enfermedad que, incluso, puede complicar su acceso a la educación superior. A pesar de que se puede dar en adultos, los efectos llegan a ser mucho más graves si son en un niño pequeño”, agregó.

La experta indicó que se ha comprobado que los cinco primeros años de vida son fundamentales en un niño. El 85% del cerebro se desarrolla en esta etapa y, por ende, revertir esos efectos puede volverse muy complejo. “Debemos tomar en cuenta que hay factores imprescindibles en el desarrollo de un niño aparte del acceso al agua potable, como la nutrición y el apego afectivo”, añadió.

¿Qué medidas se pueden tomar para revertir esta situación?

En palabras de Fabiola Cáceres, el estado tiene un rol muy importante. “Se deben realizar proyectos e inversiones que lleguen de manera adecuada. Sin embargo, hasta que esto suceda, no podemos decir que aquellos que no tienen agua estarán condenados. Tenemos que capacitar a las familias para que tengan los cuidados correspondientes”, enfatizó.

Por ejemplo, la gerenta comentó sobre ‘Volar’, un proyecto de Aporta, plataforma de impacto social de Breca. En esta iniciativa, se busca impactar en el desarrollo infantil temprano a nivel nacional. Desde el 2018, el proyecto busca centrarse en los cinco pilares del desarrollo: buena salud, nutrición adecuada, atención receptiva, oportunidades para el aprendizaje temprano y protección y seguridad.

En ‘Volar’, se comparte información fácil de entender y personalizada para fortalecer las habilidades de los padres para crear hábitos que sean favorables para el desarrollo infantil. “Desde la pandemia, decidimos proporcionarles estas herramientas al Estado para poder trabajar en conjunto. Así, hemos ido colaborando y recolectando ideas para poder contribuir todos a esta meta común: el desarrollo nacional”, resaltó.

Para finalizar, Fabiola recalcó que es fundamental fortalecer las habilidades de los padres de crear hábitos que sean favorables para el desarrollo infantil. “Se han podido hacer evaluaciones que prueban que esto funciona. Gracias a esta información, se han podido mostrar mejoras en la comunicación verbal y la regulación de emociones de los niños”, concluyó.