Especialistas de Yale indican qué factores pueden afectar la salud pulmonar

El hecho de respirar puede sonar muy simple. Sin embargo, es una actividad en la que rara vez pensamos, a pesar de que nuestra vida dependa de ella. Por ello, la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale recientemente enumeró algunos factores que pueden afectar de manera directa la salud respiratoria.

Según el reporte, desde el COVID-19, las personas han empezado a tener mayor preocupación por la salud pulmonar. “Si bien uno es consciente de que fumar, la contaminación y los virus pueden dañar los pulmones, es posible que no se dé cuenta de que la obesidad y el estrés también pueden dañarlos”, señaló la publicación.

De acuerdo con Stephen Baldassarri, MD, MHS, médico de medicina pulmonar, cuidados críticos y adicciones de Yale Medicine, la salud pulmonar afecta el bienestar de todos nuestros órganos y sistemas. “Nuestros pulmones y vías respiratorias están directamente conectados con el mundo exterior. Con cada respiración, estamos inhalando lo que hay en nuestro entorno e, idealmente, solo deberíamos inhalar aire limpio”, añadió.

¿Cómo afecta la calidad del aire a nuestros pulmones?

Según la Escuela de Medicina de Yale, todos los contaminantes interiores, tanto como los exteriores, pueden causar o empeorar infecciones pulmonares, cánceres y otras afecciones, incluido el asma.

Dentro del hogar, se enfatizó el peligro de rodearse de productos químicos, como el radón, el asbesto, los productos de construcción y pintura, el monóxido de carbono, las alfombras, el plomo y los daños causados por el agua. Los elementos mencionados son algunos de los ejemplos que pueden causar que el aire no sea saludable.

Del mismo modo, existen algunos contaminantes exteriores que pueden dañar la calidad del aire que respiramos. Entre ellos, se encuentran los gases de escape de los automóviles, las centrales eléctricas y los incendios forestales. A pesar de ser difíciles de controlar, es preciso resaltar que pueden desencadenar episodios de asma, enfermar a las personas y afectar de manera negativa el desarrollo de los pulmones de los más pequeños.

Jason Kwan, MD, alergólogo e inmunólogo de Yale Medicine subraya que las personas con asma son especialmente sensibles a la mala calidad del aire. “Sabemos que el asma es más frecuente en las áreas urbanas y en las personas que viven cerca de las carreteras principales”, agregó.

¿Cómo afecta la obesidad a nuestros pulmones?

“Un aspecto importante de la obesidad es cómo afecta el volumen pulmonar. Si alguien es obeso, no siempre puede respirar por completo o tener el volumen completo en sus pulmones, lo que puede crear problemas respiratorio”, asevera Jorge Moreno, MD, especialista en medicina de la obesidad de Yale Medicine.

El experto hace hincapié en que la grasa abdominal adicional limita la capacidad del diafragma para respirar correctamente y expandir los pulmones. Por ende, las personas con obesidad generalmente tienen un volumen pulmonar más pequeño, lo cual les provoca dificultad para respirar.

Por otro lado, también hay factores hormonales determinantes, tanto para hombres como para mujeres. “A medida que la grasa se acumula debajo de la piel, las células grasas secretan hormonas. Estas hormonas pueden causar inflamación en todo el cuerpo, incluso en los pulmones”, aclara el Dr. Moreno.

El Dr. Baldassarri aconseja realizar ejercicio diario y mantener una dieta que consista principalmente en alimentos integrales, verduras, frutas, alto contenido de fibra y proteínas de origen vegetal. “Traten de hacer ejercicio de moderado a vigoroso al menos 20 minutos todos los días. Si pueden hacer más que eso, es aún mejor. No obstante, cualquier cantidad de ejercicio, incluso unos pocos minutos al día, es mejor que nada. Una dieta saludable y el ejercicio son excelentes para la salud general y específica de los pulmones”, comentó el doctor.

¿Cómo el estrés daña nuestros pulmones?

Aunque muchos no son conscientes de ello, el estrés afecta directamente la salud respiratoria. En situaciones estresantes, el cuerpo libera hormonas, como la adrenalina y el cortisol, las cuales pueden contribuir a una respiración rápida. Según Yale Medicine, si los pulmones están sanos, esto no es peligroso. Sin embargo, en personas que sufren de patologías pulmonares crónicas, esto puede aumentar la dificultad para respirar, además de contribuir a una sensación de pánico.

El Dr. Baldassarri también indicó que, en personas fumadoras, el estrés puede generar ansias de fumar más. “Sabemos que las ventas de cigarrillos y alcohol aumentaron durante la pandemia. Esas tendencias probablemente reflejan el estrés que hemos estado sintiendo, el cual influye en todo nuestro cuerpo y es un determinante muy importante de nuestra salud”, establece el experto de Yale.

“Podemos reducir nuestro estrés si dormimos lo suficiente por la noche y nos tomamos un tiempo todos los días para hacer meditación y ejercicios de respiración enfocados. Del mismo modo, es importante pasar tiempo con amigos y familiares que nos aportan energía positiva”, recomienda Baldassarri.

¿Cómo las infecciones dañan nuestros pulmones?

Para concluir, la Escuela de Medicina de Yale señala que las enfermedades infecciosas también afectan nuestro sistema respiratorio. Entre estas condiciones, se incluyó a la gripe, el COVID-19, la neumonía, la tos ferina, el RSV y el resfriado común, patologías sumamente problemáticas, pues se pueden transmitir fácilmente de persona a persona.

A pesar de que las infecciones pulmonares se pueden tratar, pueden ser peligrosas para los bebés, las personas mayores y las personas que tienen una enfermedad pulmonar o un sistema inmunitario debilitado. Afortunadamente, las vacunas (con la excepción del resfriado común) están disponibles para múltiples de las condiciones mencionadas.

“Gracias a la COVID, hemos aumentado la conciencia sobre los virus pulmonares, cómo pueden afectar los pulmones y el papel que desempeña la vacunación en la prevención de estas enfermedades. La conciencia pública finalmente ayudará a las personas a cuidar mejor sus pulmones”, finaliza Geoffrey Chupp, MD, director del Centro de Asma y Enfermedades de las Vías Aéreas de Yale.