Definitivamente, a raíz de la pandemia del COVID-19 que cobró la vida de millones de personas alrededor del mundo, los seres humanos somos más conscientes del valor y la importancia que tienen las vacunas, pues es la mejor manera de prevenir ciertas enfermedades y logra salvar muchas vidas. Desde luego, la vacunación tiene que ser un pilar de todo sistema de salud, ya que disminuye significativamente la propagación de afecciones, evitando así que gran parte de la población más vulnerable- adultos mayores o niños-se vea terriblemente afectada.
Sin duda, la vacunación es una forma sencilla, inocua y eficaz de protegernos contra enfermedades antes de entrar en contacto con ellas. Básicamente, como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas activan las defensas naturales del organismo para que aprendan a resistir a infecciones específicas y fortalecen el sistema inmunitario, por medio de la producción de anticuerpos.
¿Por qué la vacunación es tan importante para los adultos mayores?
Es importante tomar en cuenta que, desde los 60 años empieza el proceso del envejecimiento con una serie de cambio que impactan en el bienestar y el estado funcional de la persona. Por esta razón, ellos están más expuestos a contagiarse de virus, hongos, bacterias y parásitos y a la “inmunosenescencia” o envejecimiento del sistema de defensa del organismo, el cual disminuye de forma progresiva su efectividad y capacidad de contrarrestar las infecciones. En efecto, esto incrementa el riesgo de desarrollar una enfermedad e incluso morir, señala Monty Calle, geriatra de la Clínica Ricardo Palma.
¿Cuáles son las enfermedades contra las que tienen que inocularse los adultos mayores?
Según lo manifestado por el Ministerio de Salud (MINSA), para garantizar la salud de los sexagenarios y los adultos mayores en general, es fundamental que cumplan con la cartilla de vacunación que incluye las siguientes enfermedades:
Cartilla de vacunación |
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COVID-19: Evita el contagio del coronavirus Sars- Cov-2 o desarrollar cuadros graves de la infección. Según el “Protocolo de aplicación de cuarta y tercera dosis para la vacunación contra la COVID-19″ del MINSA, la cuarta dosis debe ser con la vacuna a ARN mensajero, es decir, Pfizer o Moderna. |
Gripe (influenza): Para prevenir la gripe, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que recibir una dosis anual. |
Neumonía: Se aconseja las dos vacunas antineumocócicas disponibles para los adultos de 65 años y mayores. Las enfermedades neumocócicas provocan infecciones, como neumonía, meningitis e infecciones del torrente sanguíneo. |
Si bien es cierto, estás son las tres vacunas principales que se deben colocar las personas mayores de 60 años, por su parte Calle nos recuerda que, aunque no estén consideradas en la cartilla sugerida por el MINSA, es fundamental tomar en cuenta otras vacunas, tales como: la hepatitis B, el herper zóster (culebrilla), el tétanos, difteria y tos ferina, la vacuna antimeningocócica polisacárida para serogrupos A, C, Y y W-135 y la varicela.
Otras vacunas importantes |
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Hepatitis B: Se recomienda la vacuna para los adultos de 60 años o mayores que presenten factores de riesgo de hepatitis B. Se utiliza un esquema de 3 dosis, la primera y la segunda separada por ≥ 4 semanas, y la tercera de 4 a 6 meses después de la segunda. |
Herpes zóster (culebrilla): Para prevenir el herpes zóster (culebrilla), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, aconsejan la vacuna Shingrix para adultos sanos de 50 años y mayores. Se debe administrar en dos dosis, la segunda debe realizarse 2 a 6 meses después de la primera. Aunque esta enfermedad no es mortal, puede ser muy dolorosa. |
Tétanos, difteria y tos ferina: Una única dosis de esta vacuna brinda protección contra el trismo o contracciones (tétanos), la tos ferina y la difteria, que pueden suponer problemas respiratorios en el adulto mayor. Se debe recibir un refuerzo cada 10 años. |
Vacuna antimeningocócica polisacárida para serogrupos A, C, Y y W-135: Dosis única en adultos mayores en riesgo de enfermedad meningocóccica o expuestas a brotes en la comunidad. |
Varicela: Adultos mayores deben recibir 2 dosis con al menos 28 días de diferencia. Una persona que previamente recibió solo una dosis de la vacuna contra la varicela debe recibir una segunda dosis para completar la serie. |
Por último, el geriatra destaca que, podrían presentarse algunos efectos secundarios, ya sean leves o moderados tras la inoculación, los cuales podrían causar: dolor de brazo en la zona de la punción, fiebre leve, fatiga, dolor de cabeza y muscular, escalofríos y diarrea. Generalmente, los síntomas suelen durar unas horas tras la vacunación; no obstante, si estos persisten por 48 horas o más, es recomendable acudir a un centro de salud para someternos a una evaluación y comprobar que todo esté bajo control.
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