La microbiota es el conjunto de bacterias, virus y hongos que pueden ser comensales, simbióticos o patógenos. Colonizan la piel, el aparato digestivo (todos los epitelios del intestino, colon), la boca y los genitales. Estos microorganismos son millones y colonizan nuestro organismo desde el vientre materno. Es decir, nacen con nosotros y, consigo, nos traspasan muchas de las características de la madre durante la gestación, especialmente si es por vía vaginal.
Los animales también poseen estas bacterias que son capaces de cumplir funciones que ellos mismos no pueden, como la digestión de determinados tipos de alimentos. Es así que cumplen un rol beneficioso para todo ser viviente, pero también pueden ser muy dañinos, causando distintos problemas a lo largo de la vida. Con más de 100 billones de bacterias solo en el aparato digestivo, esta ya es considerada por la ciencia como un órgano más del cuerpo humano.
Las funciones de la microbiota |
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Nos sirve de barrera para protejernos de otros microorganismos, metales pesados, sustacias cancerígenas, tóxicos, entre otros. Compite con los microorganismos toxicos. |
Ayuda a balacear nuestro sistema inmunológico, entrenándolo para que sepa diferenciar entre lo propio y ajeno. Además, mantiene la barrera intestinal con la produccion de moco en ella. |
Ayuda a digerir algunos componentes de los alimentos, por ejemplo, alimentos que generan ácidos grasos de cadena corta insaturados, así colaboran equilibrando los niveles de colesterol y triglicéridos. |
Regula la secreción de neurotransmisores intestinales, insulina y peptidos fundamentales para procesos vitales. |
Producción de vitaminas como la B12 y la K. |
¿Qué sucede cuando hay un desequilibrio en la microbiota?
Cuando existe un desequilibrio entre las distintas cepas bacterianas de la microbiota, nosotros nos vemos afectados (disbiosis). Esto sucede debido al sedentarismo, estrés, exceso o mal uso de antibióticos, mala alimentación y/o consumo de alcohol. La microbiota intestinal es una de las más estudiadas, siendo el yeyuno-íleon con menor cantidad a diferencia del colon, pero en algunas enfermedades esto se invierten causando muchas molestias. A este trastorno, se le llama SIBO, en donde podemos encontrar la eliminación constante de gases, cólicos abdominales, incremento de ruidos abdominales, diarrea, estreñimiento, disconfort abdominal, entre otros.
Si alguien presenta los síntomas mencionados, debe evitar el consumo de alimentos fermentables, como cebollas, ajos, brócoli, coliflor, espárragos y alcachofas. Asimismo, el exceso de bacterias a nivel intestinal podrían migrar, por ejemplo, a otras zonas, produciendo problemas urinarios.
La caída o mal funcionamiento del sistema inmunológico es terrible, pues, como sabemos, puede traer como consecuencia la aparición de enfermedades raras y degenerativas. Muchas veces, estos síntomas clínicos, secundarios al mal funcionamiento de la microbiota, están presentes desde hace más de diez años. Como consecuencia a ello, se da la aparición de enfermedades raras, alergias y hasta cáncer.
Los estudios de los tipos de microbiota se realizan con muestras de heces para identificar los microorganismos, así como también los tipos de gases, que producen, por ejemplo, el metano con análisis del aliento.
Alimentos ultra procesados, como el pan, galletas, harinas, pastas, lácteos u otros con gluten, han demostrado ser nutrientes perfectos para la microbiota patológica o mala. De esta manera, luego de años, tras su consumo, podemos sufrir de sus consecuencias. En ese sentido, no está de más mencionar que la gastritis presente, así como la supervivencia del terrible Helicobacter Pilory, tambien son ayudadas por la microbiota patológica.
Algunos pacientes consumen años de años medicinas para la gastritis sin corregir el problema de fondo: Una mala nutrición y estilo de vida sedentario, de la mano de una población gigante de Microbiota Intestinal.
No olvidemos realizar actividad física, así como llevar alimentación de tipo beneficiosa. Es difícil dejar de lado alimentos que nos generan placer, pero estos se pueden dejar para darnos un gusto una vez a la semana. No es saludable mantener hábitos que solo nos dan placer momentáneo sin pensar en las consecuencias a futuro.