Recientemente, la peruana Maria Alejandra Henriquez le trajo una alegría a nuestro país, convirtiéndose en la primera mujer latinoamericana en recibir el premio Kritzinger Memorial Award. En esta edición, la doctora fue escogida entre investigadores de todos los continentes por sus aportes científicos en el ámbito de la oftalmología, centrándose en la cirugía refractiva, a nivel mundial. Por ello, en Bienestar de El Comercio, conversamos con ella sobre sus principales descubrimientos en estos más de 18 años de trayectoria.
“Este premio es una recompensa al trabajo que vengo haciendo desde hace más de dieciocho años. Me siento honrada, porque los antecesores de este premio son expertos a nivel mundial que han aportado grandes conocimientos a la oftalmología”, señaló la también jefa del Departamento de Investigación de Oftalmosalud.
El poder de la oftalmología
Según la Dra. Henriquez, lo que más le llamó la atención de esta rama de la medicina fue la rapidez con la que uno puede hacer el bien en el paciente. “La oftalmología es una especialidad que te permite devolver la visión en cuestión de minutos, lo cual es sumamente importante para la socialización y el lado emocional del paciente. Ese fue mi motivo”, agregó la experta.
Al decidir adentrarse en este mundo, Henriquez decidió capacitarse en instituciones de alto nivel, como la Escuela de Medicina de Harvard. Posteriormente, al asistir a múltiples congresos internacionales, donde pudo observar la velocidad de los avances tecnológicos, decidió empezar a incursionar en el mundo de la investigación.
A nivel de investigación, la especialista destaca por sus publicaciones relacionadas a la cirugía refractiva. “Tenemos investigaciones de todos los ámbitos. De todos modos, una de las aristas que más destaca es la de la cirugía refractiva, un procedimiento con el cual se pueden corregir las ametropías de los ojos y, por ende, corregir la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo del paciente”, estableció.
La cirugía refractiva
Para entender este procedimiento, debemos tener en claro que esta operación consta de distintos tipos. No obstante, se divide en dos categorías principales: cirugías de ablación (por fuera del ojo) y cirugías intraoculares (por dentro del ojo).
En ambos casos, existe un procedimiento previo y posterior a la operación, el cual debe respetarse rigurosamente, indica la galardonada oftalmóloga. “Primero, para llevarla a cabo, hay muchísimos requisitos. De hecho, nuestras investigaciones han reflejado que la buena selección del paciente permitirá identificar si existe algún factor de riesgo, el cual podría impedir el éxito de la cirugía. No todo el mundo se puede operar, pero la tecnología nos ha permitido saber quiénes requieren qué tipo de cirugía”, aclaró.
Asimismo, en el caso de los niños, por ejemplo, tampoco se recomienda que los menores de 18 años se realicen este proceso operatorio. Esto se debe a que, a esa edad, la medida se sigue modificando y, para realizar la operación, necesita lograr una estabilidad refractiva. “Usualmente recién después de los 18 años una persona puede presentar una medida exacta”, añadió Henriquez.
Después de la operación, también existen requisitos que deben ser cumplidos dependiendo del tipo de cirugía que se haya realizado el paciente. De acuerdo con la doctora, las de categoría intraocular son las que requieren de un seguimiento más prolongado. Por otro lado, las no intraoculares son más rápidas. “Normalmente un postoperatorio suele demorar entre uno a siete días. Sin embargo, depende mucho de la persona y su velocidad de recuperación”, aseveró.
Cabe resaltar que, si no se respeta el período de recuperación establecido por un especialista de la salud, el paciente correrá el riesgo de padecer infecciones oculares.
18 años de investigación
“Como lo comenté, nosotros venimos haciendo más de 18 años de investigación. Cuando terminé mi residencia, hice un Máster de Investigación Médica en la Universidad de Harvard, el cual me permitió fundar un instituto de investigación, certificado por el Instituto Nacional de Salud, con el cual hemos publicado más de 53 artículos”, resaltó la Dra. Henriquez.
Entre sus principales investigaciones, la doctora destaca sus estudios relacionados al queratocono. “Es una enfermedad que se conoce muy poco, pero puede atacar hasta el 5% de la población. Además, es muy frecuente en niños miopes y/o con astigmatismo, quienes suelen rascarse mucho los ojos. Al realizar esta actividad, a pesar de que no lo noten, la enfermedad progresa y, si no se detiene, puede finalizar en un trasplante de córnea”, sostuvo.
En ese sentido, la destacada oftalmóloga resalta la importancia de esta investigación, pues, desde el 2006, han empezado a llevar a cabo un tratamiento que detiene esta enfermedad: el crosslinking corneal. “Durante más de 15 años, hemos podido evidenciar la efectividad de este tratamiento”, mencionó.
En esa línea, también comentó los síntomas principales, como que los lentes del paciente no corrijan correctamente su vista o que la medida varíe constantemente. “Si observamos esto en nuestros pequeños, debemos acercarnos a un especialista en córnea para lograr un diagnóstico adecuado”, especificó.
Por otro lado, a nivel de investigación, Henriquez hizo hincapié en sus estudios sobre la evaluación preoperatoria del candidato que desea ser sometido a cirugía láser y, de este modo, prevenir cualquier consecuencia si el paciente sufre de algún factor de riesgo.
En tercer y último lugar, la experta sostuvo que fueron los primeros, a nivel nacional, en publicar investigaciones sobre el implante de células madres para pacientes quemados y el restablecimiento de su visión. “Nosotros hicimos trasplantes de células madres al ojo enfermo, los cuales se realizaron exitosamente”, agregó.
Para concluir, Maria Alejandra recalcó que existe una desinformación muy grande en relación a las enfermedades que se pueden padecer a nivel ocular. Por ejemplo, en el caso del queratocono, este se presenta en el 5% de la población, una cifra para nada chica. “Es una enfermedad que tiene consecuencias sumamente graves. A pesar de eso, si la detectamos a tiempo, puede curarse con irradiación ultravioleta en un procedimiento de tan solo 10 a 15 minutos. Por ello, es vital tener conocimiento de los síntomas”, finalizó.