El glaucoma es señalado por el Ministerio de Salud (MINSA) como la principal causa de ceguera irreversible tanto en el Perú como en el mundo. De acuerdo con la Academia Americana de Oftalmología, esta condición ocasiona daño al nervio óptico del ojo. El daño suele producirse cuando se acumula líquido en la parte frontal del ojo, elevando la presión intraocular y, como resultado, se afecta el nervio óptico.
“Los ojos producen un líquido llamado humor acuoso que los nutre. Este líquido fluye a través de la pupila hasta la parte frontal del ojo. En un ojo sano, el líquido sale a través de los canales de drenaje ubicados entre el iris y la córnea. Con el glaucoma, la resistencia aumenta en los canales de drenaje. El líquido no tiene adónde ir, por lo que se acumula en el ojo. Este exceso de líquido ejerce presión sobre el ojo. Con el tiempo, esta presión ocular elevada puede dañar el nervio óptico y provocar glaucoma”, estable la Dra. Nicole Bajic, oftalmóloga de Cleveland Clinic.
El Dr. Carlos Wong Morales, oftalmólogo de la Clínica Especializada Wong Oftalmólogos, explica que en la gran mayoría de casos, la enfermedad aparece debido a causas genéticas. “Se da porque el paciente nace con los conductos más chicos o ángulos más cerrados, por lo que están predispuestos a que suba la presión. No obstante, en otros casos, la enfermedad también puede aparecer debido a factores secundarios, como las cataratas, la diabetes o algún golpe fuerte”, añade.
¿Cuáles son los tipos de glaucoma y sus síntomas?
La Dra. Verónica Talavera, oftalmóloga de la Clínica Ricardo Palma, indica que existen distintos tipos de glaucoma y es necesario saber cuál es el que padece el paciente para poder asignarle un tratamiento adecuado. “En primer lugar, se puede clasificar por edades, pues el glaucoma infantil necesita un tratamiento distinto al de un glaucoma en adultos”, señala.
En el caso del glaucoma infantil, los bebés suelen presentar visión opaca o nublada en el ojo, aumento del parpadeo y lágrimas sin llanto, de acuerdo con lo establecido por Mayo Clinic.
Por otro lado, la clasificación según el ojo del paciente se divide en dos tipos de glaucoma: de ángulo abierto (crónico) y de ángulo cerrado (agudo). Según la Academia Americana de Oftalmología, estos son sus principales síntomas:
- Glaucoma de ángulo abierto: No presenta signos de advertencia ni obvios síntomas durante las primeras etapas. Luego, junto al avance de la enfermedad, se empiezan a desarrollar puntos ciegos en la visión periférica (lateral). Es sumamente peligroso, pues la mayoría de pacientes no notan ningún cambio en la visión hasta que el daño es bastante grave, por lo que las revisiones periódicas con el oftalmólogo son fundamentales.
- Glaucoma de ángulo cerrado: Por lo general, los pacientes con glaucoma agudo no muestran señales antes de un ataque. A pesar de ello, algunos de los síntomas iniciales de un ataque son visión borrosa, dolores de cabeza leves, dolor de ojo y/o anillos de una tonalidad pálida que se forman en el campo visual, más conocidos como halos de luz. Del mismo modo, un ataque de glaucoma de ángulo cerrado puede generar, en adición a lo anterior, náuseas, vómitos y enrojecimiento del ojo. La aparición de estos signos es una llamada de emergencia para ser revisado/a por un oftalmólogo lo antes posible.
El Dr. Wong precisa que, en el caso del glaucoma agudo, algunos de los síntomas pueden ser confundidos con otras enfermedades de la visión, como la conjuntivitis, la escleritis y la uveítis. “Son procesos que deben tratarse como una urgencia. De caso contrario, puede llevar a la pérdida del órgano”, aclara.
¿Cuáles son los factores de riesgo para padecer de glaucoma?
La Dra. Bajic enfatiza que, aunque el glaucoma puede afectar a cualquier persona, el riesgo aumenta debido a la edad, la raza, entre otros factores de riesgo. “Los afroamericanos e hispanos tienen más probabilidades de contraer glaucoma y desarrollarlo desde una edad más temprana. Asimismo, las poblaciones asiáticas e inuit también son más suceptibles a esta afección, sobre todo al glaucoma de ángulo cerrado”, resalta.
Factores de riesgo, según la Dra. Nicole Bajic: |
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Historia familiar de glaucoma |
Hipermetropía o hipermetropía (para glaucoma de ángulo cerrado) |
Presión arterial alta (hipertensión) y presión arterial muy baja (hipotensión) |
Uso prolongado de corticosteroides |
Miopía (para glaucoma de ángulo abierto) |
Lesión o cirugía ocular previa |
Las personas con diabetes tienen el doble de probabilidades de padecer glaucoma |
El Dr. Wong explica que la forma de los ojos también puede ser un factor de riesgo. “Los ojos mucho más chicos o mucho más grandes de lo normal también se incluyen en la lista”, destaca.
¿Cómo se realiza el diagnóstico del glaucoma?
La Academia sostiene que la única forma segura de diagnosticar glaucoma es mediante un exámen ocular completo, pues una prueba que sólo verifique la presión en el ojo no es suficiente para un diagnóstico previso. La evaluación se realiza en base a los siguientes pasos:
- Medición de la presión ocular
- Revisión del ángulo de drenaje del ojo
- Examinación del nervio óptico para comprobar que no haya daño
- Prueba de visión periférica (lateral)
- Toma de imagen o medición por computadora del nervio óptico
- Medición el espesor de la córnea
¿Cuáles son los posibles tratamientos del glaucoma?
La Dra. Bajic indica que no existe una cura para el glaucoma. Sin embargo, existen distintos tratamientos para que el paciente logre controlar sus síntomas y evitar que la enfermedad empeore.
“No hay un tratamiento estándar, pues depende del tipo de glaucoma, el estado de la córnea, la situación del iris, entre otros factores. También, puede depender de si ya se ha hecho un procedimiento previo y se necesita una intervención adicional”, asiente el Dr. Wong.
Entre los principales tratamientos, la especialista de Cleveland Clinic incluye los siguientes:
- Gotas: Muchos tipos de gotas para los ojos recetadas pueden tratar el glaucoma. Algunos disminuyen los líquidos y aumentan el drenaje para mejorar la presión ocular. Debido a que el glaucoma es una afección que dura toda la vida, es posible que el paciente necesite usar gotas para los ojos diariamente -incluso, más de una vez diaria- de por vida.
- Implante: La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) aprobó un nuevo dispositivo de administración de bimatoprost, un tratamiento para el glaucoma que ha estado disponible en forma de gotas para los ojos. Ahora puede recibir un implante que se disuelve y funciona durante varios meses. En este método, el oftalmólogo se encarga de colocar el implante de bimatoprost (Durysta®) en el ojo del paciente. Actualmente, sólo se puede colocar una vez en cada ojo.
- Terapia con láser: Para ello, el oftalmólogo utiliza un láser (un potente haz de luz) para ayudar a mejorar el drenaje de líquido del ojo. El proveedor correspondiente puede sugerir láseres como terapia de primera línea en lugar de gotas para los ojos. Es posible que el tratamiento con láser no reemplace completamente el uso de gotas. Los resultados de los tratamientos con láser varían, pero pueden durar años en algunos casos.
- Cirugía: Es otra forma de ayudar a reducir la presión ocular. Es más invasivo, pero también puede lograr un mejor control de la presión ocular más rápido que las gotas o el láser. La cirugía puede ayudar a frenar la pérdida de la visión, pero no puede restaurarla ni curar el glaucoma. Existen muchos tipos de cirugías para el glaucoma y, según el tipo específico y la gravedad, el oftalmólogo puede elegir una u otra.
“Debido al factor psicológico, no acudimos directamente al tratamiento quirúrgico. Aunque la cirugía ayuda notoriamente a los ojos, cuando se realiza el diagnóstico se generan distintos cuestionamientos y temores de parte del paciente, por lo que preferimos empezar con otros procedimiento médicos hasta conocer bien su caso. Durante este proceso, se realizan distintas pruebas para conocer si cuenta con otras afecciones, como hipertensión o arritmia, y si es capaz de soportar el tratamiento”, asiente la Dra. Talavera de la Clinica Ricardo Palma.
¿Por qué detectar tempranamente el glaucoma?
“Si nunca has ido al oftalmólogo, tienes que empezar a ir. Los niños necesitan ir a realizarse los chequeos respectivos desde que tengan uso de palabra. Por otro lado, quienes tienen riesgo de glaucoma hereditario, sobre todo si son de raza afroamericana o asiática, deben pasar por una evaluación de glaucoma entre los 30 y 35 años, edad donde la enfermedad inicia normalmente. Lo mismo aplica para los pacientes diabéticos o con hipertensión”, consolida el Dr. Wong.
De manera más específica, de acuerdo con la Dra. Nicole Bajic, las pruebas de glaucoma deben realizarse cada:
• De uno a tres años después de los 35 años para personas con alto riesgo.
• Dos a cuatro años antes de los 40 años.
• De uno a tres años entre los 40 y 54 años.
• De uno a dos años entre los 55 y 64 años.
• Seis meses a 12 meses después de los 65 años.
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