De acuerdo a lo anunciado por la Agencia Peruana de Noticias, la Gerencia Regional de Salud (Geresa) de Arequipa indicó que los casos de rabia canina, en lo que va del año, ha alcanzado la cifra de 5,600. Este número representa un peligro para la población, como ocurrió recientemente con el fallecimiento de una paciente de 54 años. Por ello, es imprescindible conocer cómo es que este virus puede afectar nuestro organismo, sus síntomas y las formas de prevenirlo.
“La rabia es una enfermedad viral, la cual se transmite por la mordedura de animales. Aunque muchos creen que solo está presente en perros, no es así, pues puede encontrarse en otras especies, como murciélagos, hurones, algunos roedores, entre otros. Al estar expuestos a la mordedura o arañón de cualquiera de estos seres, podemos llegar a presentar algún signo de esta enfermedad”, estableció la Dra. Mónica Ramírez, jefa de programas de salud de Sanitas.
De acuerdo con el Dr. Oscar Reyna, Médico especialista en Infectología de SANNA Clínica San Borja, la rabia se manifiesta por alteraciones neurológicas, las cuales pueden finalizar en el fallecimiento del paciente. “Luego de ingresar a través de mordeduras o heridas, alcanza rápidamente los nervios. Después, por medio del sistema nervioso periférico, asciende hasta el cerebro, lo cual genera la aceleración de los síntomas”, agregó.
¿Cómo afecta nuestro organismo?
Según la Dra. Ramírez, la rabia posee un ciclo de enfermedad. En primer lugar, el periódo de incubación es una etapa silenciosa, pues el paciente no muestra síntomas por días, meses o, como máximo, un año. “Lo usual es que la incubación dure de dos a tres meses. Sin embargo, a pesar de no mostrar sus efectos, la enfermedad ya está en nuestro organismo”, agregó.
El siguiente es el periodo de pródromos, donde empiezan los síntomas virales de cualquier virus, como escalofríos, dolor de cabeza y fiebre. “Otros síntomas comunes pueden ser ciertas alteraciones psicológicas, como ansiedad, confusión, agitación, delirios, alteraciones en el comportamiento, depresión, conductas psiquiátricas, entre otros”, señaló el Dr. Reyna.
Cabe resaltar que la velocidad de la aparición de los síntomas depende del tipo de herida, su profundidad y cercanía a la cabeza. De todos modos, el promedio para el inicio es de siete a diez días.
Luego de esta fase, el problema mayor empieza cuando el virus ataca el cerebro. “Al atacar la masa cefálica, vienen los síntomas irreversibles, como la hidrofobia, las contracturas musculares, la hipersalivación, entre otros, hasta que el paciente fallece”, enfatizó la doctora de Sanitas.
¿Cómo se puede tratar esta enfermedad?
Lamentablemente, no existe un tratamiento dirigido específicamente a la rabia. El experto de SANNA sostuvo que hay algunos medicamentos que se utilizan en estos casos, pero no hay un proceso dirigido especialmente, como sucede en otras enfermedades.
Sin embargo, sí hay formas de prevenirla. “A las personas que suelen estar expuestas a animales, como los veterinarios, se les recomienda la vacuna para obtener los anticuerpos necesarios. Del mismo modo, a manera de reflexión, es importante alguna medida de salud pública para realizar campañas masivas de vacunación para los animales abandonados, pues esto podría evitar la transmisión de rabia en altos niveles”, aseveró el doctor.
En esa línea, la especialista de Sanitas recalcó que es una enfermedad completamente prevenible. “Es decir, si un animal viene, me muerde y voy inmediatamente al centro de salud, me colocarán la vacuna antirrábica y será algo totalmente tratable”, afirmó.
A pesar de ello, Ramírez hizo hincapié en que no muchas personas conocen esta información. Por ello, la idea principal es informarnos, conocer los signos de alerta y las formas de prevención. “Puedes ser amante de los animales, pero, si no lo conoces, evita tocarlos. Si quieres alimentarlos, hazlo con cuidado y sin contacto. Del mismo modo, si uno te araña o te muerde, no lo pases por alto”, resaltó.
Para finalizar, la doctora hizo énfasis en la importancia de lavar la herida con agua y con jabón apenas suceda el hecho, pues baja notoriamente la carga viral. Luego de ello, lo principal será acercarse al centro de salud más cercano y, solo si es posible, llevar al animal para que también sea examinado. “No es una emergencia médica, pero es una urgencia que puede llegar a ser letal”, concluyó.