Arte urbano, café y salsa: tres ingredientes para disfrutar Bogotá
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PURO COLOR
Después de varios años volví a Bogotá, la ciudad cafetera ubicada sobre los 2.600 metros de altitud y que congrega a 8.500 artistas quienes plasman su talento en las calles. Por esa razón se creó el Grafitti Tour, un novedoso paseo gratuito que me condujo por la ruta del arte urbano en la localidad de La Candelaria, en el centro deBogotá.
Para ver esta movida me reuní con la diseñadora, Mónica Rivera, con quien caminé por la calle Carrera 4 donde hallamos las primeras obras. “Guache es uno de los artistas principales de Colombia. Su obra intenta recuperar el patrimonio cultural”, explica Mónica frente a una pared donde se aprecia una mujer muisca (indígena que habitaba las cuencas y valles del río Bogotá) que fue pintada por su creador en 30 días y protegida por la población cuando el municipio quiso recuperar el muro.
Minutos más tarde, llegamos a la calle El Embudo, una de las más antiguas de Bogotá. Es tan estrecha y concurrida que es imposible detenerse. Sin embargo, la calidad del arte urbano obliga a los visitantes a hacer paradas en las fachadas de hostales, bares de chicha de maíz y tiendas artesanales para sacarse un retrato lleno de color.
Al término de este pasaje nos topamos con la famosa plaza del Chorro de Quevedo. No hay viajero que no llegue a este lugar ni persona que no se fotografíe con el impactante rostro de la campesina de Nariño pintada por Guache, en la esquina con la Bajada a los Baños.
El plan creado por la organización Bogota Graffiti Tour sale los 365 días del año y dura dos horas y media. El punto de partida es el Parque de Los Periodistas y para participar no tienes que reservar, solo presentarte minutos antes de las 10 de la mañana o de las 2 de la tarde.
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AROMA CAFETERO
El siguiente paso para reencontrarme con Bogotá fue aprender a reconocer un buen café. Para ello visité Catación Pública, un negocio familiar que solo sirve granos de alta calidad provenientes de todo Colombia y que además realiza catas para educar paladares locales y foráneos.
“De los 32 departamentos que tenemos en Colombia, veintidós cuentan con cultivos así que lo que tenemos nosotros es un paraíso de café”, sostiene orgulloso Jaime Duque, un ingeniero agrónomo de la zona de Quindío que después de 25 años en este mercado fundó Catación Pública.
Comenzó asesorando a productores, entendió cómo se asociaban en cooperativas y después viajó a los puertos de Cartagena y Buenaventura para ver cómo se vendía en el exterior. Con todo este backup, solo faltaba saber cómo se cataba. Así que se fue por el mundo en busca de una fórmula y regresó a su tierra con muchas ideas: Catación Pública ofrece 5 experiencias de cata que cuestan desde US$ 25 para sesiones en grupo.
Mira en el VIDEO mi paso por este recomendadísimo lugar.
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SABOR COLOMBIANO
Sorprendida con las nuevas propuestas que iba encontrando en esta ciudad, todas relacionadas a emblemas colombianos como el ‘street art’ y el café, intenté probar con la tercera insignia: la salsa.
Con cierta vergüenza comencé mi primera clase en la escuela Sin Visa Bogotá. Luego de un breve calentamiento, la instructora, Susana Osorio, nos enseñó los pasos con mucha paciencia. Todo iba bien hasta que incrementó la velocidad, comenzó con los giros, elevó la música y se mandó con la coreografía completa. Risas por el show bochornoso de cruce de pies sin ton ni son y de vuelta a la posición inicial.
Susana indicó que lo más importante era tener buena actitud y ser constante pero olvidó decir que bailar como un colombiano, con ese sabor que les corre por las venas, no era tan simple como parecía. Aunque no puedo negar que resultó divertido.
Las clases cuestan desde US$ 10 por noventa minutos si se logra reunir a 10 personas en horario nocturno.
Un dato más: Germán David Ortíz (mi pareja en el vídeo) es el creador de Bogotá Salsa Tour, un proyecto para conocer la historia de este ritmo y descubrir los lugares bogotanos más sabrosos de esta urbe.
El tour Noche Salsera incluye una clase, la visita a tres de los mejores clubes de salsa, degustación de licores locales y transporte. El paquete es liderado por instructores especializados, dura 7 horas y cuesta desde US$ 75 por persona para grupos de 2 a 3 personas.
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VIAJE ‘LOW COST’
Seguramente ya te dieron ganas de viajar. Una forma económica de volar a Bogotá es a través de la aerolínea Viva Colombia, que demora solo tres horas y media desde Lima. ¿El precio? Hay pasajes desde US$ 160 con derecho a un equipaje de mano de 6 kilos y dimensiones de 40x35x25 cm. Si quieres llevar una maleta de bodega debes pagar un costo adicional (desde US$ 32 por trayecto). Lo mismo si estás interesado en elegir asientos, usar la fila rápida o acceder a otros beneficios.
Si viajas por aquí te recomiendo llegar bien temprano porque la designación de ubicaciones es por orden de llegada. Lleva tu pase de abordar impreso sino te cobran US$ 20. ¿Con hambre? revisa la carta del menú que integra combos desde US$ 3 por un café y un croissant. Las gaseosas cuestan US$ 3 y las cervezas (Águila y Club Colombia) US$ 4. Considerando los precios de la comida al interior del aeropuerto Jorge Chávez me parece que no están nada mal.
Saca tu cuenta, viajero, y escápate a Bogotá apenas puedas. En estos meses no hace tanto frío y siempre tiene buenos planes, para todos los gustos y bolsillos. No olvides seguirme en Facebook e Instagram para más datos. Nos vemos en la próxima parada.