Así (de increíble) es dormir en un glamping en Cusco
Cusco es un destino que se renueva constantemente y una de las novedades son los glamping (glamour más camping). Campamentos de lujo en medio de parajes andinos de fotografía. Como los de Qhispikay, que se instala en tres localidades cusqueñas e incluye dos elementos que lo distinguen de otras propuestas: familias locales como anfitriones y fácil acceso.
No necesitas hacer largas caminatas para disfrutar de una noche en medio de los andes cusqueños, pero en una carpa equipada con todas las comodidades de un hotel de lujo: un colchón vestido con un cubrecama de pluma, calefacción, luz interior y, a unos metros, un baño con ducha y terma solar. Como para gozar del confort de la ciudad, pero sin contaminar la integridad del campo.
Qhispikay cuenta con glampings en Misminay, Piuray y Huilloc, en los que puedes compartir la mesa con familias locales y tener la oportunidad de acompañarlos a sus actividades cotidianas: tejido, tareas agrícolas o clases de cocina son algunas de las experiencias que puedes vivir en estas zonas altoandinas de Cusco.
Los creadores
María Fe Gamarra e Isaías Mendoza del Solar son una pareja de viajeros arequipeños que, después de recorrer varios países, se instalaron en Cusco para cumplir su sueño: unir el glamping con el turismo vivencial, en un proyecto sustentable que contribuyera al desarrollo de los pobladores.
“La idea es que el viajero aprenda del estilo de vida de los pobladores (…) y que cada glamping sea el campamento base de los exploradores que buscan atractivos que no aparecen en los mapas”, explica Isaías.
“Somos consecuentes con el significado del nombre del proyecto. Qhispikay es una palabra quechua que significa libertad. Por eso nuestros huéspedes son libres de armar su experiencia según lo que gusten. Pueden compartir más con la comunidad, hacer varias caminatas o quedarse más noches”, agrega María Fe.
Una noche de sueño
Después de una hora y media de viaje desde Cusco, llegamos al Qhispikay Glamping de Misminay, una comunidad en lo más alto del distrito de Maras, en la que se ha instalado una carpa con todas las comodidades. Justo frente al nevado Chicón, que en los días despejados amanece con un colchón de nubes similar al de Rúpac.
Ni bien bajamos del auto, Washington, Eufemia, Javier y Lucía nos dan la bienvenida. Un collar de kantu, la flor inca, y una pulsera que elaboran para la venta son parte del recibimiento. En el comedor nos ofrecen unos mates, algunos snack y una grata conversación.
Washington tiene experiencia con viajeros. Antes de ser uno de los anfitriones de este glamping, era porteador en el Camino Inca que conduce a Machu Picchu. Su personalidad y buena disposición lo ayudaron a ascender rápidamente, pero dejar semanas completas a su familia era lo difícil. Así que Qhispikay Glamping ha resultado favorable. No solo porque ha incrementado sus ingresos, sino porque puede trabajar sin dejar a su esposa y sus hijas.
En Misminay, los varones se encargan de la cocina y tienen una sazón que merece las palmas. Las mujeres decoran la carpa con un gusto exquisito y todos participan de la caminata hacia el mirador de Moray, que está a solo 30 minutos del glamping y que ofrece una excelente panorámica del viaje.
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Si quieres vivir esta súper experiencia ingresa a la web de Qhispikay Glamping en este link. Desde US$140 por noche, en ocupación doble. La tarifa incluye alojamiento, cena, desayuno e impuestos. Las actividades y caminatas tienen un costo adicional. Estas varían según el destino que elijas. ¡Feliz viaje!