Dos hoteles en Máncora para entregarse en cuerpo y alma a la desconexión
Las playas del norte son las favoritas de los peruanos, sin lugar a dudas. Y si hablamos de Piura, la más popular es Máncora, una caleta de pescadores y punto de encuentro de surfers, que se ha convertido en un famoso destino turístico con una gran cantidad de hoteles, restaurantes y actividades al aire libre.
Hasta este paraíso a orillas del mar llegué la semana pasada y encontré que, pese al desorden e informalidad con las que batalla desde hace varios años, todavía conserva hoteles perfectos para desconectar y renovarse. Me alojé en dos y aquí te los presento:
1. Alma Loft
Una vía de trocha nos conduce a Alma Loft, un hotel de diseño zen y arquitectura sostenible. Por su ubicación en la playa Pocitas de Máncora, a solo unos pasos de Vichayito, goza de una playa extensa y casi desierta, vistas envidiables y la tranquilidad absoluta. En otras palabras, mi nuevo “quiero quedarme a vivir allí”.
Es el lugar perfecto para recargarse de buena energía y disfrutar de la vida saludable. Cuenta con once habitaciones que miran al océano e incluyen el arrullo de las olas a la hora de dormir. También, con una piscina infinita de agua temperada y una coqueta terraza en donde funciona el restaurante Bistró Alma, una propuesta franco-nikkei, en el que, además de recetas con productos del mar, sirven un desayuno delicioso y balanceado.
Como no podía ser de otra forma, este lugar dedicado al bienestar ofrece planes de yoga, masajes, paddle, kitesurf y otros deportes. Igualmente, las fogatas y cenas románticas forman parte del menú del hotel. Encuentras habitaciones dobles desde US$ 177, con desayuno incluido.
2. Kimbas Bungalows
Aunque no está ubicado frente al mar, este alojamiento destaca entre las propuestas hoteleras de Máncora por su peculiar diseño, la privacidad, el entorno de calma y los precios accesibles que ofrece. Solo para darte una idea, está considerado como fantástico en la plataforma de hoteles Booking.
Está situado en la quebrada del puente Cabo Blanco, alejado del bullicio del pueblo de Máncora, pero a solo unos pasos de la vía principal y restaurantes imperdibles como Tao, Atelier o La Sirena de Juan. La playa más cercana se encuentra a 200 metros y otras opciones más tranquilas están a un mototaxi (o 15 minutos) de distancia.
Su arquitectura es de estilo balinés. Con cabañas rodeadas por palmeras, hamacas en el exterior de cada cuarto para disfrutar de esta selva recreada en Máncora, jardines silenciosos y decorados con esculturas de la isla indonesia, así como una piscina que invita a la relajación. Encuentras habitaciones dobles desde S/ 196, con desayuno incluido.
Aunque estos hoteles son la excusa perfecta para viajar a Máncora, hay otro buen motivo: entre julio y octubre, las playas del norte brindan un espectáculo natural a cargo de las ballenas jorobadas que llegan a sus cálidas aguas a reproducirse. Aprovecha para escaparte y sígueme en las redes para más datos viajeros:
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*** Foto destacada: Mincetur