Fin de semana en Cusco: qué hacer, dónde comer y dónde dormir

Dos días nunca serán suficientes para disfrutar del Cusco. Pero si solo tienes un fin de semana para viajar, ve a reencontrarte con sus mejores clásicos y descubrir sus nuevas propuestas. Revisa esta guía, elige lo que más te interese y deja que la Ciudad Imperial te sorprenda.

DÍA 1: Arribo en Cusco y aclimatación

Arribé en Cusco el viernes por la noche. En mi opinión, es lo mejor que puedes hacer si solo cuentas con un fin de semana. De esa forma ganas una noche adicional, te aclimatas a la altura (recuerda que la Ciudad Imperial está a 3.399 metros de altitud) y a la mañana siguiente puedes arrancar bien temprano.

Ni bien llegué, fui a dejar mi equipaje al hotel. En esta ocasión me quedé en el JW Marriott El Convento Cusco, uno de los 10 mejores de América Central y del Sur según el ranking de la revista de viajes Travel+Leisure. Un taxi del aeropuerto a la Plaza de Armas cuesta desde S/10 y tarda unos 15 minutos.

Foto: JW Marriott El Convento Cusco

Ya instalada en la habitación y con un mate de coca en mano, comencé a sentir los signos del mal de altura. Quienes me conocen, saben que suele darme soroche. Así que lo primero fue descansar y tomar una pastilla como preventivo. Después, me di una vuelta por la plaza, que es uno de sus más grandes atractivos.

Para cenar en la Plaza de Armas puedes elegir entre lugares famosos como Morena Peruvian Kitchen, en la calle Procuradores, o Kion, si te gusta el chifa. Si optas por algo novedoso, dirígete al Mercado Santa Teresa, el primer patio gastronómico de Cusco que reúne a más de 10 propuestas que ofrecen makis, hamburguesas, comida criolla, pescados y buenos chilcanos.

Foto: KION Peruvian Chinese

DÍA 2: San Blas, mirador de San Cristóbal, clases de cocina y spa

Salí de la cama a las 6 a. m. y bajé a desayunar en Qespi Restaurante, donde me esperaba un buffet con siete estaciones que está incluido en el precio del hospedaje. Frutas, panes variados, charcutería, delicias andinas como mazamorra de quinua, platos calientes y huevos hechos al gusto en una estación exclusiva. Ojo: si no te hospedas allí, también puedes disfrutarlo.

Tras ello salí al patio principal para encontrarme con Panchita, una baby alpaca que visita el hotel de martes a domingo para que los viajeros se tomen fotos y conozcan de cerca a esta especie andina. Lili Ortega, gerente de Ventas del JW Marriott El Convento Cusco, me explica que “la dueña de Panchita es de un barrio cercano. Llega al hotel a trabajar por un par de horas y por ello recibe un sueldo. Además, se le alimenta a este animalito con leche “.

Como el clima estaba perfecto, sin lluvias ni sol excesivamente fuerte, me fui a recorrer la ciudad de Cusco. Comencé en la plaza, pasé por la famosa piedra de los 12 ángulos y seguí hacia el barrio de San Blas, cuna de artesanos y que los fines de semana ofrece una pequeña feria de arte.

Seguí por Tandapata hasta el acueducto colonial de Sapantiana, una construcción del siglo XVII que se ha convertido en un imperdible. A unos pasos de este punto se ubica 7 Borreguitos, la calle más instagrameable de Cusco. Ten paciencia para las fotos, que ambos lugares suelen estar abarrotados.

Foto: Difusión

Subo las gradas de la calle fotogénica y continúo hacia el mirador de San Cristóbal para retratar una de las mejores vistas de la ciudad. Desde allí toca elegir si subir hasta el bosque de Qenqo, un spot repleto de eucaliptos que está a unos 30 minutos de caminata en ascenso, o bajar hacia la Plaza de Armas. Por ser primer día, opto por la segunda opción: bajar por la calle Resbalosa y hacer una parada en la plaza Tricentenario antes de regresar al primer punto.

Cerca al almuerzo me uno a una clase de cocina con el chef del JW Marriott El Convento Cusco, Boris Aedo. Un pucallpino que lleva dos años en la Ciudad Imperial y que, en una hora, me enseña a elaborar un ceviche de trucha. “Se elige la trucha por la frescura, ya que en el Cusco solo hay peces de río”, me explica.

Foto: Milagros Vera Colens

Hace lo mismo con cada ingrediente. Muestra el ají limo y explica que es “el tercero más utilizado en el país. Primero está el ají amarillo y el segundo lugar lo ocupa el rocoto”. Continúa con el maíz y comenta que el Perú tiene más de 1.200 variedades: “El que crece en Urubamba es conocido como maíz de grano gigante y es el más consumido. El maíz morado es el segundo”.

Mientras sigo el paso a paso, le escucho decir que el ceviche es una receta preinca. “Nació en La Libertad donde los moches mezclaron ingredientes marinos, picantes y ácidos. Se usaba el pescado del mar, zumo de tumbo y ají mochero”, comenta Aedo.

Foto: JW Marriott El Convento Cusco

El viaje por la historia del cebiche termina con la degustación y la recomendación de Aedo para maridar nuestro plato bandera: “La cerveza ayuda a la digestión y es una de las bebidas ideales para comer un cebiche. De preferencia lager porque es más ligera que una IPA (muy ácida) o la negra (muy fuerte)”. Para los que no beben, el chef sugiere la chicha morada.

A las 5 p.m. dictan una clase de Pisco Sour en el bar del hotel. Una hora más tarde, un guía vestido de monje conduce a los huéspedes en un recorrido por la propiedad, un antiguo convento que ha sido restaurado y convertido en un hotel de lujo. En su interior expone muros preincas, de la cultura Killque, y otros vestigios hallados durante su construcción.

Una cita en el spa es todo lo que necesito después de una jornada en el Cusco. Sobre todo porque la tarifa del hotel incluye un circuito con sauna, piscina temperada, duchas de hidromasajes, cromoterapia y jacuzzi. Por un precio adicional, puedes exfoliar tu cuerpo con 31 hierbas y recibir masajes en un ambiente privado. Un verdadero lujo.

Foto: República del Pisco

Debo confesar que cada día me cuesta más salir por la noche. Muchas veces gana la flojera, el frío o Netflix. Pero en Cusco la juerga es parte del menú, así que te dejo mis recomendados. En San Blas se encuentra Limbus, un bar con una de las mejores panorámicas de la ciudad. Otro es el Museo del Pisco, que presenta música en vivo y cócteles de autor. Algo más animado es República del Pisco, que además de bandas locales reúne en su carta más de 30 tipos de chilcanos y 25 variedades de pisco sur.

DÍA 3: catedral y tejedoras en Chincheros

Me desperté lo más temprano que pude para visitar la Catedral de Cusco. De lunes a sábado a las 6:30, 7:00 y 8:00 a.m. se puede visitar sin pagar los 40 soles que cuesta la entrada turística. Solo que en estos horarios toca admirar las obras de arte que alberga en completo silencio y sin fotos.

Foto: Milagros Vera Colens

El plan para el último día del viaje era escaparme a Chincheros para conocer a las tejedoras que mantienen viva esta tradición ancestral. Lo que me tomó unas 4 horas, porque uno tarda más de 80 minutos en ir y volver. Pero si ya conoces o quieres hacer algo diferente, aquí te presento siete planes imperdibles fuera de los circuitos clásicos.

Por la tarde, después de un almuerzo delicioso y saludable en Yaku Restaurante y unas compras imprescindibles en el mercado de San Pedro, voy al aeropuerto para tomar mi vuelo de regreso a casa. Satisfecha y convencida de que no hay pierde al viajar a Cusco, así sea solo un fin de semana.

Guía de viaje

¿Cómo llegar?

La forma más rápida de llegar es por vía aérea. Latam, JetSmart y Sky arriban a diario al Aeropuerto Internacional Teniente Alejandro Velasco Astete de Cusco. El vuelo desde Lima dura 90 minutos, desde Arequipa una hora y desde Ayacucho o Puerto Maldonado 55 minutos.

¿Dónde dormir en Cusco?

En Booking hay más de mil opciones de alojamiento de diferente precio y categoría. El JW Marriott El Convento Cusco está en la esquina de las calles Ruinas y San Agustín, a un par de calles de la Plaza de Armas. El precio por noche incluye el desayuno buffet, las clases de cocina y pisco, los tours en la propiedad y el acceso a la piscina temperada, saunas, duchas de hidromasajes, cromoterapia y jacuzzi.

¿Dónde comer en Cusco?

• - Morena Peruvian Kitchen: comida peruana. Procuradores 320, en la esquina con la Plaza de Armas.
• - Kion: comida oriental. Calle Triunfo 370.
• - Mercado Santa Teresa: patio de comida con 10 opciones. Calle Sta. Teresa 356.
• - Yaku Restaurante: comida peruana y opciones veganas con productos orgánicos. Calle San Juan de Dios 214, Plaza Regocijo.

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