Flores, el hogar de Kelimutu
Su nombre evoca a un jardín. Flores, situada en el archipiélago de Sunda, en Indonesia, fue bautizada con este nombre por los portugueses, quienes colonizaron la isla en el siglo XVI. Aparte del nombre ellos llevaron a la isla la religión católica.
Flores y Bali son las únicas islas del país donde la religión mayoritaria no es el Islam.
Flores está dotada de una belleza sin par y cuenta con playas paradisíacas, montañas, volcanes, terrazas arroceras y la maravilla natural del Kelimutu: tres lagunos volcánicos situados en la cima de una montaña, cada cual de un color diferente.
Llegar hasta allá no es tan fácil. Inicialmente quería llegar en barco desde la ciudad de Macassar, en la isla de Sulawesi (eso será el objeto de otra crónica), pero el sitio de Pelni, la compañía nacional de transportes marítimos, no tenía los horarios actualizados (ni los tiene ahora, casi seis años después), por lo que resultaba imposible encontrar información sobre la salida de los barcos. Terminamos tomando un vuelo a Bali y de ahí otro a Maumere, en el extremo Este de la isla. Maumere es una pequeña ciudad construida mayormente de madera. Tiene barrios enteros que se elevan sobre palafitos encima del agua. Solo pasamos una tarde y una noche ahí.
Hablando con los locales me enteré que había una plaza donde podíamos encontrar choferes para llevarnos de excursión por varios días en su carro. Negociamos con un señor un precio para ir entre Maumere y Labuanbajo en cinco días y cuatro noches.
A la mañana siguiente se presentó el señor con su ‘hermano’ diciéndonos que él no podría llevarnos, pero que su ‘hermano’ lo haría. Le pagamos la cuarta parte del costo acordado y quedamos en que iríamos cancelando el saldo según progresaba el viaje.
Nuestro conductor pasó a recoger a un amigo suyo de aspecto muy pintoresco para que lo acompañara durante el viaje y poco después nos dirigimos hacia Sikka, un antiguo asentamiento portugués donde tuvimos la oportunidad de admirar una iglesia de madera construida en 1899 y a mujeres locales protegiéndose del sol con una resina natural.
Saliendo de Sikka nos detuvimos en una hermosa playa y aprovechamos para bañarnos un rato antes de ir a Moni, hacia el Oeste.
Camino a Moni pasamos por el pintoresco pueblo de Wolowaru, famoso por sus tejidos tradicionales. Desgraciadamente no pudimos conocerlo bien a causa de la fuerte lluvia que cayó.
Para llegar a Moni se tiene que subir un camino de montaña que pasa al lado de terrazas utilizadas para cultivar el arroz.
Dormimos en una modesta pensión de Moni bajo una lluvia torrencial. A la mañana siguiente fuimos a Kelimutu. La cima del volcán, considerado sagrado para los lugareños, está a 1.600 msnm. Cuenta con tres cráteres, cada uno con un lago de un color diferente. Cuando estuvimos ahí los colores eran turquesa, verdusco y marrón oscuro, pero estos van cambiando según la composición mineral del sedimento.
Los nombres de estos espejos de agua reflejan las creencias locales. Uno es el Lago de los ancianos, otro es el Lago de los jóvenes y el que tiende a ser más oscuro es el Lago de los malvados. Se supone que las almas de las diferentes personas se refugian en ellos al morir.
En el camino a Ende el chofer comenzó a pedirnos que pagáramos más. Le cancelamos una cuarta parte y le dijimos que le haríamos otro abono en dos días y el saldo al llegar a Labuanbajo. Fue entonces cuando él comenzó a argumentar que lo acordado era cuatro días y tres noches y no cinco días y cuatro noches. Le mostré el papel que me firmo su ‘hermano’ y este se puso a hablar a gritos con alguien en su celular. Llegando a Ende quedamos en vernos en el hotel al día siguiente a las 12 para continuar la ruta, lo cual nos dejó una mañana libre para explorar el lugar.
Ende es uno de esos lugares que no tienen un interés particular, pero que cuentan con una atmósfera única e inolvidable. Me hubiera gustado pasar mas tiempo ahí.
Entre los pescadores preparando sus embarcaciones al amanecer, la luz del sol que sale de lo que pareciera un ser un fiordo tropical y el tradicional mercado, me quedé encantado con Ende.
Aqui saqué una de mis fotos preferidas al “sastre de Ende”, la cual tengo colgada en la sala de mi casa.
Al volver al hotel tuve la corazonada de que nuestro chofer no estaría ahí. Después de esperar media hora asumí que el tipo con quien negociamos se llevó la cuarta parte del precio a su bolsillo sin hacer nada y subcontrató a nuestro chofer sin darle la información correcta con respecto al itinerario. Felizmente que había pagado solo la mitad del viaje, así que tomamos un bus hacia Bajawa. Moraleja: eviten pagar la totalidad de prestaciones turísticas para tener un margen de seguridad en caso las cosas no salgan como las han planeado.
Bajawa es un simpático pueblo localizado en las montañas. Es una base ideal para hacer excursiones en los alrededores. Unos niños nos guiaron valle abajo para visitar el tradicional pueblo de Bena.
Durante el camino en combi de Bajawa a Ruteng me puse a maldecir a nuestro chofer y a su amigo. El trayecto estaba lleno de curvas y el conductor las negociaba sin ninguna suavidad. El resultado fue una cadena de nauseas y vómitos entre los pasajeros, incluyéndome a mí. Tampoco creo que las pastillas antimalaria me estaban sentando bien. Felizmente el pueblo de Ruteng es tranquilo y relajante gracias a sus calles anchas y sus viejas iglesias. Un par de Coca- Colas, un plato de arroz blanco y una noche de sueño eran lo que necesitaba para retomar la ruta al día siguiente.
Al final de la carretera está el pintoresco pueblo de Labuanbajo. Sus casas de madera parecen estar colgadas entre las laderas de las montañas y el mar.
Desde aquí se pueden hacer excursiones hacia las islas de Rinca y Komodo, donde habita uno de los reptiles más grandes que existen: el dragón de Komodo. También hay la posibilidad de ir a las islas desiertas, donde se puede bucear o hacer snorkeling y observar una magnifica fauna marina. Para salir de la isla hay barcos que te llevan hacia Lombok, de donde es fácil llegar a Bali. También hay algunos aviones por semana rumbo a Dempasar. Si bien cinco días es lo mínimo necesario para ver la isla, el doble de eso sería necesario para disfrutarla tranquilamente y aprovechar todas las actividades y encantos que ofrece. Es un lugar poco conocido que vale la pena descubrir.
PD Aprovechando que estare en el Peru en Agosto, estaba pensando organizar una reunion ¨CInco Continentes¨. Estaba pensando el Domingo 12 de Agosto o el Lunes 13 de Agosto por la noche. Cuentenme si les interesaria asistir y si tienen una recomendacion de donde hacerlo. Saludos