Postales de Madagascar

Madagascar, es una hermosa y remota anomalía geográfica. La cuarta isla más grande del mundo es también conocida como el “Octavo Continente” por su increíble biodiversidad, siendo el hogar de cientos de especies animales y vegetales endémicas. La isla ha sido poblada por el ser humano desde hace menos de 2000 años y la lengua hablada tiene mas en comun con el indonesio que con cualquier idioma africano.  Ubicado en el océano Indico al este del continente Africano, el país cuenta con escasas conexiones aéreas internacionales, por lo que tuve que romper la alcancía de millas de Air France que estaba engordando desde hace 10 años para poder comprar el pasaje. Una vez allá, las grandes distancias y mal estado de las pistas requieren el alquiler de una 4 x 4 con chofer para poder llegar a los mejores atractivos turísticos. Viajar por Madagascar requiere cierto espíritu de aventura como comprobamos cuando nuestra 4 x 4 se averió en una pista de tierra solitaria a las 9 de la noche o cuando tienes que esperar que baje la marea para poder continuar la ruta, o cuando cambias 200 Euros en el mercado negro y sales prácticamente convertido en millonario. Pero son justo estos retos los que hacen de este un viaje inolvidable.  Les comparto aquí el itinerario que hicimos.

Comenzamos el viaje en Antananarivo, conocida simplemente como “Tana”, una pintoresca ciudad llena de vestigios coloniales franceses construida sobre innumerables colinas.

De Tana viajamos 2 horas y media al sur hasta la ciudad colonial de Antsirabe conocida por su arquitectura francesa decadente y sus ciclotaxis.

Pasamos por pintorescos pueblos que no estarían fuera de lugar en la campiña francesa.

Visitamos el lago volcánico de Tritiva
Conducimos varias horas hasta el pueblo de Miandrivazo de donde partimos por tres días y dos noches navegando en una piragua por el río Tsiribihina.

Acampamos al borde del rio cerca de aldeas de pescadores donde pudimos observar el modo de vida local aunque no pudimos librarnos de la histeria de decenas de niños que nos perseguían para gritarnos “vaza, vaza” (extranjero) y pedirnos dulces, botellas de agua o dinero.

Nos refrescamos en una maravillosa piscina natural al borde de unas impresionantes cascadas.

El bote nos dejó en una aldea desde donde tuvimos que viajar en carreta tirada por bueyes por una hora para poder llegar a una pista carrozable.  Este fue solo el comienzo de un largo día de transporte pasando por pistas en muy mal estado, atravesando un rio en barca con carro y todo y otras 5 horas en una pista aun peor donde se nos averiό el carro felizmente a solo 7 kilómetros del poblado de Bekopaka. 

A los alrededores de Bekopaka se encuentran los impresionantes Tisngys de Bemaraha, increíbles formaciones geológicas afiladas y esculpidas por la erosión y la lluvia durante cientos de miles de años.  Llegar hasta los buenos puntos de vista requiere dominar el miedo a las alturas y escalar superficies verticales con la ayuda de un arnés.

Los bosques situados a la base de los tsingys albergan una variada fauna.

El trayecto de Bekopaka a Belo-sur-Tsiribihina dura 5 horas.  Hicimos una pausa en el famoso restaurante “Mad Zebu” antes de atravesar el rio en una barca y proseguir en dirección de Morondava, admirando el atardecer sobre la hermosa avenida de los Baobabs en el camino.

En la ciudad de Morondava recargamos nuestras baterías y admiramos las embarcaciones tradicionales de sus Pescadores.

Para continuar nuestro viaje hacia el balneario Ifaty teníamos dos posibilidades: Volver a Antsirabe en el centro del país, pasando por el mismo camino por el que vinimos para poder agarrar la ruta 7 hacia el sur o bordear la costa oeste de la isla para llegar directamente al a  Ifaty sin tener que hacer el mismo camino dos veces pero pasando por pistas sin asfaltar muy complicadas.    

Optamos por la segunda opción.  Cubrir 600 kilómetros nos tardó cinco días parando en Belo-sur-Mer, Manja, Andavadoaka, Salary, e Ifaty, aunque se puede hacer la ruta también en 3 o 4 dias obviando alguno de estos destinos y dejando poco tiempo para disfrutar de las hermosas y desiertas playas.

Después de tanto ajetreo decidimos quedarnos tres días en Ifaty, una aldea situada al borde de una hermosa laguna natural, donde es posible encontrar todas las comodidades.

Enrumbamos hacia el norte via la mítica Ruta Nacional 7 hasta llegar al pueblo de Ranohira en las inmediaciones del Parque Nacional de Isalo.

El Parque Nacional de Isalo ofrece la posibilidad de organizar diversas caminatas por un bello paisaje montañoso poblado de diferentes especies de Lémures.

Los lémures son un tipo de primates que vive exclusivamente en la isla de Madagascar. Existen 100 variedades distintas de Lémures.

El pueblo de Ambalavao cuenta con uno de los mercados de cebúes más grandes del país.  El cebú es una de las principales bases de la alimentación (junto con el arroz) así como una tradicional forma de acumular riqueza. 

Las Altas Tierras del centro de Madagascar son la zona más rica del país y están pobladas principalmente por tribus de ascendencia indonesia como los Merina y los Betsileo. Poco se sabe de las circunstancias en las que se pobló la isla, hace menos de 2.000 años. El país cuenta con 18 tribus con orígenes africanos, asiáticos y árabes.span>

Siguiendo por la RN 7 hacia el norte pernoctamos en Ambositra, capital artesanal del país desde donde organizamos una caminata de dos días por las tierras tribales de los Zafimaniry, conocidos por ser carpinteros expertos.

Terminamos el periplo en Antananarivo pasando nuevamente por Antsirabe.

Información práctica

Los vuelos para llegar a Madagascar son bastante caros debido a la escasa competencia.  Las principales ciudades desde las cuales se puede volar a Madagascar son Paris, Estambul, Johannesburgo y Nairobi.  También se puede volar desde Seychelles.

Dado el gran tamaño de la Isla, es imposible ver toda la Isla en un solo viaje de 3 o 4 semanas.  Lo mejor es concentrarse en una zona como puede ser el Sur y Oeste como hicimos nosotros. 

El principal tipo de transporte público es el taxi brousse (combi).   Es posible viajar en transporte público pero hay que contar con mucho más tiempo, ya que los taxi brousse salen solamente cuando están llenos y hacen paradas frecuentes. 

La forma más práctica de viajar es alquilando una 4 x 4 con chofer.  El coste varía entre 60 y 90 Euros por día en función de tus capacidades de negociación, y de la ruta que vayas a tomar.  (Muchos choferes cobran más por hacer rutas complicadas como la  ruta costera entre  Morondava a Tulear.

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