Sudán: sin caminos ni acceso para automóviles, la asistencia médica llega en burros en la región montañosa de Darfur
En febrero de 2020, Médicos Sin Fronteras comenzó a brindar atención médica en la ciudad de Rokero, en la región sudanesa de Jebel Marra. Allí, la organización gestiona servicios médicos en un centro de salud y se encarga del departamento de internación, emergencias, y las salas de maternidad y partos.
A partir de septiembre, un equipo empezó a usar burros y camellos para transportar a médicos, enfermeros, medicamentos e insumos básicos para la atención de salud, desde Rokero hasta Umo.
La zona de Umo, que se encuentra aislada de asistencia exterior desde el 2008, no cuenta con caminos ni acceso para automóviles o colectivos. Se debe realizar un viaje de cuatro horas y el único medio de transporte para entrar y salir de Umo es en burro o camello.
Hace más de una década que Umo no tiene un centro de salud en funcionamiento y alrededor de 50.000 personas viven allí en decenas de aldeas. En Umo, MSF trata a más de 70 pacientes por día. La desnutrición entre los niños es preocupante y, durante el primer mes, se atendieron a 60 niños gravemente desnutridos.
Las distancias en esta región aislada pueden ser abrumadoras y potencialmente mortales, y hacen que el acceso a la atención de emergencia sea casi imposible.
El centro de salud de Rokero no puede realizar intervenciones quirúrgicas y si una mujer necesita una cesárea es enviada a la ciudad de Al-Fasher, a seis horas de distancia en automóvil.
MSF responde directamente a las necesidades de salud agudas y ayuda a salvar vidas en un lugar que ha sido descuidado durante mucho tiempo y donde el acceso a la atención médica aún es muy limitado.
Darfur ha sufrido más de una década de conflicto. Aunque mucho ha cambiado en el último tiempo, la situación general de seguridad sigue siendo frágil y continúan los enfrentamientos violentos.
Muchas familias desplazadas por el conflicto encontraron refugio en los alrededores de la ciudad de Rokero y aún viven allí. Los enfrentamientos continúan estallando y Médicos Sin Fronteras sigue en terreno tratando las heridas causadas por los enfrentamientos.
Muchas comunidades de Rokero y Umo dependen en gran medida de la asistencia humanitaria. Aproximadamente el 60% de la población no tiene acceso a los servicios básicos de salud. De los 20 establecimientos de salud de la zona, solo ocho están en funcionamiento, incluidos los dos centros de salud de MSF.