Sin cañita, por favor
A la memoria y homenaje de la querida Lorena Valdivia.
Cañita, sorbete, pajilla o como se le llame en cada lugar, cada día se usan 500 millones de estos plásticos “descartables” solo en los Estados Unidos*. Si bien en el Perú no se maneja una cifra exacta de cuántas se usan, basta observar las mesas y barras de los locales donde se expenden alimentos y bebidas para observar el reinado de este elemento.
En qué momento se expandió el uso de las cañitas o sorbetes de plástico, nadie lo sabe. La cruda realidad es que son un verdadero problema, una verdadera plaga tóxica que daña el medio ambiente día a día y son la causa de muerte de infinidad de peces, aves, mamíferos y tortugas marinas. Además por su material plástico no son degradables y se quedan en las playas y en el mar para siempre. Según datos de The Last Plastic Straw Organization*, el 80 % de toda la basura marina que se encuentra en el mar son deshechos que nosotros producimos, de eso el 80-90 % es plástico.
https://www.youtube.com/watch?v=4MPHbpmP6_I
Dejamos las cañitas fuera
“Si somos parte del problema, es nuestra obligación ser parte de la solución” me dice José Carpena, Gerente de la Corporación Acurio Restaurantes. Fue tema de una reunión de directorio donde decidieron asumir acciones concretas en el cuidado ambiental. Por ello acaban de iniciar la campaña en todos los restaurantes de la Corporación: Astrid&Gastón, La Mar, Tanta, Panchita, Madam Tusan, Chicha, Los Bachiche, Papacho’s y Melate Chocolate.
¡Un gesto simple, un gran impacto! Así han denominado estas acciones que
funciona así: toda bebida solicitada en cualquiera de los restaurantes sale sin cañita, si el cliente lo requiere se le explica brevemente sobre el objetivo de las acciones. Con esto se espera despertar la conciencia del consumidor aunque finalmente es el cliente quien decide. Felizmente la mayoría comprende el fondo del asunto aunque existen situaciones excepcionales como es el caso de niños muy pequeños, adultos mayores o personas con alguna discapacidad que a veces requieren de este elemento.
No solo contaminan, también inhiben el placer
Puede sonar extraño pero es cierto, las cañitas impiden percibir todo el sabor de la bebida en la boca. Al direccionar la conducción de la bebida, el extremo que ingresa a la boca lleva el líquido al centro del paladar y de allí hacia la garganta, evadiendo varias papilas gustativas pues estas se encuentran en toda la cavidad bucal y son las responsables de detectar los sabores. Además con el uso de los sorbetes se ingiere mayor cantidad de líquido, se bebe más rápido y sin disfrutar como se debe. Incluso es poco elegante llevarse plástico a la boca y se imaginan todos haciendo ese ruido desagradable intentando absorber lo que queda del líquido? Amén de llenarse de aire…
Algunos atribuyen el uso de las cañitas como elemento de higiene frente a los vasos en algunos locales que no brindan toda la seguridad del caso. Es preferible revisar bien la vajilla y por último pedir el cambio del vaso si tiene alguna duda.
Vamos a sumarnos a la campaña, dejando de pedir cañitas, compartiendo la información en casa, con los amigos, en los colegios, universidades, centros de trabajo. Una invocación especial a los dueños de restaurantes, bares, juguerías, a los profesionales del servicio, meseros, bartenders, sommeliers.
A la cañita dile no.
* The Last Plastic Straw Organization – www.thelastplasticstraw.org (datos y fotografías)