“En el vino hay gustos para todos”, Claudio Martin gerente de enología de bodega Tabernero
La vida da giros constantemente, eso lo puede decir muy bien Claudio Martín, enólogo mendocino quien llegó con su familia por primera vez al Perú el 31 de agosto de 2021, en plena pandemia, para asumir la gerencia enológica de la bodega Tabernero que celebra sus 125 años de vida.
A sus 19 años inició labores como operario en Zuccardi, bodega a la que considera una escuela por lo enriquecedora experiencia que tuvo. Esto hoy le permite entender lo que pasa con quienes laboran en la bodega, si hay algún tema por aclarar y también si le quieren tomar el pelo. En su vida profesional pasó por diversas áreas de otras bodegas, aprendiendo, ganando experiencia y escalando pues en Mendoza hay mucha competencia. Así llegó a la bodega Monte Real S.A. cuyo negocio es elaborar vinos a granel –procesan 35 millones de kilos de uva- para mercados de Rusia, Estados Unidos, Australia, Alemania, España y Canadá. Se trata de otro mundo dentro de la enología, muy distinto al de la bodega que produce para llegar directamente al consumidor, precisa Claudio.
El destino hizo que conociera a Bertrand Jolly (enólogo francés que antecede a Claudio en Tabernero) en la feria Citevintech donde le comentó que le gustaría conocer Perú. Años después se da esa oportunidad cuando Tabernero a través de un headhunter busca un enólogo que reemplace a Bertrand quien decidió regresar a su Francia natal.
Su llegada a Tabernero en Chincha fue una grata sorpresa al encontrar una bodega moderna, actualizada, bien equipada y con un gran grupo de profesionales con toda la información necesaria a la mano.
Gran Tinto 125
Claudio participó en la fase final de la elaboración de la edición especial para conmemorar los 125 años de la bodega. Nos explica que es un homenaje a ese primer vino tinto seco que hace de puente para que el consumidor pase del vino dulce (mal llamado semi seco en opinión del enólogo) a uno tipo reserva. Claudio llegó justo para la fase del afinamiento, antes que pase al embotellado.
Si bien es responsable como gerente de enología de la bodega, en el tema de la producción de pisco se define como aprendiz pues el destilado nacional sigue estando a cargo del equipo de maestros pisqueros.
El viñedo debe estar amalgamado a la bodega
Tabernero tiene más de 200 hectáreas ubicadas en cuatro fundos, dos en Chincha Baja: La Cordero y San Pablo, otras están en El Carmen y en Grocio Prado. Tienen perfiles de suelo diferentes y aunque tienen una cercanía al mar, son totalmente distintos. En Chincha no hay nubosidad permanente, hay más sol que favorece la fotosíntesis de la vid con la ventaja de la regulación del mar por lo que no hay tanto calor que permite el desarrollo de los polifenoles. La parte agrícola se está reforzando con la incorporación de un especialista que viene de Mendoza para lograr un mejor perfil del viñedo y lograr una mejor calidad de uva. Todo esto es parte de la evaluación que tuvo con la familia Rotondo, propietaria de la bodega, con quien conversa directamente.
Actualmente están en una fuerte inversión para incrementar la producción de 10 a 12 millones de litros, con tanques de acero, máquina de prensado para duplicar la producción y mejorar el estrujado, incluso equipo de embotellado moderno. Los socios tienen una mirada de largo tiempo y los enólogos son felices cuando pueden trabajar en esas condiciones.
Sus variedades favoritas
Se declara fan de la variedad Chardonnay que se cultiva en El Carmen porque se adapta muy bien y le afectan pocas enfermedades. La Chenin Blanc es más difícil, susceptible y retadora porque pone la valla más alta. La Merlot ensambla bien con la Malbec y por ello nació el Gran Tinto Fino Reserva. En el caso del vino rosé si bien nació con la variedad Syrah, luego se optó por el Cabernet Sauvignon como se hace hasta ahora.
Vinos de uvas patrimoniales
El enólogo comenta que le resulta muy interesante esta tendencia y vienen trabajando con ellas, estemos atentos a las novedades de vinos tintos y blancos a base de las uvas patrimoniales.
Claudio afirma que Perú no necesita parecerse a nadie, se debe mostrar lo que somos, el Malbec de Perú no tiene que parecerse al Malbec argentino. Allí está la identidad del vino peruano e irá cambiando la idea que tiene el consumidor local. Además el turista que viene quiere probar vino peruano y se sorprende, les resulta un vino exótico lo cual es un indicativo que se puede lograr buen vino.
La comunicación para derribar el mito que en Perú no se hace buen vino costará pero se logrará entre todos, afirma con firmeza el enólogo.