Acho: Emocionante faena a un buen miura cerró una compleja tarde
Tres diestros valientes ante una corrida con dos partes muy distintas: tres miuras terciados y tres serios y bastante complicados, salvo el sexto, que a pesar de su peligrosidad posibilitó una buena faena de Paco Ureña
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Tres diestros valientes ante una corrida con dos partes muy distintas: tres miuras terciados y tres bastante serios y muy complicados, salvo el sexto, que a pesar de su peligrosidad posibilitó una buena faena de Paco Ureña
Los de Miura son una reminiscencia del pasado. Sus hechuras y comportamiento son absolutamente distintos al del resto de toros que se ven hoy en día en las plazas. Desde hace más de 170 años, conservan su peculiar conformación: largos, altos, agalgados, de vientre recogido y con un esqueleto muy grande, que suele ocultar su peso real. Su complicado comportamiento resulta casi siempre un acertijo para los toreros; a veces, de imposible resolución.
Es una ganadería que se ha mantenido casi dos siglos en manos de la misma familia. Los actuales ganaderos, Eduardo y Antonio Miura, tataranietos del fundador, tratan –en su selección genética− de adaptarse al toreo moderno, pero sin perder el sello característico de astados tan especiales y con una leyenda negra de la que no pueden desprenderse. Muchas cornadas mortales jalonan su historia. Las enrevesadas complicaciones de estos toros han dificultado la vida de los toreros a lo largo de la historia de la tauromaquia. La leyenda negra la inició Jocinero, un miura que le partió el corazón, en 1862, en Madrid, a José Rodríguez, Pepete, tío abuelo de Manuel Rodríguez, el famosísimo Manolete, que cayó mortalmente herido por otro miura, Islero, en Linares, 85 años más tarde.
Con esos antecedentes, no era infundada tanta expectativa ayer en Acho. En el cartel de esta feria, refulgían los terroríficos miura como un gran atractivo para el público.
LA PRIMERA MITAD DE LA CORRIDA
Los tres primeros toros lidiados ayer sufrieron más que sus hermanos el trajín y el estrés del viaje desde España; perdieron mucho peso. Eran, además, bastante más terciados que los últimos tres. Por ello, al saltar al ruedo, fueron protestados por el público, que esperaba ver tres monstruos terroríficos. Su juego, para acentuar aquella desilusión, tuvo más parecido con toros noblotes y de largo recorrido, de otros encastes, que con lo esperado de los de Miura. “Queremos ver miuras”, bocinazo lanzado desde los tendidos de Sol, sintetizó aquello. Pero a pesar de embestir de largo en los primeros compases de cada faena, esos tres primeros toros se fueron complicando y no hubo ni la emoción, ni el miedo que el público esperaba, ni la faena artística y redonda que hubieran aceptado a cambio.
Las ganas de Rafael Rubio, Rafaelillo, el pundonor de Manuel Escribano y sus arriesgados pares de banderillas y los muletazos aislados de Paco Ureña, le supieron a poco a los aficionados en la primera mitad de la corrida.
LA SEGUNDA MITAD DE LA CORRIDA
Los últimos tres toros sí tuvieron la presencia esperada. Pero también las complicaciones que van aparejadas con los astados de Miura.
Rafaelillo se las vio con un complicado toro. Estuvo valiente, pero una faena artística, toreando en redondo, tal como la entendemos hoy en día, era imposible. Por momentos, el diestro se dobló con su enemigo, toreándolo por bajo y sobre las piernas y parte de la afición –que entendía de qué iba aquello− se lo agradeció ovacionándolo con palmas.
Escribano tuvo el enorme mérito de irse a recibir su segundo toro a la puerta de chiqueros y allí, hincado de rodillas, aguantó estoicamente las evoluciones del miura, hasta que de forma incierta, este decidió embestir al hombre que de rodillas lo esperaba impávido en los medios. Trató de banderillearlo de forma lucida, pero ninguno de los cuatro pares quedaron como era debido. Con la muleta, hizo lo que pudo, ante toro tan complicado; pero era lidia poco artística y valerosa, lo único que el astado le permitió al diestro.
Ureña tuvo ante sí a un miura imponente, que en la muleta embistió con un recorrido impensado, aunque llevando la cara alta y sin terminar de entregarse. Arte el del diestro y riesgo el que aportaba el astado, que tras cada muletazo, sabía lo que dejaba detrás. Tras tres series magníficas con la mano derecha, el toro hizo lo que se espera de un miura y se echó a los lomos al torero, pegándole una paliza. Las cuadrillas recogieron a Ureña del piso y estuvo a punto de desvanecerse, pero sacó fuerzas de flaqueza y volvió a la cara del toro, para abrochar con estupendos naturales su faena; le había encontrado el sitio al toro, la altura necesaria a los muletazos y con el temple preciso entusiasmó a la afición limeña. “¡Por fin!” dijo el público. Emoción y arte al mismo tiempo. Tras un pinchazo hondo, dejó una gran estocada y cortó una muy merecida y valiosa oreja; trofeo de mucho peso; siendo en el sexto toro, dejó satisfecho al público, que estaba a punto de irse de la plaza desilusionado.
Fue la de ayer una corrida complicada, de difícil lectura y con toros muy diversos; pero a pesar de ello, tuvo el interés que los eternos miuras terminan brindando casi siempre.
EL GANADO DE AYER
Se lidiaron toros de Miura, que fueron los protagonistas de la tarde. Todos tuvieron el tipo y las hechuras de la casta Cabrera. Los tres primeros fueron terciados y, además, habían perdido peso durante el viaje desde España y en los corrales de Acho. Los tres últimos estuvieron mejor presentados.
1. TENIENTE
Número 74, con 470 kilos. Negro. Nacido en marzo del 2011. Terciado y evidenciando haber perdido peso. Con los ijares chupados, aunque alto y serio. Pitado de salida. Dio buen juego en la primera parte de la faena y embistió con fijeza y cierta clase. Pitado en el arrastre.
2. TOMILLERO
Número 24, con 480 kilos. Cárdeno. De diciembre del 2010. Terciado; con los ijares chupados, evidenciando pérdida de peso. Embistió con cierta clase, pero perdió las manos repetidas veces.
3. PAJAREÑO
Número 64, con 475 kilos. Cárdeno. De marzo del 2011. Alto, largo y zancudo. Desmejorado por la pérdida de peso. Pitado de salida. Mansurrón. Se desentendía de la pelea tras cada muletazo, desluciendo la faena de su matador. Pitado en el arrastre.
4. HURÓN
Número 83, con 505 kilos. Negro listón y bragado. De marzo del 2011. Mejor presentado que los tres primeros. Serio y alto. Muy complicado. Desarrolló sentido muy pronto. Sin lidia lucida posible.
5. AGUILITO
Número 76, con 545 kilos. Negro. De febrero del 2011. Serio y alto. Se empleó en el capote. Complicado en banderillas. Fue imposible torearlo lucidamente de muleta.
6. OFENSIVO
Número 60, con 542 kilos. Negro entrepelado. De enero del 2011. Alto, agalgado y zancudo. Serio. Se empleó en el capote y dio buen juego en la muleta, aunque llevando la cara a media altura, sin humillar, y constantemente con el riesgo propio de un miura.
HABLAN LOS TOREROS
RAFAEL RUBIO ‘RAFAELILLO’
“Uno de los más difíciles de mi carrera”
Al término de su faena, el diestro murciano comentó que le tocaron dos toros muy diferentes. “En el primero, he hecho cosas buenas, tanto con el capote como con la muleta, y con ambas manos. Lo he toreado bien”, enfatizó. Sin embargó, –agregó– “a la afición no le gustó porque lo vio flaco de salida y se cayó dos veces”.
Mi segundo toro fue “un demonio, que quedó sin picarse y reponía y reponía y se venía de frente al pecho. Me quería coger y se metía por dentro, con la cabeza suelta y dando cabezazos, pero he tratado de poder con él, para que se parase entre muletazo y muletazo y no había forma de sacarle un pase limpio. Es uno de los toros más difíciles de toda mi carrera”. “Le puse ganas, pero así son los miura”
MANUEL ESCRIBANO
“Le puse ganas, pero así son los miura”
Para el torero sevillano, la afición de Acho sí entendió las dificultades de sus dos toros y los ha pitado de salida. “El primero tuvo cosas buenas, pero se derrumbó y la gente se desconectó de la faena y del toro”, agregó. Sobre su segundo toro, aseguró que fue muy malo, muy de Miura. “Desarrolló un sentido increíble en todos los tercios, tanto en banderillas como en la muleta. La verdad es que tuvo un punto de mansedumbre que le hizo desarrollar sentido. Ha sido muy, muy difícil y hasta los banderilleros la han tenido complicada”. No obstante ello, enfatizó que puso mucho empeño en sus dos faenas, pero “eso es lo que tienen las corridas de Miura”.
PACO UREÑA
“Estoy feliz de haber cortado una oreja”
Al término de su faena ante el sexto toro de la tarde, el diestro Paco Ureña afirmó sentirse “horriblemente mal”, después de que el toro lo cogiese y lo tuviese suspendido en el aire por un momento. Sin embargo, aseguró sentirse muy feliz y muy contento de haber cortado una oreja en Lima. “Amo esta tierra”, agregó. También comentó que el ganado de Miura es diferente a las demás ganaderías. “Desarrolla muy pronto sentido y complicaciones, le cuesta humillar y mira por encima de la muleta”, añadió tras señalar que todo ello hace muy difícil estar delante de un toro de esa ganadería.
FICHA DE LA CORRIDA
SEGUNDA CORRIDA DE LA FERIA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS
Plaza de Acho, domingo 8 de noviembre de 2015
Con ganado de Miura, que despertó gran expectativa en Acho, se realizó la segunda corrida de la feria.
ESTADO DE LA PLAZA
La Plaza de Acho lució algo más limpia, pero sigue necesitando una buena mano de pintura.
RAFAEL RUBIO ‘RAFAELILLO’, de rosa y oro. Silencio y silencio.
MANUEL ESCRIBANO, de sangre de toro y oro. Silencio y silencio.
PACO UREÑA, de verde agua y oro. Silencio y oreja.
CORNADA
José Mora Manzano, banderillero de Rafaelillo, resultó con un puntazo limpio de 5 centímetros, al tropezar en la cara del primer toro tras un par de banderillas. Pronóstico: menos grave. Fue atendido en la enfermería.
GALERÍA DE FOTOS DE LA CORRIDA
FOTOS: JUAN PONCE
PRIMER TORO
SEGUNDO TORO
TERCER TORO
CUARTO TORO
QUINTO TORO
SEXTO TORO