Mariposas, pasión y muerte: Música en francés (Parte 2)
Mariposas, el amor a una hija, la pasión por el deporte y la muerte. Todo está incluido en el post de hoy, que es la continuación de uno que presentamos hace meses, en el que hablábamos de la importancia de la música pop francesa (aquí puedes leer la parte 1). Hoy, en esta segunda parte, abrimos un poco más el espectro y recordamos también a cantautores de países francófonos. Empecemos, pues, este viaje por la década de 1970.
1. Butterfly
“Tú jamás me podrás convencer de que ya se olvidó de mi amor, pues yo sé que de verdad me quiere solo a mí, aunque esté tan lejos hoy de mí”, así comienza este tema titulado Butterfly (Mariposa), lanzado en 1971 en la voz del cantautor francés Danyel Gérard, y que contó en los coros con los integrantes de Aguaviva, banda de culto española de los años 70.
Nacido en París en 1939 —un año antes de que la “Ciudad Luz” cayera en manos de los nazis—, Gérard Danyel Kherlakian fue un niño cosmopolita. Su padre era armenio, su madre italiana (aunque otras informaciones dicen que nació en Córcega) y buena parte de su infancia la pasó en Río de Janeiro (Brasil). A los 14 años, Gérard volvió a París y fue parte del coro de jóvenes de la Catedral de Notre Dame.
Sin embargo, el rock and roll fue su apostolado, pues fue uno de los primeros en interpretarlo con éxito en Francia. Empezaba a ser conocido, pero su promisoria carrera se truncó en 1959 cuando fue reclutado como soldado y enviado a la Guerra de Argelia, donde pasó 28 largos meses. En aquel conflicto, Francia terminaría reconociendo la independencia de Argelia y, al regresar a París, Gérard sacaría el siguiente éxito.
Es el 28 de abril de 1962. Aquí vemos a Danyel Gérard moviendo rodillas y caderas a ritmo de Petit Gonzales, la versión francesa de Speedy Gonzales. Por aquellos años en blanco y negro, Gérard comenzaría a escribir canciones para grandes artistas de su país como Johnny Hallyday, Sylvie Vartan, Dalida y Richard Anthony. Incluso, llegó a participar en el Festival de San Remo de 1965 con el tema Mia cara.
Tres años después, en 1968, Gérard compuso la que es considerada la primera versión de Butterfly. La verdad es que es casi idéntica. Escúchenla.
La canción se llama Hélas, trois fois hélas (Ay, tres veces ay) y cuenta el infortunio de un muchacho ingenuo y tímido. Primero, el joven se topa en un hostal con un hombre que arma una gran juerga con sus amigos, pero que al final le hace pagar a él todos los gastos. Luego, el mismo joven compra una casa a buen precio, pero ve cómo con la primera lluvia estalla la estufa, se le cae el techo y desaparece su cama. Finalmente, el joven cuenta que conoció a una mujer que era considerada un demonio por todo el pueblo, por lo que nadie quería casarse con ella. “Solo fui yo el que se atrevió”, dice.
Después de un periodo muy difícil por el rompimiento con su prometida y la muerte de su padre, Danyel Gérard reapareció en la escena musical en 1970 con un look totalmente diferente: se dejó crecer el cabello, llevaba barba y usaba sombrero. Ese fue el año de su gran salto con el lanzamiento en francés de Butterfly, el cual compuso al lado de Ralph Bernet, letrista marsellés que comenzó como lustrador de zapatos en París y terminó escribiendo más de 2000 canciones (algunas de ellas para Julio Iglesias).
El éxito de Butterfly fue tal que Gérard no solo la grabó en francés y español, sino también en inglés, alemán, italiano e incluso japonés. Para julio de 1972, como recuerda el diario St. Petersburg Evening Independent, Butterfly había vendido ya más de 7 millones de copias en todo el mundo.
En la letra de Butterfly, Gérard dejó a un lado el sarcasmo de Hélas, trois fois hélas, y apostó por algo más seguro: la historia de un hombre abatido por la melancolía, que ha tenido que emprender un largo viaje y dejar a su chica, a la que llamaba “Butterfly”.
Ahora bien, ¿en qué circunstancias nació esta canción? Un usuario de YouTube dice: “La compuso un soldado, no recuerdo si americano o francés, en la Segunda Guerra Mundial a su novia que vivía al otro lado del mundo”. Suena bien, pero la verdad es más prosaica. “Es muy simple”, revelo Gérard en una entrevista. “La compuse porque quería hacer el amor”.
Aquí está Danyel Gérard, guitarra y cigarro en mano, cantando Butterfly en la TV alemana en 1971.
2. September Morn
La melodía a veces engaña. Esta canción no habla de un amor de pareja, sino de uno mucho más duradero: el amor de un padre por su hija. (“Mira lo que has hecho. ¿Por qué te has convertido en toda una mujer? Aún puedo oírte llorar en una esquina de tu habitación. Y mira cuán lejos hemos llegado, tan lejos de donde solíamos estar, pero no tanto como para olvidar cómo era antes”). Aquí tenemos a una leyenda viviente de la música, el señor Neil Diamond, con el tema September Morn (Mañana de septiembre).
La letra fue escrita por el propio Diamond, quien tiene dos hijas –Marjorie y Elyn– producto de su primer matrimonio con Jaye Posner, su gran amor de la secundaria. Llamado el “Elvis judío”, Neil Leslie Diamond nació en el condado neoyorquino de Brooklyn en 1941, de padre polaco y madre rusa. En su escuela de Brooklyn tuvo como compañera de estudios a Barbra Streisand. Pero si de estudios se trata, allá por los años 60 Diamond tomó una decisión que afectó toda su vida: abandonó la Universidad de Nueva York para dedicarse al delirante sueño de escribir canciones para otros.
Esta canción, September Morn, fue lanzada en 1979, uno de los años más difíciles para Diamond. Como señala la revista People, en febrero de aquel 1979 Diamond se cayó sobre el escenario durante un concierto en San Francisco y fue llevado al hospital, donde le diagnosticaron un tumor en la espina dorsal. Pasó por una operación de 14 horas y un largo proceso de rehabilitación. “Había una gran posibilidad de que pasara el resto de mi vida en silla de ruedas”, dijo. “Tuve que aprender de nuevo a caminar”.
En noviembre de 1985, Neil Diamond acudió a un baile organizado en la Casa Blanca por el entonces presidente Ronald Reagan. De pronto, sonó la melodía de September Morn y él salió a bailar con una de sus más fervientes admiradoras: la princesa Diana. Momentos después, Diana de Gales se le acercó para preguntarle: “¿Es correcto que una dama le pida bailar a un caballero?”. “¡Por supuesto que es correcto!”, le contestó Diamond y volvieron a la pista. “No recuerdo nada de lo que bailamos”, le contó Diamond al diario inglés Daily Mail. “En lo único que podía pensar era en que estaba bailando con la princesa más bella del mundo”.
Hace poco más de un mes, Diamond anunció su retiro de los escenarios. Se le diagnosticó la enfermedad de Parkinson, justo en plenas celebraciones por los 50 años de su primer disco.
Pero, ¿cómo así nació September Morn? Diamond es uno de los dos compositores. El otro es uno de los más grandes cantautores franceses que dio el siglo XX y de quien hemos hablado ya en este blog: Gilbert Bécaud, conocido como el “Señor Cien Mil Voltios” por su energía y su fama de romper pianos en el escenario.
La versión en francés fue la que se lanzó primero en el mercado, allá por 1978, con el título de C’est en septembre (Es en septiembre). Su letra no habla del amor de un padre, sino que es un homenaje que Bécaud le hizo a Francia y al ambiente sereno que se respira en septiembre, cuando el verano y los turistas se han ido ya. (“En mayo me voy y te dejo a los extranjeros, para ser yo mismo un extranjero bajo otros cielos. Pero en septiembre, cuando vuelvo a donde nací y mi playa me reconoce y me abre sus brazos como una novia, es en septiembre que tengo yo un buen año”).
Gilbert Bécaud, quien también grabó esta canción en español, comenzó su sociedad con Neil Diamond en 1977. “Cuando tuve la oportunidad de conocerlo”, ha dicho Diamond, “me aseguré de que él y yo escribiéramos juntos”. En 1979, el año en que September Morn sonó en todo el mundo, la TV francesa realizó algo que todavía no era muy común de ver en la pantalla chica: una conexión satelital entre Bécaud (en París) y Diamond (en Los Ángeles).
Aquella vez, ambos –a más de 9.000 km de distancia– tararearon September Morn. Bécaud, en el piano, comentó: “Qué maravillosa la tecnología que nos permite ahora cantar por encima del océano”. “¿Estuve afinado?”, le preguntó Diamond. “Estuviste genial como siempre”, contestó el francés. Este fue aquel encuentro (la parte de September Morn es a partir del minuto 2.13).
Bécaud —como pueden ver en estas imágenes— luce sus clásicos traje azul, camisa blanca y corbata de lunares, una costumbre que adoptó en homenaje a aquel modesto atuendo que le hizo su madre cuando él comenzó a trabajar como pianista.
Autor e intérprete de unas 400 canciones, Gilbert Bécaud fue nombrado Caballero de la Legión de Honor, la mayor condecoración en Francia. Entre sus más excéntricas propiedades figuraba una casa flotante en el río Sena, allá donde el “Señor Cien Mil Voltios” se apagó un día de diciembre de 2001.
Aquí está Gilbert Bécaud y su éxito C’est en septembre.
3. Wow
Y ahora cambiemos de tema o, mejor dicho, de cancha. Esta cortina musical sigue presente en la memoria de muchos peruanos, que la identifican con las transmisiones deportivas que América Televisión hacía allá por los años 70 y en especial con el programa Exclusivas Deportivas, conducido por Roberto Salinas y Luis Ángel Pinasco (a quien vemos en estas imágenes). Por supuesto, también deben recordar las narraciones de don Eduardo San Román, la “Catedral del Deporte” (a quien también observamos acá).
Este tema instrumental —que lleva el curioso título de Wow— llegó incluso a usarse hasta bien entrados los años 90, durante las transmisiones del torneo de fútbol en el Perú, como lo prueba este breve video.
Según el nostálgico (y muy bien informado) sitio web Arkivperu, antes de Wow, América Televisión solía utilizar otro tema en sus transmisiones deportivas, llamado Ta Samba. Algunas personas en YouTube recuerdan que Ta Samba comenzó a usarse en 1976, como cortina musical para las transmisiones por el bicentenario de la independencia de Estados Unidos. Posteriormente fue también utilizado en el programa Exclusivas Deportivas.
Lo curioso es que tanto Wow como Ta Samba fueron compuestas por la misma persona e incluidas en el mismo disco. Esta es Ta Samba.
El autor de ambos temas instrumentales es André Gagnon, pianista y director de orquesta canadiense, quien los compuso allá por enero de 1975. Nacido en 1936 en Quebec, la provincia francófona de Canadá, Gagnon fue un niño prodigio que comenzó a componer apenas a los 6 años de edad.
Tanto Wow como Ta Samba formaron parte del álbum “Neiges” (Nieves) de 1975, el cual es considerado por André Gagnon como “un resumen de su infancia”. En 1976, “Neiges” permaneció 24 semanas dentro de los diez primeros discos del ranking Billboard y llegó a vender más de 700.000 copias en todo el mundo, lo que le valió a Gagnon recibir un disco de platino en Canadá.
Wow no solo se volvió un éxito en Canadá y Estados Unidos, sino también en Francia, Italia, Alemania, España, los países escandinavos, América Latina, Australia y Japón. El dar la vuelta al mundo le permitió a este ex niño prodigio ser condecorado en 1978 con la Orden de Canadá, la orden civil de mayor rango en ese país.
Wow fue escrito originalmente para un programa de la televisora CBC/Radio-Canada, a pedido de un coreógrafo. André Gagnon le debe tanto a este tema que resulta sorprendente saber que estuvo a punto de no ser grabado. De hecho, el pianista canadiense decidió incluirlo a último momento en su álbum “Neiges”, cuando el tema ni siquiera tenía un título. Quizá por eso no quiso complicarse mucho y lo llamó Wow.
Aquí está André Gagnon… en vivo.
4. Seasons in the Sun
Como pueden apreciar en la letra, esta canción, titulada Seasons in the Sun (Estaciones en el sol), tiene una muy fuerte carga dramática: es la historia de un hombre a punto de morir prematuramente, el cual se va despidiendo de su mejor amigo, de su padre y de su pequeña Michelle.
Quien la canta es el productor canadiense Terrence Ross Jacks, más conocido como Terry Jacks, quien la convirtió en un hit mundial y llegó al número uno del ranking Billboard el 2 de marzo de 1974. Pero, ¿cómo nació este tema acerca de la muerte?
La historia dice que Terry Jacks descubrió la canción en un viejo disco del grupo californiano The Kingston Trio y se la mostró a los Beach Boys, cuyo nuevo material él estaba produciendo. Jacks les propuso grabarla y hasta se hizo un demo, pero los Beach Boys decidieron al final no lanzarla. Jacks tenía su propio sello discográfico, Goldfish Records, así que, sin darse por vencido, la grabó en 1973 en un disco sencillo que parecía más bien una oda a Tánatos, el dios griego de la muerte: el lado B traía una canción sobre el entierro de un perro.
Terry Jacks jamás imaginó todo el éxito que tendría con Seasons in the Sun. Se vendieron más de 12 millones de copias en todo el mundo. Cuenta con versiones en vietnamita y malayo e, incluso, llegó a ser interpretada por la banda Nirvana (Seasons in the Sun —recuerda la revista Slate— fue el primer disco que Kurt Cobain compró).
Según el diario The Huffington Post, Terry Jacks ha dicho que para grabar Seasons in the Sun se inspiró en un amigo que había muerto prematuramente, víctima de la leucemia. Pero la canción tiene otro origen.
El hombre que ven acá dijo alguna vez lo siguiente: “En la vida solo hay dos momentos importantes: nacer y morir. El resto es anécdota”. Nacido en Bruselas (Bélgica) en 1929, Jacques Brel fue tanto poeta como músico, y sus composiciones terminarían siendo una inspiración para artistas como David Bowie y Leonard Cohen. En este video lo vemos cantando su más conocido éxito, Ne me quitte pas (No me dejes).
La versión original de Seasons in the Sun fue compuesta por Jacques Brel y se titula Le moribond (El moribundo), incluida en 1961 en su álbum “N° 5”. Contrario a lo que uno pueda pensar, Le moribond no es una canción triste, sino más bien sarcástica. Habla de un hombre que está en su lecho de muerte y que es acompañado por cuatro personas: su esposa, un sacerdote y dos amigos, Émile y Antoine.
El moribundo comienza despidiéndose de Émile, a quien le dice que sabrá cuidar bien de su esposa, puesto que es una buena persona. Luego se despide del sacerdote, al que también le dice que sabrá cuidar bien de su esposa, puesto que ha sido el gran confidente de ella.
Luego, el moribundo se despide de Antoine, a quien le confiesa que nunca le cayó bien. Aun así, también le dice que sabrá cuidar bien de su esposa… puesto que ambos fueron amantes. Finalmente, el desahuciado se despide de su mujer y con ironía le dice: “Me voy con las flores y con los ojos cerrados. Puesto que los he cerrado a menudo, sé que cuidarás de mi alma”.
Dos años después, en 1963, el cantante y poeta estadounidense Rod McKuen hizo una adaptación al inglés a la que tituló Seasons in the Sun. Esta fue la letra que utilizó luego Terry Jacks, con excepción de un pequeño pero significativo detalle: el canadiense quitó la parte en la que el moribundo revela que su esposa le había sido infiel, y la reemplazó con una despedida inocua a una pequeña llamada Michelle.
Un día de 1974, Jacques Brel decidió dejarlo todo. Como recuerda el diario español El País, Brel tomó su velero Askoy II y se marchó a la Polinesia Francesa para aislarse del mundo en las islas Marquesas. Brel sabía que tenía cáncer de pulmón. Allá, en medio del océano Pacífico, el cantautor belga compró un avión bimotor y se convirtió en una especie de taxista aéreo para los habitantes de una y otra isla.
Jacques Brel falleció en 1978 y su tumba está en Hiva Ova (una de las islas Marquesas), a pocos metros de la del pintor francés Paul Gauguin. Como en la letra de su canción, la suya fue también una muerte prematura: Brel se fue de este mundo apenas a los 49 años. “Lo que cuenta en una vida no es su duración, sino su intensidad”, dijo.
Aquí está Jacques Brel y su gran tema Le moribond.
Hasta la próxima canción.
Agradecimientos:
Video 1: musicalia 01 / Video 2: Ina Chansons
Video 3: EVEGabin / Video 4: Glotz63
Video 5: Jack Lim / Video 6: Blech Potter
Video 7: Neurophile Michel / Video 8 y 9: luis carrillo
Video 10: djdedales2 / Video 11: Norman Daoust
Video 12: Juliocesar Garcia / Video 13: Carlos Lara
Video 14: Barbara Enigmatique
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