El ascenso del murciélago depresivo
Tuvimos que esperar cuatro años para que Cristopher Nolan nos entregara la tercera y última parte de su trilogía sobre Batman. La larga pausa no habría sido producto de un capricho del director sino que buscaba presentarnos a un personaje cambiado. El caballero de la noche está lejos de ser el héroe invencible de la segunda parte y está más conectado al dubitativo Bruce Wayne de la primera. En “The Dark Knight rises” Nolan no permite que nadie le robe el show a Batman.
Si usted no ha visto la película no siga leyendo porque se revelarán datos importantes de la misma.
“The Dark Knight rises” empieza ocho años después de los acontecimientos ocurridos en “The Dark Knight”. Se nos presenta a un Batman-Bruce Wayne fuera de acción. Ya no hay lugar para el murciélago debido a que su nombre terminó manchado por habersele adjudicado la autoría de la muerte de Harvey Dent y porque el crimen ha disminuido a cifras irrisorias. El superhéroe está en crisis porque no encuentra un lugar donde ubicarse. Las películas de Nolan suelen ser un buen material para el psicoanalisis. Su tendencia a tocar temas como la culpa (Imsomnia y Memento), la obsesión (The prestige), la catarsis (Inception) o el caos (The Dark Knight returns) permiten darle una mirada a sus cintas desde la disciplina que construyó Sigmund Freud. Siguiendo esa línea podemos reconocer a Wayne como un sujeto atado a una profunda depresión.
La depresión es reconocida por algunos psicoanalistas como el odio contra uno mismo. La pulsión de muerte se sobrepone al principio de vida y empuja al superhéroe a la autodestrucción. ¿Por qué está deprimido Batman? Como hemos señalado antes porque ha perdido su rol de vigilante de Gotham City. Se siente inútil en una ciudad que lo rechaza y que no lo necesita. Pero creemos que hay algo más ahí. La respuesta la tiene Alfred, el mayordomo que reconoce que su casi hijo está alejado de todo tipo de vínculo.
Wayne todavía tiene atravesada la espina de haber perdido a Rachel Dawes, su amor infantil que falleció en “The Dark Knight”. Es debido a esa pérdida que se niega a seguir adelante con su vida y se mantiene atado al dolor (no es casualidad que el principal problema que tiene el multimillonario es en las piernas y tiene que desplazarse con un bastón). Y tampoco lo es que sea justamente una mujer la que lo lleve a entrar en acción. El robo del que es objeto por parte de Catwoman (Selina Kyle) lo hace volver a calzarse el traje de Batman y darse cuenta que una amenaza se acerca a Gotham City.
En “The Dark Knight” teníamos a un villano que buscaba simbolizar la parte caótica del ser humano. Aquella dedicada a la destrucción en una intensa búsqueda de placer. Hay un goce en cada acto del Joker y eso es lo que lo hace atractivo. Sin embargo, la locura de este villano es una propia de un psicótico. Busca y necesita que lo detengan. Para el Joker, Batman es necesario. El caos necesita al control porque son complementarios. Pero con Bane las cosas serán totalmente distintas.
Bane es la destrucción encarnada. Heredero del mandato de Ras al Gul, tiene que arrasar con Gotham City. Según su lógica, es a través de la demolición que se logra la purificación. Ni el sistema ni los líderes han funcionado en el mundo y por esa razón hay que recurrir a la anarquía. No hay propuesta de construcción sino solo de destrucción. Pero su pulsión de muerte se verá enfrentada con la vida, encarnada por Batman.
¿Pero hemos acaso descrito a un héroe que encarne el principio de vida? Pues todo indica que no. Si bien sería injusto afirmar que Batman es un personaje absolutamente oscuro que es guiado exclusivamente por la venganza, algo de eso hay en el personaje. El murciélago es un personaje que oscila constantemente entre la búsqueda de la justicia y la venganza. Vive en una lucha constante entre sus pulsiones de vida y muerte. Y la respuesta del murciélago a Bane, según lo que propone su confindente Alfred, está más motivada por la autodestrucción. Por eso no es raro que pierda la batalla. Batman quiere morir porque no hay vínculo que lo sostenga.
Tras terminar en el hoyo más profundo, otra analogía de la depresión, será la comunidad la que rescatará al héroe. Ya sea dentro de su prisión como fuera de ella recibirá el apoyo de sus colegas. Los vínculos serán restablecidos por personajes como el comisionado Gordon (Gary Oldman), el teniente Robin Blake (Joseph Gordon Levitt) y Catwoman. También sus compañeros de prisión lo alentarán a dar el salto que lo devuelva a la vida.
La parte final de la película pareciera proponernos entonces a un héroe que sigue ligado a la pulsión de muerte ya que aparentemente elige el sacrificio. Sin embargo, las últimas escenas demuestran lo contrario. Para empezar Wayne promueve el vínculo al proponer un papel comunitario en el cual el rol de Batman no es privativo de un solo personaje. Este será un papel que será compartido y no exclusivo de un hombre solitario. Y finalmente, Wayne obedece al mandato de su protector Alfred al alejarse de Gotham City para vivir junto a Selina Kyle. El murciélago termina entonces ascendiendo y saliendo del hoyo llamado depresión.
pregunta de la semana: ¿Qué te pareció la última entrega de Batman?