"The Star Wars" (o cómo George Lucas se convirtió en el general Skywalker)
Falta un año para ver “Star Wars: The Force Awakens” o simplemente “Episodio VII”, y desde hace días tenía en mente escribir una reseña sobre “The Star Wars”, el cómic basado en el primer borrador que trabajó George Lucas en 1974 sobre lo que sería la primera película de la inmortal saga, tres años después, en 1977. Días de trabajo saturado me lo impidieron, pero ahora sí, es hora de hablar un poco sobre los Jedi.
He terminado de leer los ocho números de “The Star Wars” compilados en español por Planeta D’Agostini, y lo primero que me provoca decir es que resultan sumamente entretenidos. Funcionan no solo como historia nueva, que redondea su argumento con personajes que se hacen su propio espacio, sino que también funciona en el plano de la evocación y la curiosidad, con escenas, momentos, personajes que todos reconocemos o volvemos a re-conocer. Claro, tiene sus altibajos pero gusta.
Pero explicábamos que “The Star Wars” es la puesta en cómic de los primeros guiones que esbozó George Lucas allá por 1974, tres años antes de que Episodio IV viera la luz. Guiones en los que la aventura espacial se sostiene a través de batallas de naves, duelos con sables, seres de distintas especies vivientes que interactúan, relaciones humanas de alta emoción (amistad, amor, odio) y más.
J.W. Rinzler, director ejecutivo de LucasBooks, y Randy Stradley, director de Dark Horse, tuvieron a bien unir esfuerzos en materializar estos guiones y el 1 de abril del 2013 anunciaron su intención. “He encontrado muchos tesoros en los archivos de LucasFilm, pero uno que me asombró fue el borrador de The Star Wars. Sus primeras visiones e imágenes eran alucinantes y hacen explotar la cabeza”, explicó Rinzler.
Los dos ejecutivos buscaron al dibujante Mike Mayhew (que trabaja en la serie “Avengers”) para que se encargara de diseñar los personajes y graficar la historia, y enviaron los primeros esbozos al propio George Lucas que dio su OK (dicho sea de paso, el cineasta sirvió de inspiración física para el protagonista principal del cómic).
La serie se lanzó entre setiembre del 2013 y mayo del 2014. Ocho números y una edición especial (Nro. 0) de cómo se concibió el proyecto, que fueron recopilados en agosto último en un TDP (trade paperback) el cual se situó rápidamente entre los libros más vendidos en la lista del diario “The New York Times”. La edición que he leído en español se publicó hace poquito, en octubre. Este es el tráiler que se lanzó a propósito de la adaptación.
Pero ahondemos en el cómic. La historia empieza décadas después de que los Jedi-Bendu, una orden militar que protege al Emperador, descubre que este se ha corrompido por el poder y que el Imperio que se expandió para mantener el orden y la paz en varias galaxias ahora responde a otros intereses.
La revuelta de los Jedi fracasa y son perseguidos por los caballeros Sith, la secta rival que ahora trabaja para el Emperador. Este vive en el planeta Alderaan, cuya capital es una ciudad flotante, y la trama empieza cuando decide expandir sus fuerzas hacia el planeta Aquilae, hogar del rey Kayos y la reina Breha…
El protagonismo se lo roban dos personajes. El primero es el General Luke Skywalker, que ya hemos dicho es dibujado igualito a George Lucas. Se trata de un caballero Jedi de mil batallas, que se convierte en el maestro de Annikin Starkiller, el hijo mayor de otro Jedi y guerrero, el General Kane Starkiller. O sea, Annikin es el padawan de Luke.
También son importantes los roles de Leia, la hija de los reyes Kayos y Breha. La princesa tiene dos hermanos gemelos: Biggs y Windy. Mantiene el carácter díscolo y rebelde de la película y hasta se viste parecido. Ah, y se lleva bien con Han Solo, el contrabandista, solo que este no es humano ni galante, sino más bien es un ureliano verde de más de dos metros de alto.
Están, además, los androides C-3PO y R2-D2, que siguen manteniendo esa dualidad tipo El Gordo y el Flaco que los hace muy queridos, aunque este R2-D2 habla más que su amigo y deja atrás los sonidos chirriantes y electrónicos.
Sí, también aparecen los wookies y Chewbacca, aunque son diferentes a los peludos seres que todos evocamos y más bien nos hacen pensar en los Ewooks, y no pueden faltar los soldados imperiales, que están todos dotados de sables láseres. Ah, y Darth Vader, que no es un Sith, no usa un casco-máscara, no tiene medio cuerpo sostenido por una máquina vital, sino que es un general dispuesto a todo con cicatrices en el rostro.
Y aparecen personajes nuevos, como el Príncipe Valorum, un estratega y un Sith, o como el capitán Whitsun, un espía y oficial al servicio de Skywalker. Hay escenas que nos llenan de nostalgia, como cuando Luke y Annikin llegan a un bar lleno de seres de varios mundos, algunos de los cuales se ponen rudos; o como cuando algunos de los héroes quedan atrapados en un contenedor de basura mientras las paredes empiezan a juntarse (ufffffff). Y por supuesto, los ataques a la Estrella de la Muerte.
Como bien reseña el especialista en cómics Jesús Jiménez, las ideas primigenias de Lucas están muy marcadas por sus referencias al cine de aventuras espaciales tipo Flash Gordon, y al cine de Akira Kurosawa, vertientes que se sienten a lo largo del cómic.
Otro especialista, Sebastián Aguilera, describe este cómic como el resultado de haber agarrado las piezas y tramas de la saga, y reordenarlas de manera distinta. “Han juntado las seis películas”, me dice mi hijo César mientras hojea el cómic. “Hay un poco de todo”, añade. Y sí, ahí estaba la génesis…
En resumen: el cómic se deja leer, apela a la nostalgia, el dibujo es bueno, por ratos tantos personajes marean, nos lanza guiños que ya conocemos y nos deja preguntas si otros los veremos más adelante. Pero sobre todo, hay que leerlo como si fuera otra historia para que adquiera su propio sabor.
¿Y A TI TE GUSTA “STAR WARS”?
P.D. : Había pensado escribir sobre este cómic el 28 de noviembre, el día del lanzamiento del tráiler de “Episodio VII”, pero la muerte de Chespirito me obligó a cambiar los planes. Aquí el post con CH que publiqué en homenaje al desaparecido cómico.