(Foto: El Comercio)
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Cuando despierto en la mañana de un día lleno de reuniones claves para la agencia y para mis clientes, y sabiendo que varias de ellas van a ser un poco tensas y difíciles, siempre busco arrancar con un buen café. Cargado y sin azúcar. No me es factible afrontar la agenda sin un buen shot de energía, necesario para tener los ojos bien abiertos, la concentración al más alto nivel y la fuerza para afrontar las complicaciones que estoy seguro van a estar esparcidas en diferentes momentos.

Esta semana se llevó a cabo una nueva edición de CADE Ejecutivos en Paracas, bajo la organización de IPAE. Es la tercera vez que vengo a uno y el efecto que siento siempre es el de un buen café cargado de dura realidad, fuerte crítica, hasta de agudo escepticismo, pero con buenas cucharadas de optimismo, compromiso en acción y su buen chorro de apuesta colectiva por un mejor país.

Este CADE 2017 vino cargado con granos de calidad de cosechas duras y realistas como las de Elmer Cuba hablando sobre la economía peruana, Carlos Basombrío sobre el crimen y la corrupción del Estado, y Juan de la Puente hablando sobre el estado de la democracia en el país, que de alguna manera nos dejan un sabor ácido en el paladar. Sin embargo, este café empresarial también vino con un aroma positivo como los de Wilber Venegas, gobernador regional de Apurímac, y su visión de progreso alrededor de la convivencia entre la minería responsable y la agricultura; Bruno Giuffra, ministro de Transportes y Comunicaciones, contándonos los grandes avances en términos de la oxigenación del transporte; o Ivo Gagliuffi, presidente de Indecopi, dando detalles de cómo la tramitación con esta entidad se está volcando al territorio digital totalmente orientada a simplificar la vida a la gente.

A pesar de que los indicadores que se pronostican para el 2018 son muy positivos y que la clasificación de nuestra selección al Mundial de Rusia ha generado una euforia nacional colectiva, se siente en el ambiente pesimismo, preocupación e incertidumbre ante el futuro cercano. Y no faltan razones.

CADE es un café empresarial que debemos tomar para despertarnos de nuestra rutina y la agenda personal y así darnos una lucidez con una mirada más amplia y trascendente para el Perú, pero sobre todo nos cargue de energía positiva que nos lleve a salir adelante y revertir las tendencias negativas coyunturales.

CADE 2017 nos propone dejar de andar el Estado, el sector privado y los peruanos en general, por cuerdas separadas. Debemos unirnos, generando consensos y realizando los cambios que se necesitan para clasificar al gran mundial de países desarrollados, sin pobreza, con justicia, progreso y mejor calidad de vida.
Empecemos el lunes, con un buen café cargado, sin azúcar y empecemos a trabajar en lo que a cada uno nos toca para tener ese Perú que queremos.

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