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Redacción EC

Los prints se han convertido en un elemento infaltable en la decoración, sobre todo en los espacios infantiles, porque añaden color y un toque lúdico. Los personajes animados han sido reemplazados por motivos geométricos y sencillos, como triángulos, rombos, círculos, estrellas o nubes, y patrones lineales o tipo chevron, que imprimen una cuota divertida y mucho movimiento a las paredes, textiles y el mobiliario.

En el dormitorio y la zona de estudio, lo recomendable es optar por prints de tonos neutros y suaves. La tendencia es incluir el negro o gris en detalles decorativos, en una zona de paredes claras, con lo que se logra un efecto minimalista y calmado. Funciona también la gama de los pasteles, como el verde agua, rosado, amarillo y lila, por su capacidad de imprimir una atmósfera serena y luminosa.

“En estancias reducidas (3 m x 3 m), inclínate por prints de patrones pequeños para no atiborrar el espacio. También puedes replicar el diseño de la pared en la alfombra o la ropa de cama, con el fin de no sobrecargar y crear un conjunto armonioso”, indica la arquitecta María Fe Rázuri.

En distintos espacios

Si se trata del área de juegos, es posible arriesgar y optar por prints de colores intensos, como el rojo, azul, amarillo, verde y naranja, en estampados que estimulen el aprendizaje, como letras, flores, números, animales, mapas y planetas. “De ser este el caso, el resto debe ser de color entero y neutro para armonizar. Coloca puffs o cojines que lleven el color del print y así amarrar el concepto”, recomienda la interiorista de Möb, Andrea de la Torre.

La diseñadora Johanna Tresierra sostiene que una forma de incluir los prints de manera acertada es jugando con el formato del diseño. Por ejemplo, es posible considerar en un muro pequeños círculos y en la alfombra unos de mayor tamaño; incluso apelar al contraste, los primeras en color azul y los segundos celeste, para que el ambiente no luzca plano.

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