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Redacción EC

Es posible hacer algunos cambios para generar una atmósfera ligera, fresca y agradable. La arquitecta Gisela Vicente sugiere el uso de tonos fríos para refrescar los ambientes. “En esta paleta se encuentra el verde limón, celeste, turquesa y lila, que ayudan a contrarrestar la calidez de los espacios. Refuerza este efecto combinándolo con tonalidades neutras. En sus intensidades más claras, los tonos fríos transmiten serenidad y relajación, mientras que las oscuras aportan carácter”, menciona Vicente. Plasma las tonalidades claras, como el blanco, beige, gris claro, en los muros y las frías, en butacas, adornos, cortinas, cabeceras o cuadros.

Detalles únicos
Otra salida es considerar materiales de aspecto frío que imprimen personalidad, “por ejemplo, porcelanato revistiendo el piso en colores neutros. También el vidrio en mamparas y divisiones, que añadirán transparencia y amplitud al espacio. El concreto expuesto en su estado natural o microcemento en las paredes, suelo y mesadas, le dará un toque industrial y equilibrio a la decoración. Es posible contar incluso con mobiliario fabricado con este material, como bancas, mesas laterales, jarrones y adornos”, indica la interiorista Evelin Lazo.

Mónica Fernández, de Romantex, señala que una forma de provocar esta sensación es apostando por las telas ligeras y suaves, como el lino y el algodón. “Para acentuar la sensación de frescura, opta por diseños que evoquen la naturaleza, como flores, motivos botánicos o piedras minerales, en tapices y la ropa de cama. El ingreso de luz es importante, ya que ayuda a resaltar los materiales, por lo que las cortinas traslúcidas de lino o crim de caballo aportan en ese sentido”, refiere Fernández. 

Incluye muebles hechos con fibras naturales, como el mimbre, el bambú, el ratán en butacas y sofá, para aligerar las estancias y estar en contacto con la naturaleza. El interiorista Víctor Callahui propone jugar con los estampados de las sillas en tonos fríos y considerar una mesa con tablero de cristal y patas de acero que permita apreciar los detalles. “Coloca objetos de cerámica en oro rosa y en tonos nacarados, a fin de añadir un brillo colorido”, dice.

Proyecta una atmósfera fresca disponiendo algunas plantas. Las especies de hojas grandes, como la strelitzia gigante, monstera y las palmeras inyectan una atmósfera tropical. Las flores exóticas, como las heliconias, peonias u hortensias, dispuestas en jarrones de cristal, en el recibidor, la consola o una mesa lateral refrescan visualmente los espacios.

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