- Las plantas de más fácil cuidado son las suculentas y los cactus, porque son resistentes al clima y a las plagas. Toleran largos periodos sin agua, ya que guardan una reserva en sus hojas tallos o raíces.
- Las variedades que necesitan mayor mantenimiento son las ornamentales, pues requieren de una tierra especialmente trabajada y suelen ser atacadas por hongos y ácaros. Entre ellas están las azaleas, gardenias y hortensias.
- Las plantas variegadas -aquellas que tienen manchas bancas o amarillas en su follaje- necesitan mayor exposición a a luz que las totalmente verdes, porque tienen menos clorofila para hacer la fotosíntesis.
- Entre las plantas más delicadas están las orquídeas y hortensias. Las primeras deben ser regadas con agua destilada y las hortensias están acostumbradas a una tierra ácida, rica en hierro. Deben recibir abono ácido una vez al mes y, si las hojas están muy amarillentas, cada 15 días.
- En invierno es recomendable pulverizar el follaje de las plantas de interior por lo menos dos veces al mes. Llévalas a la terraza o jardín y agrúpalas para realizar las tareas de mantenimiento. Así recibirán aire fresco y evitarás ensucir los ambientes internos.