AGENCIA MATERIA
En la lista hay casi de todo. Desde países como Iraq que aún están saliendo de una larga guerra a naciones en expansión como Chile y otras como Francia, Finlandia o Austria que llevan décadas entre las más industrializadas del mundo. Todos ellos están entre los 40 países que comparativamente gastan menos dinero en salvar especies en extinción, según un nuevo estudio que ha hecho el cálculo “más preciso hasta la fecha” de lo que el mundo se gasta en salvar a sus especies amenazadas y los ecosistemas en los que viven.
La comunidad internacional no ha logrado aún frenar el ritmo actual de extinciones. La ONU se había propuesto lograrlo en 2010, pero tuvo que aplazar ese objetivo a 2020. Recientemente un estudio internacional alertó de que el mundo debía multiplicar por 10 lo que se gasta en conservación si se quería salvar todas las especies en extinción. Se trataba de un gasto de 60.000 millones de euros, algo factible (la UE dedicará esa cantidad a rescatar bancos), pero probablemente demasiado ambicioso para que se alcance en 2020. El nuevo trabajo, publicado en PNAS, dice que entre 2001 y 2008 el gasto mundial en conservación fue de 22.000 millones de dólares, lo mismo que planea dedicar la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, a mejorar la red de transportes o una cantidad equivalente a los dividendos que genera la bolsa española en seis meses. Así las cosas, apunta el trabajo, lo mejor es saber en qué zonas hay que intervenir antes dada la escasez de recursos.
Asia y Oceanía son tal vez las mayores zonas de emergencia. El trabajo señala que Malasia, Indonesia y Australia son, por ejemplo, países muy ricos en biodiversidad que están muy por debajo de los niveles de financiación necesarios para evitar la pérdida de especies. También China, con un crecimiento económico inalcanzable en occidente, gasta menos de lo que debería.
En América también hay puntos críticos. Chile, Venezuela, Guyana y Colombia están en la lista de los 40 países con fondos son más bajos. Si se tiene también en cuenta la riqueza de la biodiversidad en cada país, cuatro naciones destacan sobre el resto del mundo como los peor parados: Chile, Venezuela, Malasia y las Islas Salomón, según el trabajo.
“La amenaza para la biodiversidad en América Latina es bien conocida”, explica a Materia Anthony Waldron, investigador de la Universidad del Estado de Santa Cruz, en Brasil, y coautor del estudio. “El mapa en nuestro artículo muestra que los países de América Latina tienen números de especies amenazadas parecidos a los de Asia y Madagascar”, señala.
La mayoría de países en la lista son naciones en desarrollo sin grandes recursos, por eso sorprende encontrarse en ella a países desarrollados de Europa como Finlandia, Austria o Francia. También Australia sale mal parada, en el puesto 38, y países como México o Brasil están en el 42 y el 47, respectivamente. Esto se debe en parte a que es complicado comparar países muy diferentes. Australia tiene menor Producto Interior Bruto que Italia y unas 25 veces más territorio, por no contar su riqueza en biodiversidad, por lo que alcanzar niveles de países europeos requeriría un esfuerzo mucho mayor. Por otro lado, países como Finlandia o México han aumentado mucho su financiación en los últimos años, por lo que su situación real es más positiva de lo que refleja la lista, explica Waldron, algo que también pasa con Brasil debido a la falta de datos en algunos estados.
El trabajo ha analizado el presupuesto dedicado a proteger la biodiversidad entre 1990 y 2008 por cada país del mundo, lo que ha generado “la base de datos más completa sobre gasto en conservación que se haya publicado”, dicen los autores. Después han cruzado los resultados con otras bases de datos sobre el riesgo de extinción local, costes económicos, la estabilidad política y la cantidad de zonas protegidas para estimar lo que cada país debería gastar en conservación y lo que realmente está gastando. Los datos sobre especies amenazadas se basan exclusivamente en mamíferos, lo que explica por ejemplo que países como Ecuador, con un gran número de anfibios y aves amenazadas, salga bien parado en el estudio.
En total, dicen los autores, los 40 países de la lista albergan el 32% de todos lo mamíferos en extinción del planeta. Que la mayor parte de ellos sean países en desarrollo es positivo, dicen los autores, pues implica que se necesita menos dinero para salvar más especies, señalan, de cara a los países ricos. “Nuestros resultados indican que los países donantes de fondos tienen la oportunidad de actuar ahora de forma rápida y coordinada para evitar una nueva caída de la biodiversidad a un coste relativamente bajo”, concluyen.