El regreso de los lobos al Parque Nacional de Yellowstone, en el noroeste de Estados Unidos, es una buena noticia para otra de las especies que habitan en la reserva natural: la de los osos pardos, que indirectamente han visto mejorar su dieta.

Un grupo de científicos estadounidenses señaló que la reintroducción de lobos en la zona tuvo como consecuencia inesperada la expansión de los osos, que tienen acceso a mejores frutos salvajes para su alimentación.

Hace unos 20 años, la población de lobos fue incrementada mediante intervención humana para controlar el número de alces, que estaba afectando seriamente la vegetación del parque.

En su estudio, publicado recientemente en el Journal of Animal Ecology, los investigadores de la Universidad Estatal de Washington y la Universidad de Oregon notaron que la cantidad de frutos rojos, que es lo que consumen los osos antes del invierno, aumentó desde que los lobos son parte del hábitat.

Los frutos rojos salvajes son una parte importante de la dieta de los osos pardos, especialmente en la época en la que intentan ganar peso antes de la hibernación. Ahora se han multiplicado al doble y eso ayuda a su supervivencia, indicó el profesor William Ripple, del equipo de Oregon.

Los lobos, que fueron cazados hasta su desaparición en la zona de Yellowstone en los años 90, crearon lo que los expertos llaman un paisaje de miedo, que hace que los alces se mantengan alejados de los espacios abiertos.

Eso, por su parte, hace posible que se recuperen y expandan árboles y arbustos, incluidos los que producen los nutritivos frutos rojos.