El producto bruto interno (PBI) busca indicar cuánto produce un país en base a la suma de cada agente económico (familias y empresas), y cómo ello suma valor a una economía; todo esto en un período determinado de tiempo. En el caso del Perú, el PBI ha continuado creciendo en los últimos años, aunque de forma más lenta.
Sin embargo, la actual pandemia por el COVID-19 ha impactado con fuerza a este indicador debido al cierre económico que generó esta crisis sanitaria. En el 2020, el PBI sufrió una caída del 11% y por ello el país atravesó una recesión económica.
La economista Paola del Carpio explica que dicho decrecimiento del PBI se debió principalmente a la poca producción de las empresas y la falta de empleo; así como a la reducción en la recaudación tributaria y un menor nivel de intercambio comercial (exportaciones e importaciones). “Se cerró la economía, por lo cual los medios de producción también se vieron cerrados por un tiempo relativamente largo”, explica.
La disminución del PBI puede generar inflación en muchos bienes y servicios si no es manejada de forma adecuada por las autoridades monetarias y también puede implicar una menor calidad de vida en personas que, por ejemplo, perdieron sus empleos a raíz de la crisis económica.
“En 2020 sufrimos la peor caída de producción desde 1989”, dice el economista Carlos Parodi. Los sectores más golpeados por esta crisis, según detalla, fueron hotelería y restaurantes, con descenso del más de 50%; transporte y almacenamiento, con descenso de 26%; servicios entre diferentes empresas, con una caída de 20%; el sector comercio, con un retroceso del 15%; y el sector construcción, que se contrajo un 14%.
Uno de los motivos por los cuales el sector restaurantes fue el más afectado se debió a que la opción de delivery no llegó a cubrir las pérdidas por la falta de consumo presencial y con aforos completos. Se estima que 70.000 restaurantes cerraron y quebraron durante el 2020, prácticamente una cuarta parte de los restaurantes en Perú (250.000).
¿UNA MEJORA SE AVECINA?
Los economistas consultados por este Diario coinciden en que el PBI debe repuntar al cierre de este año, y uno de los factores principales que impulsaría la recuperación económica es el “efecto rebote”: si se compara con un 2020 de parálisis económica por prácticamente tres meses, los resultados de este 2021 son exponenciales.
El exministro de Economía y Finanzas, David Tuesta, manifiesta que el crecimiento económico va a ser ayudado también por el precio del cobre, que se ha incrementado casi un 100% versus el año pasado. Además, Tuesta indica que el nuevo gobierno debería enfocarse en dar confianza a la inversión privada sobre lo que pueden producir, así como brindar certeza de que en el país existe espacio para impulsar los negocios y generar empleo con predictibilidad.