La pandemia originada por el COVID-19 no solo compromete la salud física, sino también el estado mental de las personas, particularmente de las más vulnerables, entre las que se encuentran los niños, niñas y adolescentes. En el 2019, Unicef y el MINSA realizaron un estudio acerca de la salud mental, donde se reveló que el 33,6% de las niñas, niños y adolescentes en Perú presentan dificultades socioemocionales, lo que los hace más vulnerables en el contexto que vivimos.
El acceso al mundo virtual es una necesidad, ya que la pandemia ha obligado a los adolescentes a estar en casa y aislarse socialmente. Esto originó que se deba acceder al mundo virtual de manera diaria a través de dispositivos electrónicos como laptops, celulares, tablets, etc. Aunque la tecnología es una gran ayuda, sus beneficios dependen de cómo se emplee, pues su uso puede exponernos a muchos riesgos.
En un sondeo realizado por Unicef (2020) se mostró que el 46% de adolescentes de Latinoamérica se siente menos motivados de realizar actividades que antes disfrutaban debido al uso continuo de la tecnología para realizar diversas actividades cotidianas como estudiar, trabajar o pasar tiempo de ocio (videojuegos, redes sociales), lo que está afectando a los adolescentes, generando estrés, falta de concentración, depresión y ansiedad.
Ruth Ferreyra, psicóloga de la institución Innova Schools, nos brindó su opinión con respecto a esta problemática: “Hubo cambios repentinos en los adolescentes entre antes y después de la pandemia en el sentido emocional ya que se sienten un poco más tristes y solos, pues se están centrando al cumplimiento de actividades escolares y hogareñas por lo que le resta el tiempo a la vida social y el diálogo entre padres e hijos”.
Asimismo, se logró dar cuenta de la cantidad de horas empleadas en el uso de la tecnología por los adolescentes a través de una encuesta. Así hallamos que se emplea la tecnología de 4 a 5 horas diarias, sin contar el tiempo que utilizan en actividades académicas (educación virtual) que puede comprender entre 5 y 6 horas más. Esto puede perjudicar gravemente su salud mental.
Según Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef, sostiene: “Al mismo tiempo, la salud física y emocional de los niños es cada vez más preocupante, y existen pruebas que sugieren que pasar más tiempo en Internet conlleva realizar menos actividades al aire libre, reduce la calidad del sueño, aumenta los síntomas de ansiedad y fomenta hábitos de alimentación poco saludables”.
¿Cómo podemos mejorar estos índices?
El cambio de los adolescentes se debe a las actividades académicas o mentales desafiantes producto de las horas que pasan empleando la tecnología. El ejercicio y las actividades creativas, como el arte, pueden ayudar al cerebro a madurar y aprender diferentes cosas que hayamos tomado como enseñanzas. La psicóloga Ferreyra nos comenta: “A veces la tecnología puede traer buenas y malas informaciones, por lo que es recomendable tener una organización para ser cuidadosos en el uso del tiempo, ya que si no se tiene el equilibrio podría causar los cambios emocionales al ser humano”.
Los adolescentes estaban acostumbrados a tener un momento en el colegio para compartir y charlar. El hecho de que no mantengan ese vínculo social conlleva al estrés y al agotamiento, según especialistas. Por ello es muy importante que se tomen un tiempo para realizar actividades que les agraden, hacer entrenamiento físico o fomentar espacios familiares.
Del mismo modo, es importante recalcar que, en muchos casos, el bajo estado emocional de un adolescente se debe a la falta de atención de los padres, lo que lleva a que estos muchachos se encierren en el mundo de la tecnología para poder distraerse de sus problemas personales y así no tener que preocuparse por ellos. Es recomendable que pasen más tiempo con las personas que conviven, entreteniéndose con juegos de mesa o aquellos que no requieran la tecnología, para así volver a tener la misma confianza de antes.
¿Necesitas ayuda?
Si eres adolescentes y requieres de soporte emocional y confidencial por el contexto actual, Unicef habilitó la línea gratuita 0800-00194 en la que podrás ser escuchado por un profesional de lunes a sábado de 7 a. m. a 1 a. m.