La pandemia del COVID-19 ha obligado -como en todo el mundo- a cerrar escuelas para disminuir los contagios en nuestro país. Desde inicios del 2020 hasta ahora, el servicio educativo se ha visto perjudicado, especialmente para los niños, niñas y adolescentes que residen en zonas rurales como los estudiantes de la Institución Educativa 80084 Jesús de Nazareth del caserío de Platanar, región La Libertad.
Ante esta problemática, es clara la necesidad de garantizar el acceso a la educación remota a través de la estrategia “Aprendo en Casa” u otra que evite la exclusión de este derecho fundamental para los menores.
Cifras desalentadoras
En un reporte de la Defensoría del Pueblo, publicado a finales del año pasado, en la región La Libertad se advirtió que el servicio de educación básica durante el período de emergencia sanitaria por el COVID-19, en 10 unidades de gestión educativa local (UGEL) hubo una serie de deficiencias, como la falta de acceso a la educación a distancia (afectando a 17.401 estudiantes), casos de abandono de los estudios (14.032), estudiantes que accedieron tardíamente a la educación remota (5.468), entre otras.
El informe también advierte que en el 90 % de las UGEL supervisadas se encontraron problemas para implementar la educación a distancia, siendo las principales causas la falta de Internet, docentes sin dominio de herramientas tecnológicas, familias sin celular o con celular básico, falta de señal de telefonía móvil, falta de conectividad en la zona rural o alto andina o escasa señal de radio y televisión.
Estos datos coinciden con los del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), que en su reporte trimestral “Estadísticas de las Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares”, indica que en el primer trimestre del 2020 el 40,1% de hogares tenía acceso a Internet, pero en el área rural la cifra desciende a 5,9%. Esto hace evidente la precariedad con la que los estudiantes de las zonas rurales están accediendo a la modalidad de educación remota.
Respuesta local
Frente a la situación descrita, la I.E. 80084 Jesús de Nazareth, del caserío de Platanar, está respondiendo al reto de la educación remota de forma particular. Su director, Luis Ángel Guevara Carranza, manifestó que el 100% de estudiantes del nivel primaria asisten a las clases virtuales. Sin embargo, reconoce que no sucede lo mismo con el nivel secundaria, pues solo lo hace el 95%.
Guevara Carranza señala que una de las razones por la que no todos acceden a las clases remotas es la dificultad para obtener conectividad. Algunos estudiantes se ven obligados a acudir a terrenos de cultivo, ubicados a distancias considerables de sus domicilios, en busca de la ansiada señal para conectar sus equipos móviles. Esto termina afectando el estado de ánimo de los estudiantes, porque ante la mala cobertura se pierde la comunicación con el docente, se genera frustración y desmotivación al no realizar sus clases con facilidad.
Además, el lote de tabletas que asignó el Ministerio de Educación a la citada institución no incluyó un chip (SIM), resultando insatisfactorio para las necesidades educativas de sus beneficiarios, pues pese a que la señal de internet es inestable, se podría aprovechar este recurso tecnológico en los momentos en que se logra la conectividad.
De otro lado, la institución educativa ejecuta estrategias educativas de emergencia, como el seguimiento y/o monitoreo a los estudiantes a través de la aplicación de mensajería WhatsApp y de llamadas telefónicas. Son los docentes quienes se encargan de esta tarea, así como las auxiliares de educación.
“También se cuenta con aliados estratégicos como la municipalidad del distrito de Poroto y la propia comunidad de Platanar, ante quienes se gestionó la compra de impresoras para que los estudiantes impriman sus materiales de estudio a bajo costo. Esta es una de las razones por las que la totalidad de los estudiantes del nivel primaria y gran parte del nivel secundaria participan de las clases remotas”, afirmó el director Guevara.
Al hacer la consulta a los estudiantes sobre los aprendizajes que están logrando, ellos coinciden en señalar que el apoyo de sus padres y maestros les permite seguir aprendiendo un poco más. “En esta modalidad de educación virtual recibo el apoyo de mi familia y el de mis maestros. Ellos explican de la mejor manera para lograr entenderlos y, a la vez, nos hacen las clases un poco más fáciles, ya que como no todos contamos con señal de Internet en casa nos mandan algunas clases en imágenes o en formato PDF para que estemos al día”, comenta Daniela, alumna de la institución educativa.