Corresponsales Escolares

“La virtualidad está transformando la educación, pero nunca una máquina podrá suplantar la labor presencial de un maestro, jamás. No hay nada mejor que ver en directo la sonrisa, el afecto de un alumno que te dice: ‘gracias maestro’ y te da la mano”, dice Gustavo Retamoso, docente de la IE 5022 Francisco Izquierdo Ríos.

Debido a la pandemia, no solo los estudiantes han padecido los drásticos cambios implementados por la educación a distancia; los profesores también se vieron afectados. En algunos casos, más que sus alumnos.

El 80% de los docentes experimentan cansancio laboral o estrés (o ambos) a causa de los nuevos horarios y la triplicación del trabajo, según el estudio de Association of Christian Schools International, una organización de colegios evangélicos. Muchos tuvieron la necesidad de aprender a manejar las nuevas tecnologías para dominar la virtualidad, sobre todo quienes nunca antes habían estado en contacto con ellas. Además, debido a los inconvenientes de conectividad, se vieron obligados a modificar sus tiempos cada vez que una tarea o examen tardaba más de lo debido en subirse a la plataforma.

Ante esta situación, el gobierno implementó una línea telefónica (113, opción 5) para tratar asuntos de salud mental. “A veces las personas se encierran y se encuentran solos con sus sentimientos. Esto es como una bomba de tiempo, y para no llegar a este punto, existen espacios a los que se pueden acudir. Por ejemplo en el MINSA existe la línea gratuita 113 opción 5, la cual trata temas de salud mental en contexto de pandemia”, comentó Mariela Tavera, psicóloga clínica y de la salud. Este servicio está disponible las 24 horas del día, los 365 días del año. Además, ofrece de manera gratuita orientación sanitaria y psicológica de parte de un equipo de médicos, enfermeros, obstetras, nutricionistas, psicólogos y comunicadores sociales.

Maestros buscan formas de hacer más dinámica la educación a distancia. (Fotos: Anthony Niño de Guzmán \ GEC).
Maestros buscan formas de hacer más dinámica la educación a distancia. (Fotos: Anthony Niño de Guzmán \ GEC).
/ Anthony Niño de Guzman

Otro problema que aqueja a los maestros y alumnos es la falta de recursos y capacitaciones. En el transcurso de las clases virtuales algunos no contaron con los recursos suficientes para poder dar clases a sus estudiantes a través de los medios virtuales, ya sea por la falta de una laptop o la deficiente conexión a internet.

Asimismo, los docentes entrevistados coincidieron en que la experiencia en las clases virtuales no se compara con la presencialidad. Por este motivo, algunos profesores usan las redes sociales para compartir grabaciones de sus clases.

La falta de interacción directa entre profesores y estudiantes también complica el mantenimiento del ambiente entusiasta y predispuesto entre los alumnos. Por ejemplo, en tiempos anteriores a la pandemia, para llamar su atención, los docentes organizaban actividades, juegos y trabajos grupales y dinámicos. Actualmente, ya no se puede realizar ninguna actividad física o plástica, situación que puede tornar las clases poco atractivas o placenteras para el aprendizaje.

“En la presencial podías interactuar al 100% con el alumno, mediante la virtualidad tienes que pararte de manos y ser Spiderman para que te presten atención”, afirmó Jenifer Salvador, profesora del nivel inicial en la I.E. Karol Wojtla College

Asimismo, la mayoría de educadores extraña profundamente el vínculo o conexión emocional que podía establecer con sus estudiantes en la presencialidad.

Informe elaborado por los corresponsales escolares Alfonso Amaro, Francesco Lucich, Paula Portilla y Cielo Larraondo del colegio San José Hermanos Maristas, Callao. Bajo la mentoria del docente Guidmer Urbina Sánchez y el periodista Pedro Ortiz Bisso.