A lo largo de los últimos años, se han logrado avances significativos para abordar el desafío de garantizar que los niños, niñas y adolescentes en Perú puedan acceder a sus derechos, además de cumplir con sus deberes y desarrollar todo su potencial. Estos logros son el resultado del esfuerzo sostenido de todos los agentes involucrados en el desarrollo integral del niño y en su proceso de formación integral.
Sin embargo, la realidad peruana aún presenta carencias institucionales, legislativas y materiales que plantean desafíos urgentes para promover efectivamente el acceso oportuno y equitativo a servicios de salud, educación y protección de calidad para niños y adolescentes.
Por ejemplo, desde el 2013 se han registrado en total 55.248 reportes de casos de violencia física, psicológica y sexual en los colegios del país, según cifras de la plataforma virtual “SíseVe”, del Ministerio de Educación (Minedu).
Marco Antonio Flores, director de Gestión de la Calidad Escolar, precisó que Lima Metropolitana registra 17.700 reportes, la región Piura, 3.369, la región Arequipa, 2.277 y Cusco 1.659. Más de 24 mil casos fueron de violencia física, 16.900 de violencia psicológica y 8.433 de violencia sexual. Hubo 87.71 casos de bullying y 702 de Cyberbullying.
¿De dónde viene?
Se ha identificado que, la violencia es tan común que la vemos en todos lados: en las películas, en las series, videojuegos, en las novelas, etc. Por un lado tenemos el bullying. El aumento frecuente de este mal se debe en gran parte al aspecto emocional, según el Dr. Julio Carozzo: “El bullying es una forma de violencia cuyos indicadores la señalan como una modalidad perversa y extremadamente corrosiva para la salud mental y social de los estudiantes”, indica.
“Se ha visto que muchos niños que acosan a sus compañeros en las escuelas suelen tener algunos problemas, ya sean social o familiar, en la familia puede que el padre, la madre o también los hermanos generen la violencia en el hogar, ya que, tal vez hay ausencia de comunicación entre padres e hijos, castigo físico como elemento de control de conducta, lo cual son factores de riesgo más frecuentes”, señala.
Violencia en el hogar
Desafortunadamente, la tolerancia y el compromiso social que anhelan los jóvenes no se practica en espacios formales e informales. Por ello, es necesario entender que la mayoría de los niños y adolescentes puede tener estos problemas, pero si estos son detectados, se debe estar preparados y listos para enfrentarlos cuando más necesiten.
Por otro lado, es deber de los padres aplicar correctivos a los menores, pero sin dañar su integridad física y emocional. “Antes de corregir a un niño se debe primero corregir a la familia”, expresó Julio Carozzo en una entrevista a los corresponsales.
Es muy importante velar por la salud mental y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes. Se deben diseñar estrategias o un plan de acción para llevar una vida más pacífica. Esto hace que se sientan tempranamente desilusionados e inseguros de la sociedad en la que viven y se desarrollan, lo que les priva de oportunidades.
La falta de oportunidades se deriva no sólo de la intolerancia, sino también de la ignorancia y la violencia. La mayoría de las veces se debe a la marginación o problemas en su entorno que son las principales preocupaciones de los jóvenes. Este fenómeno sólo puede resolverse mediante la aplicación de políticas nacionales y educativas apropiadas.
Nota escrita por los corresponsales escolares del colegio San Marcos del Sur: Anderson Cucho Navarro, Kiara Encinas Monroy, Makensy León Carbajal y Abraham Paiva Acuña. Con el acompañamiento de la docente Kiara García Sánchez y la mentoría del periodista Martín Acosta González.