Lucas es un reportero escolar que parece estar viviendo su propia noticia. Para explicarlo mejor tenemos que viajar en el tiempo 13 años atrás, cuando tenía apenas 20 días de vida y permanecía en una unidad de cuidados intensivos, tras haber nacido prematuramente, luego de cinco meses de gestación.
Mientras recibía oxígeno en una incubadora, los médicos le detectaron esquizoencefalia, una malformación poco común que conllevó a una hidrocefalia y parálisis cerebral, que actualmente tiene controladas solo gracias a una válvula instalada en su cerebro.
En ese tiempo, los médicos le dijeron a su madre que las esperanzas de que desarrollara todos los sentidos eran escasas. “Él solo tiene el tacto. Pruebe si con estimulación aparecen los demás”, le dijeron a Salomé Molina. Ella se lo tomó en serio: empapeló todas las paredes de su casa con imágenes de frutas y verduras, primero en blanco y negro, como le recomendaron. Luego pintó lazos en las paredes y colocó globos de colores.
A los tres años, el cerebro de Lucas comenzó a recibir estímulos visuales, venciendo, además, la retinopatía de grado 3 con la que también nació. Luego comenzó a percibir señales del oído, el olfato y el gusto. Los médicos y especialistas incluso llegaron a contagiarle a su madre cierto interés por aprender de lo que Lucas padecía para poder vencer esos obstáculos. “El cerebro del ser humano es un milagro”, dice ella.
Su vida por escrito
Hoy Lucas es un apasionado de las noticias, los documentales y, sobre todo, del desarrollo cognitivo en los jóvenes. Estudia en el colegio Scipión Llona, de Miraflores, donde fue convocado para integrar el Programa de Corresponsales Escolares de El Comercio. En este Diario recibió charlas sobre periodismo, redacción, ciudadanía y derechos.
Actualmente, trabaja un reportaje sobre la crisis de la atención de los niños, agudizada durante la pandemia. Durante su reportaje, que puedes leerlo acá, llegó a entrevistar, como fuente principal, al propio director del Instituto de Salud Mental, Humberto Castillo Martell. Lucas buscar concientizar sobre las enfermedades mentales y romper prejuicios sobre las personas que las padecen.
“El interés y la consciencia hacia algún estímulo se pueden entrenar. La atención se puede entrenar. Por ejemplo, se puede mejorar a través de la lectura lenta y pausada, para que poder comprender y hacernos preguntas”, dice Lucas, refiriéndose al ‘slow reading’, un método moderno de desintoxicación digital que se extiende en varios países del mundo.
Para leer la nota de Lucas y otros corresponsales escolares, puede ingresar a la web del Programa de Corresponsales Escolares de El Comercio.