Ric Flair se despidió de los cuadriláteros en Wrestlemania XXIV en 2008 en un memorable encuentro ante Shawn Michaels. (Foto: WWE)
Ric Flair se despidió de los cuadriláteros en Wrestlemania XXIV en 2008 en un memorable encuentro ante Shawn Michaels. (Foto: WWE)
Redacción DT

Con un derroche de emociones y entrega hasta la última instancia, comenzó su carrera profesional como luchador en 1972 en la American Wrestling Association, pero fue su punto más alto para lograr el éxito y convertirse en uno de los deportistas más queridos. Un 30 de marzo de 2008 se dio su último combate y no hubo mejor escenario que la edición 24 de , el rival de aquella noche fue que a poco de derrotarlo mencionó: “Sorry. I love you”.

El Citrus Bowl de Orlando, en Florida, era abarrotado por 74.635 espectadores eufóricos que presentían lo que se venía. Una noche memorable asomaba el retiro de una leyenda que había entregado tantos años a la empresa de lucha. Ric Flair era el personaje y sabía de su retiro, con esta idea salió al ring.

Los años parecían haber pasado en vano por Flair, la consigna era no quedar como una persona obligada a dejar los cuadriláteros. El desgaste fue mayor por parte de Shawn Michaels, pero ‘The Nature Boy’ dio la talla. El público coreaba el nombres de ambos en un encuentro que parecía nunca acabar.

Un salto de Shawn lo hizo conectar el borde de la mesa de transmisión en inglés, este golpe lo dejó disminuido en el combate y afloraba la posibilidad de brillar para Flair. El trámite de la lucha dejó dos Sweet Chin Music y tres Figure Four Leglock y el final cada vez estaba más cerca.

La inseguridad rondaba la mente de Michaels, terminar con una carrera lo hacia denotar inseguridad. 19 minutos pasaron de lucha y con Flair en el piso se acercó a la esquina para ‘cargar’ su patada. La mirada hacia ‘The Nature Boy’ lo hizo detenerse. Con lágrimas en los ojos, la leyenda invitaba a recibir la última estocada de su carrera. Shawn, emocionado, mira a Ric Flair y le dice “Sorry. I love you”. Dos pasos, pierna en alto, patada al rostro. 1, 2, 3. La carrera de uno de los hombres más importantes en la historia del wrestling había llegado a su fin.

Sin la necesidad de celebrar la victoria, el escenario se convirtió en una despedida y la partida de Michaels fue demostrando afecto hacia la leyenda que se despedía. El coliseo rebalsó de aplausos ante un luchador que obtuvo una brillante carrera y aunque aún tenga apariciones, este momento quedó plasmado en la retina de los fanáticos.

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