AARÓN ORMEÑO (@aaronormeno)
Mientras que los motociclistas peruanos Eduardo 'Tato' Heinrich y Carlo Vellutino corren por las dunas de Chile en el Dakar, hay alguien siempre en el campamento esperando su regreso. Dispuesto a todo, el mecánico Abel Musso, debe luchar contra el tiempo y contra su propio sueño para dejar los vehículos listos para un nuevo tramo.
Confiesa que hay un cierto nivel de estrés que es necesario controlar para hacer un buen trabajo. “Yo y mi equipo siempre nos encontramos esperándolos en el campamento. No sabes a qué hora llegan ni como llegan, pero lo general aparecen destrozados”, menciona.
Cuenta que mientras más tarde aparecen, menos tiempo tienen para arreglar los daños. En el caso de ambos pilotos todo va bien por el momento. “El estado actual de ambos es bueno. Llegaron a la etapa de descanso con ánimo y con buen estado físico. Es lo más importante, porque lo mecánico se puede componer”, explicó.
Agregó que su trabajo es el mismo diariamente. La única preocupación es que se gasten los componentes del motor. Sobre el anonimato de los mecánicos tras los triunfos, menciona que cada piloto es también una cabeza de grupo y sabe que hay personas trabajando para que todo le vaya bien en la ruta.
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