Río de Janeiro (AP). Cuando Argentina la estaba pasando mal, Lionel Messi bajó de las nubes y clavó un golazo que se tradujo el domingo en el triunfo 2-1 sobre Bosnia y Herzegovina que marcó el debut de ambos equipos en la Copa del Mundo.
El cielo del Maracaná se iluminó a los 65 minutos cuando Messi pasó entre un bosque de piernas y lanzó un disparo que se fue a la red con una dosis de suspenso, ya que pegó en un palo y entró, para estirar la diferencia que los argentinos habían sacado con un madrugador gol en contra de Sead Kolasinac a los tres. Vedad Ibisevic descontó a los 84.
"Quería sacar la energía de otras ocasiones, en que las cosas no se daban, siempre es un gusto anotar con la selección", señaló Messi, que marcó su segundo gol en un Mundial casi ocho años después del primero, que consiguió el 16 de junio de 2006.
Hasta entonces, la "Pulga" del Barcelona cumplía con una actuación para el olvido, fiel reflejo de lo mal que jugó Argentina ante una Bosnia que llevó peligro por arriba y por abajo y que erigió al arquero Sergio Romero en figura de su equipo, al tapar al menos tres claras pelotas que apuntaban a la red en este duelo por el Grupo F.
"Es el primer partido, la ansiedad, los nervios", comentó Messi a ras de cancha. "Era importante comenzar ganando. Tenemos cosas por mejorar, pero es importante empezar con tres puntos".
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