Xavi, la cara del final
Xavi, la cara del final
Redacción EC

Río de Janeiro, (DPA). Nada reflejó con mayor precisión el fin del mejor equipo de los últimos años que la presencia en el banquillo del Maracaná de , el hombre que marcó con su impronta a la España campeona.

El declive del genial centrocampista del corre paralelo al de la de fútbol, que el miércoles puso fin a una época gloriosa y quedar .

Xavi abandonó el mítico estadio brasileño en silencio, después de pasar todo el partido sentado en el banco de suplentes, adonde fue relegado tras su flojo rendimiento en .

A sus 34 años, el futbolista español llegó a Brasil en el ocaso de su carrera y tras una gris temporada en su club, donde su continuidad está en duda.

Si no se pone de acuerdo con el nuevo técnico azulgrana, , el futuro de Xavi podría ser un dorado retiro en la Liga de Qatar, donde están dispuestos a pagar millones por el mito del Barcelona y la selección española.

El catalán jugó ante Holanda su partido número 133 con España, con la que ganó dos Eurocopas y un Mundial de forma consecutiva. Con el Barcelona disputó ya más de 700, durante los cuales ganó siete Ligas locales, tres Ligas de Campeones y dos Mundiales de Clubes, entre otras cosas.

SÍNTOMAS DE AGOTAMIENTO

Hace cuatro años, Xavi aseguró en Sudáfrica que no se veía jugando otro Mundial, aunque el técnico lo convenció para continuar un ciclo más. En 2012 dio síntomas de agotamiento, pero ofreció una lección de fútbol en la final de la Eurocopa ante Italia. En Brasil, ni el físico ni la mente respondieron igual.

"Yo la veo con una gran fatiga a España. Hay futbolistas que han jugado muchos partidos. Y la fatiga no es solamente muscular", dijo a dpa el ex seleccionador argentino antes del comienzo del Mundial.

A ningún jugador se aplican mejor las palabras del técnico campeón de 1978 que a Xavi, eje sobre el que giró el fútbol combinativo del equipo español, que maravilló al mundo por su precisión y virtuosismo.

Estimulado por el entonces seleccionador, , el catalán tomó la batuta del equipo en 2008 y condujo a España al título europeo a través de la posesión del balón.

Nunca más soltó el mando del equipo. Su influencia se hizo cada vez más profunda, hasta el extremo de que a través de su cerebro y sus pies, Del Bosque trasladó al equipo nacional la idea de juego incubada en el Barcelona más éxitoso y bello de la historia.

Seis de los once jugadores que ganaron el Mundial de 2010 eran titulares en el equipo azulgrana dirigido por . Era el momento cumbre de un jugador único, capaz de pensar sobre el campo con más rapidez y clarividencia que el resto.

UN MITO INDISCUTIBLE

Xavi se convirtió no solo en el símbolo de una forma de jugar, sino en el guardián de sus esencias. "Vamos a ganar o a morir con este estilo hasta el final", dijo el español antes del Mundial.

Su lealtad a la idea que lo encumbró es comprensible en un jugador que estuvo a punto de abandonar el Barcelona a principio de su carrera, cuando su escasa potencia física lo ponía bajo sospecha.

Xavi es hoy un mito indiscutible del fútbol español. Todavía no lo anunció, pero nadie duda de que el duelo del lunes en Curitiba ante Australia será su último partido con la selección. O quizá lo fue ya el que jugó ante Holanda.

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