(AFP)
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Kenyi Peña Andrade

La selección peruana rindió su segundo examen en la Copa América y la nota fue aprobatoria. Luego de empatar 0-0 ante Venezuela en el debut y dejar algunas dudas, la Blanquirroja estaba obligado a ganarle a Bolivia de la forma más contundente posible para recuperar la confianza (el cuadro altiplánico no es el termómetro ideal) y mirar con optimismo lo que viene. Y así lo hizo: le anotó tres goles, pudieron haber sido más, y no pasó mayor problema en la zona defensiva. Sin embargo, más allá de esta lectura superficial, a continuación introduciremos el bisturí para hacer un análisis más exhaustivo.



LO BUENO

Buena dupla
Paolo Guerrero y Jefferson Farfán dejaron en claro (una vez más) las razones por las que se cansaron de hacer goles como dupla en las divisiones menores de Alianza Lima. Aunque todavía no se encuentran en el campo en la dimensión que todos esperamos, ante los bolivianos fue necesario que lo hagan unas cuantas veces para ser un dolor de cabeza para el rival. Ricardo Gareca debe estar convencido que juntarlos en ataque sigue siendo, dentro de las pocas alternativas que tenemos, el arma más peligrosa que puede mostrar el equipo de todos ante el resto de selecciones. Ambos anotan, se asisten entre sí, jalan marcas, tienen química y lo más importante: no hay celo goleador, los dos son felices jugando juntos y se desean el bien común adentro del área. Ambos llegarán motivados para enfrentar a Brasil.

El buen nivel de Zambrano
Bolivia y Venezuela no exigieron como se debe a este nivel ni a Pedro Gallese ni a la defensa nacional. Y ojo, no es quitarle mérito, más bien todo lo contrario. Si Salomón Rondón y Marcelo Martins significaban un peligro en la teoría, en la realidad fueron muy bien controlados. Luis Abram y Carlos Zambrano estuvieron concentrados, sobrios y precisos en la marca. Sin embargo, este último llamó más la atención por otras razones.

Zambrano ha tenido una buena Copa América hasta ahora.  (Foto: GEC)
Zambrano ha tenido una buena Copa América hasta ahora. (Foto: GEC)

La capacidad nadie se la va a discutir al ex defensor del Schalke 04. Pero lo más importante es que sigue dando claras señales de haber tomado consciencia y tiene otra actitud en la cancha. Le cobraron un penal y no reclamó excesivamente, le sacaron tarjeta amarilla y tampoco lo hizo, mientras que sigue metiendo la pierna fuerte pero sin esa rudeza excesiva que lo hizo acreedor de más de una expulsión en su carrera. Es saludable tener un Zambrano así. Con él Perú se ha reforzado en el fondo.

El triunfo
Ganar sirve en cualquier circunstancia y más en esta. Perú llegaba de recibir una goleada a domicilio ante Colombia (0-3) y empatar ante una Venezuela que, salvo excepciones y de forma inexplicable, todavía es mirada como equipo chico por la mayoría. Es decir, el ánimo del equipo de Gareca no era el ideal. Pero una victoria, así sea ante la débil Bolivia, suma muchísimo en confianza y más aun si el rival de turno ahora es Brasil. Si el Perú del 'Tigre' en su mejor momento tenía la obligación de superar con creces en el marcador a los verdes, este Perú que todavía no convence del todo también lo hizo. Eso es para valorar. En ese camino para reencontrarse con aquel cuadro que practicaba un fútbol estético y efectivo al final de la Eliminatoria, el primer paso ya se dio. Por algo se comienza.

Jefferson anotó ante Bolivia en la Copa América. (Foto: AP)
Jefferson anotó ante Bolivia en la Copa América. (Foto: AP)

Confianza renovada
El triunfo sirve también para quitar presiones y que los jugadores se den cuenta de que solo depende de ellos reencontrarse con su mejor nivel. Cueva se dio cuenta que el pase gol que posee como talento lo tiene intacto, solo estaba escondido. Edison Flores se comprobó a sí mismo que sigue siendo aquel futbolista que tiene una facilidad innata para romper las redes incluso cuando no está jugando bien. Y la ‘Foquita’ y el ‘Depredador’ anotaron goles que les sirven para convencerse que todavía son capaces de ser molestos y herir a los rivales en torneos de alta exigencia. El Mundial de Rusia no fue el adiós y lo comprobaron ellos mismos en la cancha ante Bolivia.

Cueva metió un pase gol ante Bolivia. (Foto. AP)
Cueva metió un pase gol ante Bolivia. (Foto. AP)

LO MALO

Individualidades
La antítesis de los jugadores mencionados en el último párrafo son Yoshimar Yotún y Miguel Trauco. Desde hace un tiempo atrás los dos vienen teniendo un nivel discreto con la bicolor. El lateral ha perdido su talento más aplaudible: la precisión de sus servicios en ataque. Sus pases milimétricos pasaron a ser centros previsibles y fáciles de resolver para los centrales y, en algunos casos, son bombazos al área y a lo que salga. En la marca también empeoró el tema. Nadie le va a pedir que sea un candado y cierre su zona, porque nunca tuvo esa cualidad. No obstante, cada vez que lo atacan parece que es más fácil pasarlo.

El volante del Cruz Azul, por su parte, ha sido un fantasma en esta Copa América. Siempre se le rescató a ‘Yoshi’ esa capacidad de meter pases entre líneas y su valentía para asumir la responsabilidades de ser el más claro con el balón en los pies de ese medio sector. Hoy no es ni uno ni lo otro. El equipo necesita al mejor Yotún, así será menos complicado hilvanar en ofensiva.

Reacción tardía
Perú no reaccionó ni siquiera con el gol de penal de Martins. Cuando uno esperaba que los muchachos de Gareca salgan con la sangre en el ojo después de ese tanto sorpresivo, los mismos defectos mostrados hasta esa parte del encuentro se mantuvieron: poca movilidad con y sin el balón, nula agresividad para intentar recuperar el esférico y, excepto algunos jugadores, llámese Zambrano, Guerrero y Farfán, todos los demás jugaban un partido como uno más, no como el que los podía catapultar a cuartos. Recién en la segunda parte, seguramente después de un café cargado por parte del ‘Tigre’, la selección tuvo otra actitud.

Tapia todavía debe recuperar su mejor nivel con la selección. (Foto: AP)
Tapia todavía debe recuperar su mejor nivel con la selección. (Foto: AP)

El hambre de querer cambiar la historia no se nota solo al hacer un gol, hay otros síntomas que corroboran esa intención. Entre ellos está pedir el balón, ir sin regalar nada en cada pelota dividida e incluso te cambia el semblante. Todo esto recién se vio en los segundos 45 minutos. Esta dejadez te la permite Bolivia, tal vez Venezuela, pero el resto de equipos te liquida. Incluso el mismo Qatar que fue mortal en cada ataque en su duelo ante Paraguay.

Sin la esencia
Todavía Perú está a años luz de ser equipo que se paró de tú a tú contra Alemania y Holanda después del Mundial. El gol ya llegó, pero todavía no recupera frescura y, como se dice, conchudez para manejar el balón en ataque. No hay paredes, tampoco un hombre que se atreva a encarar en el mano a mano contra el defensor, menos transiciones rápidas. Pero, sobre todo, preocupa que una virtud que Perú supo hacer suya nuevamente con Gareca, parece haberla extraviado ahora: no combina precisión con velocidad en ataque. Si llega a cumplir con lo primero, no lo hace con lo otro, y viceversa.

LO FEO

A la baja
A Perú no le sobra nada y en eso estamos de acuerdo todos. Por ello, que Zambrano, Tapia y Guerrero lleguen en capilla y con la posibilidad de perderse los cuartos, en caso reciban una tarjeta amarilla más, preocupa bastante. Ante el cuadro local nos jugamos la chance de poder clasificar como primeros, que nos permitiría tener un rival más accesible en la siguiente fase, por lo que no se puede salir tampoco a jugar este partido como si fuera de trámite.

Las pulsaciones estarán a mil y los tres hombres que están contra las cuerdas son, para colmo, futbolistas a los que no se les puede pedir que bajen el ritmo. Está en su naturaleza ir a pelear cada jugada con el cuchillo entre los dientes, hasta en los amistosos. El jugador del Basilea debe ser de lo mejor que ha tenido esta selección en lo que va del torneo, y Miguel Araujo parece estar un escalón abajo en este momento. Por este Tapia (muy irregular) sí podría jugar Ballón, y Paolo es irreemplazable. Ojalá salgan intactos de amonestaciones luego de los 90 minutos.

El problema de Carrillo
Si la suplencia de Carrillo ante Venezuela nos hacía pensar que algo no andaba bien, que no juegue ante Bolivia lo ratificó. La ‘Culebra’, pese a sus intermitencias y lagunas futbolísticas, ha sido titular siempre con Gareca. Entonces, uno se pregunta qué razón ha tenido el técnico para relegarlo al banco en los dos primeros partidos en tierras brasileñas. Las que tenga no se discute, ya que el ‘Tigre’ tiene crédito de sobra para tomar las decisiones que mejor le parezcan y esto no debería traer mayor polémica. Eso sí, la curiosidad está implantada y la verdad probablemente nunca la sabremos. Entre el partido contra Colombia en Lima y el debut de la Copa algo pasó en los amistosos o viene pasando en los entrenamientos que no le agradó al técnico. Sí está claro que ya no es tan indiscutible como creíamos, al menos no para el entrenador argentino. Sin él perdemos desequilibrio por las bandas, una característica que hoy no tiene el equipo.

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