La pasión por los autos se vive de una manera particular en las distintas zonas por donde pasa Caminos del Inca: desde los pequeños apostándose al paso de los coches en las solitarias carreteras de la helada sierra peruana hasta las familias enteras que llegan a cada parque de reparaciones a conocer a su piloto favorito o ver al coche que siguieron en las redes sociales levantar polvo por las rutas vecinas.
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Así se vive Caminos, la prueba más importante del automovilismo peruano que une a las principales ciudades del centro y sur del país. Por eso, por segundo año consecutivo, la carrera acabará en provincias, esta vez con el podio final en la Plaza de Armas de Arequipa, donde se entregará el Quero, el hermoso trofeo que se pone en juego para el ganador de la clasificación general, además de los premios para cada categoría.
“Caminos es una fiesta de los pueblos. La esencia es tener una carrera que sigue conectando pueblos”, asegura Luis Alayza, presidente del Automóvil Club Peruano, organizador de la carrera.
Y son siete regiones por donde Caminos del Inca dejará su huella, con siete super primes donde la población local disfrutará del paso de los coches por recorridos que ellos mismos han trabajado para recibir a la carrera.
Eso es Caminos del Inca en su edición 51. Y los 92 pilotos saldrán a correrla con el deseo de que, como ellos mismos dicen, el Inca los elija para llevarse la gloria.
- Carlos Castro / Carlos Peral
- Raúl Velit / Julio Echazú
- Nicolás Fuch / Fernando Mussano|
- Eduardo Castro / Carla Salvat
- Raúl Orlandini / Jhon Navarro
—Campeones en carrera—
A nivel competitivo, se trata de una de las pruebas con la presencia de muchos campeones entre los 108 inscritos, con la vuelta de Nicolás Fuchs a las rutas peruanas de la mano del Yangali Racing Team. El ‘Mono’ Orlandini se mantiene en carrera, los hermanos Palomino, Richard y Ronmel, Luis Alayza con su nuevo Toyota Yaris y el experimentado Ricardo Dasso, entre otros, como el equipo Tracusa Racing con Jorge y André Martínez, o el retorno de Raúl Velit y la vuelta de Lucho Mendoza.
Y la exigencia será total porque se correrán seis etapas con solo tres días de reparaciones, es decir, se correrán dos días seguidos en dos ocasiones. Esos se darán entre Ayacucho-Andahuaylas y Andahuaylas-Cusco, entre miércoles 25 y jueves 26 de octubre, y luego entre Cusco-Puno y Puno-Cusco el sábado 28 y domingo 29, en el cierre de la carrera.
Con estas medidas, cada delegación tendrá que trabajar de manera veloz en las reparaciones en cuanto lleguen a sus paradas, sea Andahuaylas y Puno, para dejar todo listo para que al día siguiente puedan partir hacia la prueba.
Por primera vez la prueba tendrá una detención en Andahuaylas, y esto por una cuestión de tiempos. El tradicional Ayacucho-Cusco es la etapa más larga que existe y al tratarse de más de cien carros en carrera, es la que más tarda y muchos vehículos llegaban a la Ciudad Imperial entrada la noche. Se quiere evitar eso, por eso se hará una parada estratégica en territorio andahuaylino para aligerar la marcha. Además, correr este tramo permite que se tenga un recorrido de 180 kilómetros sobre tierra, cuando el año pasado se hizo íntegramente sobre pista.
En cada etapa se correrá aproximadamente durante dos horas de especiales, lo que obliga a cada tripulación a adaptarse a las condiciones, a cuidar sus motores y neumáticos y a las asistencias a ubicarse estratégicamente para atender cualquier imprevisto.