Rosendo ‘Búfalo’ Álvarez es una gloria del boxeo nicaragüense. Ya no se calza los guantes pero en sus manos estuvo uno de los golpes del deporte a esta actual cuarentena por el coronavirus. En Managua, capital de Nicaragua, el pasado sábado se disputó una velada de boxeo y Álvarez fue el encargado de organizar el evento, que contó con la promoción del gobierno de Daniel Ortega.
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“El coronavirus no ha dado motivos para poner en cuarentena al país”, explicó Álvarez. Los casos son mínimos (13 reportados y solo tres muertes) y que la gente no pueden parar porque vive del día a día. Ante ello, y el pedido de los boxeadores de seguir con sus actividades para generar ingresos, el exboxeador decidió realizar la jornada como “algo humanitario” en favor de los deportistas, ya que fue transmitido por el canal estatal y por ESPN KnockOut para Latinoamérica.
Pese a que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha cuestionado al gobierno de Daniel Ortega por no implementar las medidas de aislamiento social, el país centroamericano continúa con sus actividades. Incluso hay béisbol y fútbol.
LAS MEDIDAS
Para la velada de Búfalo Boxing Promotions, los boxeadores pasaron “un riguroso chequeo médico” antes de cada pelea, aunque no les hicieron pruebas para coronavirus porque ninguno tenía síntomas. En la pesada, los luchadores evitaron acercar sus rostros o juntar sus torsos.
Mientras, los asientos para el público en el gimnasio Alexis Argüello fueron ubicados a dos metros de distancia del cuadrilátero y en las tribunas solo se usaron los asientos a un metro y medio de distancia. El público ingresó con mascarilla, previa medida de temperatura en la entrada. Los que registraron más de 37 grados no pudieron entrar. Se implementaron grifos de agua para que se laven las manos en diferentes puntos del local, además de tener que limpiarse la suela de su calzado en un área designada.
Pese a que el ingreso fue gratuito, la expectativa no fue la que se esperaba. Luego de un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus en el mundo, empezaron las ocho peleas. Los boxeadores subieron al ring con mascarilla, pero se la sacaban para el momento del combate. Mientras los árbitros y miembros del equipo de los luchadores tuvieron que usar guantes de látex todo el tiempo.
La pelea estelar se dio entre Robin Zamora y Ramiro Blanco en la categoría peso ligero, que terminó con la victoria por puntos del primero por decisión unánime.
Esta fue una de las cinco veladas boxísticas que se realizaron en Nicaragua el fin de semana, todas apoyadas por el gobierno. Aunque de las cuatro otras no se dio noticias sobre las medidas que adoptaron contra el coronavirus.
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